Wimbledon, una mirada después de los títulos

Wimbledon 2022 ya es historia. Unas horas después del último partido, del título de Novak Djokovic en la final para hombres, se pueden sacar algunas conclusiones, no solo del torneo, sino de ambos circuitos y de la importancia de que haya algún torneo más sobre césped, no solo por lo atractivos que resultan sino por los especialistas en la hierba, que luego desaparecen sobre otras superficies.

Antes, sin embargo, vale destacar que mientras entre las mujeres no hay nadie que domine con mano de hierro el circuito, entre los hombres sigue el mismo control férreo de una generación que lo controla todo -o casi todo- desde principios de siglo, y que muchos años después amenaza con extender su reinado hasta cualquiera sabe cuándo, tal vez hasta que ellos quieran.

Si el español Rafael Nadal no se hubiera lesionado en el partido ante el estadounidense Taylor Fritz en los cuartos de final, es muy probable que hubiera disputado con Djokovic el título en All England Club. Kyrgios, que avanzó directo desde cuartos al partido definitivo, tiene 27 años y nunca había jugado una semifinal de Grand Slam. Tampoco Cameron Norrie, el rival en semis del serbio.

Es más, salvo Nadal y Djokovic, ninguno de los ocho tenistas que llegaron a cuartos jugó jamás en semifinales. Cierto que faltaron un par de rusos ubicados en el top ten, por las sanciones generadas tras el inicio de la guerra en Ucrania y que el alemán Alexander Zverev se había lesionado en semis de Roland Garros, pero eso no cambia mucho, porque en 2022 se han jugado tres Grand Slam y los que ahora estaban ausentes estuvieron e igual los títulos fueron para Nadal y Djokovic.

Gana uno, gana el otro, ganaba Roger Federer o esporádicamente llega un intruso y rompe el encanto, pero eso no ha pasado aún. El circuito masculino sigue sometido a la tiranía de Djokovic y Nadal, al menos en los torneos grandes, a pesar de la aparición de jóvenes muy talentosos, como el italiano Jannik Sinner y el español Carlos Alcaraz, situados ya en el top ten de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) a pesar de tener 20 y 19 años, por ese orden.

Cuando Alcaraz se presentó en Roland Garros tras haber ganado en los Master 1.000 de Miami y Madrid, y con victorias seguidas sobre Djokovic, Nadal y Zverev, el mundo del tenis pensó que era el momento del cambio. Supuestamente había llegado la hora del cambio generacional. Aquellos hombres de 35 años que controlaron el circuito durante dos décadas tendrían que dar un paso al lado, pero eso no ocurrió.

En París, en Roland Garros, como ha ocurrido casi siempre en 17 años, ganó Nadal. Y luego en la hierba de Wimbledon, como ha ocurrido en siete ocasiones, y sobre todo en las últimas cuatro, fue Nole quien levanto el trofeo. Y el cambio generacional tendrá que esperar, porque estos señores, a pesar de alguna molestia, de alguna posición a veces controvertida -como lo de Nole con las vacunas-, que le impiden participar en algunos torneos, siguen mandando en el circuito de la ATP, y ahora mismo nadie se atreve a decir hasta cuándo.

Pudiera ser mañana, o dentro de un mes. Incluso, pudiera comenzar todo en el US Open. Tal vez Wimbledon fue el último torneo que ganó alguno de los miembros del llamado Big Three, pero de eso nadie tiene certeza hasta ahora, Y a mí se me ocurre pensar que el Roland Garros de 2023 lo volverá a ganar Nadal, lo mismo que hará Djokovic en el siguiente Wimbledon.

Esa situación no se da entre las féminas. En Wimbledon, por ejemplo, desde que Serena Williams consiguió títulos consecutivos en 2105 y 2016, ninguna otra jugadora ha dominado en dos ocasiones seguidas, aunque la rumana Simona Halep ganó en All England Club y en Roland Garros en estos años.

Más cerca de ganar estaba la jovencita polaca Iga Swiątek, de apenas 21 años, quien llegó a Wimbledon luego de conseguir dos de los últimos tres títulos en el Abierto de Francia, pero no pudo imponerse en la hierba, aunque parece, por mucho, la heredera de la japonesa Naomi Osaka, quien ganó en 2019 y 2021 en Australia, e hizo lo mismo en 2018 y 2020 en el US Open.

Osaka tiene 24 años y parecía la seguidora de Serena Williams, pero ha estado intermitente en las dos últimas temporadas, en tanto Swiątek aspira a convertirse en la nueva dueña del circuito, aunque nadie cree que llegue tan lejos como la menor de las hermanas Williams, 23 veces ganadora en Grand Slam, a uno del récord en poder de la australiana Margaret Court, quien, a sus 79 años, no ve a nadie con opciones de romper su primado, porque la menor de las hermanas Williams está a punto de cumplir 41 años, en medio de lesiones y derrotas.

Su último revés fue en Wimbledon, el mismo día del estreno, ante la francesa Harmony Tan, y aunque logró remontar el revés del set inicial y forzar un tercero, se vio muy lejos de la tenista dominante que fue en un pasado que cada vez va pareciendo más lejano.

De Wimbledon, mientras, vale destacar la victoria de la kazaja de origen ruso Elena Rybakina, con triunfo en la final ante la tunecina Ons Jabeur, o la sorprendente actuación del holandés Tim van Rijthoven, de 25 años y apenas un desconocido en el circuito, que nunca había jugado un Grand Slam y que llegó a la cuarta ronda, donde cayó ante el campeón, al que le ganó, incluso, el primer set.

Van Rijthoven dejó en el camino al argentino Federico Delbonis, al estadounidense Reilly Opelka, número 17 de la ATP, y al georgiano Nikoloz Basilashvili, 25 del referido ranking, y esa actuación dejó muchas interrogantes, sobre todo cómo alguien como el holandés llegaba a un torneo así, casi desconocido para el público del tenis, y realizaba tan buena actuación. Pero eso tiene su respuesta.

El número 103 del mundo es un especialista en césped y cómo son tan pocos los torneos que se juegan sobre esa superficie cada año, sus resultados apenas le dan para estar más arriba en el escalafón. A él, como a otros jugadores, incluso a una parte del público, les gustaría que el circuito tuviera más lides sobre hierba. Tal vez no las mismas que sobre arcilla pero si alguna otra, que hiciera posible jugar en esas condiciones en algún momento del año y no solo en ese par de semanas previas a Wimbledon.

Por lo demás, Wimbledon estuvo muy bien y el torneo mantuvo las expectativas hasta el final, y el triunfo de Djokovic sobre Kyrgios fue un gran partido, con una remontada -otra más del serbio-, quien tras el nuevo listado de la ATP cae al puesto siete, en otra casi inexplicable situación.