Warriors-Celtics, el pasado contra el presente por el título de la NBA

Desde el 2 de junio, Boston Celtics y Golden State Warriors disputarán el título de la NBA, luego de dejar en el camino en semifinales a Miami Heat y Dallas Mavericks, por ese orden. Será el títpico choque entre el máximo ganador histórico y el que más veces llegó a la ronda decisiva en los últmos años.

Ambas franquicias se fundaron el mismo año, 1946, unos meses antes de arrancar la primera temporada del baloncesto profesional estadounidense, en 1947. Y ese año, los entonces Philadelphia Warriors se convirtieron en los primeros campeones al imponerse en cinco partidos (4-1) a los Chicago Stags.

Había nacido un pujante campeonato y también un club que, con el paso de los años, se colocaría entre los más grandes del torneo, aunque su palmarés está a una distancia sideral del rival de turno, unos Boston Celtics que ganaron en 17 ocasiones, la misma cantidad que Los Angeles Lakers.

Una década tuvieron que esperar los Celtics para conseguir su primer anillo, pero cuando lo hicieron su paso fue arrollador: dos veces ganaron en la década de los años cincuenta: 1957 y 1959, pero en la de los sesenta parecieron el único equipo de la NBA. Solo en 1967 se les escapó el título, un año en que los San Francisco Warriors -otro nombre que tuvieron los de hoy en Golden State- perdieron en la ronda decisiva ante sus herederos de los Philadelphia Sixers.

Hasta en ocho ocasiones seguidas ganaron Bill Russell, Sam Jones y compañía. Ellos dos y otros cuatro aparecen como los máximos ganadores de siempre, gracias a aquellos fenomenales jugadores de Boston que quedaron para siempre en la historia de la NBA.

Sin embargo, los Warriors ganaron seis títulos hasta el presente y comparten el tercer puesto entre los máximos triunfadores con los fenomenales Chicago Bulls de Michael Jordan y Scottie Pippen, que hicieron historia en la década de los años 90.

Tan mal no le ha ido a los Warriors, cuya mejor etapa coincidió con la eclosión como jugador del mejor lanzador de triples de la historia, Stephen Curry, pieza importante en los últimos seis títulos y en las últimas ocho finales alcanzadas, incluida la presente.

Los Warriors ganaron por última vez en 2018, cuando se impusieron por 4-0 a los Cavaliers de Cleveland, que tenían entonces a LeBron James, pero al año siguiente cedieron en la disputa del título ante los Toronto Raptors. Después, en los dos años siguientes, no pudieron llegar a la ronda decisiva.

Los Celtics, por su parte, no ganan desde la temporada de 2008, cuando se impusieron por 4-2 a sus rivales de siempre, los Lakers de Los Angeles, en un choque de trenes en los banqullos entre Doc Rivers y Phil Jackson y con superestrellas en la cancha.

Por los Celtics, entre otros, estuvieron Ray Allen, Paul Pierce, Rajon Rondoy Kevin Garnett, mientras que los angelinos tenían en filas a Kobe Bryant, Pau Gasol y Lamar Odom, entre algunas otras leyendas que ya dijeron adiós al baloncesto profesional.

Dos años después los Lakers tomaron desquite y se impusieron por 4-3. Comenzó entonces una larga espera de 12 años para volver a ver al equipo de Boston en la pelea por un título de la NBA, luego de una temporada regular en la que ganaron 51 juegos y perdieron 31, solo por detrás de Miami Heat en la Conferencia del Este.

Warriors, por su parte, con 53-29 fue tercero en el Oeste, una conferencia que pasearon los Suns de Phoenix, eliminados en cuartos de final por los Dallas Mavericks de Luka Doncic en siete partidos, y cuando todos creían que estarían no solo en la ronda final por el título de la zona, sino de toda la NBA.

Para la presente temporada, el otrora técnico de Boston, Brad Stevens, se convirtió en presidente de operaciones y su primer movimiento fue contratar a Ime Udoka como entrenador. Udoka no había estado nunca al frente de un equipo pero había sido asistente durante una década con los Spurs de San Antonio, Los Philadelphia Sixers y los Brooklyn Nets. Su decisión fue un acierto total, porque en su primera temporada lo lleva a la final.

El pareo, más allá del historial de ambos equipos, se torna espectacular si se mira desde fuera, porque es el clásico enfrentamiento entre una franquicia con un pasado glorioso y la que mejor ha lucido en los últimos años, con un fenómeno como Curry, capaz de decidir partidos, eliminatorias y campeonatos con su acierto desde el perímetro..

Nadie que conozca el mundo del baloncesto, sobre todo de la NBA, se aventuraría a dar un pronóstico sobre un posible ganador, porque en el ruedo estarán dos de los grandes equipos de la competición, uno por pasado y otro por presente, y esos son argumentos que tienen mucho peso a la hora de decidir. Pero con eso de la historia de la camiseta no basta, con eso no se gana, y si ambos llegaron hasta acá, es porque tienen -o hicieron- méritos suficientes.

Yo apostaría por los Warriors, pero no sería una locura hacerlo por los Celtics. Por lo menos nadie diría que usted va a botar su dinero si decide ponerlo al equipo de Boston, porque dejó en el camino a otros grandes, incluido al Heat de Miami, que parecía favorito para estar en la final.

Nada, es deporte, baloncesto, un mundo donde las sorpresas están a la orden del día y donde muchas veces un segundo de tiempo o un parpadeo a la defensa o a la ofensiva puede marcar el camino entre la derrota y la victoria, entre el ganador y el perdedor.

La gloria a estas alturas cuesta conseguirla. Y cada jugador dará lo mejor de sí por llevarse a casa el anillo de campeón, y nosotros tal vez no conozcamos el ganador hasta el séptimo y último partido.