Yermín Mercedes se quita a La Russa de encima

El dominicano Yermín Mercedes salió al fin del sistema de los White Sox. Un año después terminó su martirio y dejó atrás al equipo de Chicago y a Tony La Russa, el dirigente que terminó por aguarle la fiesta, justo cuando mejor le iba después de esperar muchos años para dar el salto a las Grades Ligas.

Mercedes fue llamado por los Giants de San Francisco, luego de que los White Sox lo pusieran en la lista de disponibles, tras sacarlo de la relación de 40 peloteros del club con el cual causó sensación al inicio de la pasada temporada en las mayores.

En abril de 2021 el dominicano pegó de hits en todos los turnos al bate de su primer juego. Llegó a la inicial por sus batazos en las cinco ocasiones que tuvo en ese partido y luego ligó tres cohetes más, para un 8-8 que no se recuerda en la historia de las Grandes Ligas, al menos desde 1900 para acá, y ya son muchos años.

En ese mes, además, bateó para .415, gracias a los 34 hits en 82 turnos al bate, con cinco cuadrangulares, 16 carreras remolcadas y 10 anotadas, para un slugging de .659, todo eso en los 22 partidos en los que vio acción. Su trabajo llamó la atención de fanáticos y medios de prensa, y al final terminó por llevarse el reconocimiento como Novato del Año de la Liga Americana en el mes.

Desde el debut del cubano José Abreu, en 2014, ningún miembro de los White Sox bateaba tantos hits en el primer mes. Pero Mercedes dejó un nuevo registro para el club e ilusionó a una fanaticada que con un manager Salón de la Fama, y bateadores así, comenzó a soñar con un nuevo trofeo de Serie Mundial, el primero desde 2005, y el tercero de su historia, luego de los conseguidos en 1906 y 1917.

Pero no todo podía ser color de rosa para Mercedes. A mediados de mayo, durante un partido contra los Twins de Minnesota, le hizo swing a un lanzamiento del lanzador improvisado Willians Astudillo en conteo de tres bolas sin strikes. Si no hubiera conectado más allá de la cerca, tal vez no hubiera pasado nada, pero la pelota superó las bardas y La Russa estalló.

El manager pasó por alto la condición de jugador suyo del dominicano y recordó que con el partido 15-4 y con un pitcher improvisado no se le puede hacer swing a ese lanzamiento, porque viola aquello que los más viejos defienden a capa y espada, pese a no aparecer por ninguna parte: las llamadas reglas no escritas del béisbol.

Sin embargo, el estratega, que ahora está en entredicho porque su equipo anda de mal en peor en la División Central de la Liga Americana, no dijo nada porque el contrario trajo un jugador de cuadro a lanzar, ni porque hizo un lanzamiento a 47 millas por hora. Eso no le importó a La Russa, que la emprendió en público y en privado contra el novato.

Tenía 28 años Mercedes, pero se estrenaba en Grandes Ligas y no pudo con aquello. Desde ese momento su producción ofensiva cayó en barreno y su explosivo debut se fue diluyendo hasta que el propio La Russa terminó por enviarlo a las Ligas Menores.

Para colmo de males, sufrió una lesión en su mano izquierda que lo mantuvo suficiente tiempo fuera como para que los seguidores se olvidaran un poco de él, hasta que, de regreso y una vez puesto en asignación, los Giants decidieran reclamarlo y enviarlo a su sucursal de Tripe A.

El jugador necesita otra oportunidad en Grandes Ligas, luego de un año sin jugar al máximo nivel y aunque parece que en San Francisco no tendrá la regularidad necesaria, puede que sea utilizado contra zurdos, al menos, algo que parecía poco probable con los White Sox, sobre todo después de que La Russa lo enviara a las Menores en junio del año anterior.

Los Giants marchan terceros de la División del Oeste de la Liga Nacional, a tres juegos y medio de los favoritos Dodgers de Los Angeles, pero aunque juegan para .561, si la temporada finalizara ahora mismo, tendrían complicado ganarse un cupo para los play off.

Los White Sox, por su parte, lo tienen mucho más difícil, a pesar de contar en el puesto de mando con La Russa, que no termina por convencer a la afición, la cual en más de una ocasión terminó por pedir su adiós desde el propio estadio, por los malos resultados del equipo.

Luego de 65 partidos, los White Sox juegan para menos de .500 y a pesar de contar con una constelación de nombres con rango de estrellas, La Russa no ha podido sacar lo mejor de cada uno de ellos, unas veces por lesiones y otras por un extendido mal momento, como ocurre con el cubano Joan Moncada y el dominicano Eloy Jiménez.

Moncada, que solo ha visto acción en 29 partidos está temporada, apenas batea para .179 con solo tres cuadrangulares, en tanto Jiménez ha salido al terreno 11 veces, batea para .222 y tiene un solitario jonrón. Tanto uno como el otro debieron ser piezas importantes para La Russa, que en los últimos días recuperó al lesionado torpedero Tim Andersson.

La Russa tampoco ha contado con respaldo del cuerpo de lanzadores, al extremo de que una de las grandes estrellas, el abridor Dallas Keuchel, solo ha lanzado ocho partidos, con una victoria, dos reveses y efectividad de 7.88 carreras limpias permitidas cada nueve entradas.

Con todo esto, tal vez a La Russa el karma le esté cobrando lo que hizo con el dominicano Yermín Mercedes, quien tendrá la posibilidad de demostrar que está hecho para las Grandes Ligas desde los Giants de San Francisco. Si lo va a conseguir o no, nadie lo sabe, pero lo cierto es que intentará quitarse de encima el sanbenito que carga desde que su otrora entrenador lo criticó públicamente.