¿Volverá Derek Jeter a los New York Yankees?

Derek Jeter dejó el béisbol hace unos años, luego de toda una carrera como paracortos de los Yankees de Nueva York y poco después se enroló con los Marlins de Miami en funciones de directivo, un puesto que dejó hace unos meses porque la otrora estrella y Salón de la Fama no terminó por acostumbrarse al andar de una franquicia que perdía mucho más de lo que ganaba.

Convertido en una leyenda en el Yankee Stadium y en todas las Grandes Ligas, Jeter hizo cuanto quiso como jugador. Títulos de Serie Mundial, sobre todo, e infinidad de distinciones individuales, marcaron una carrera ligada todo el tiempo al más famoso de los uniformes rayados y al club más ganador de la historia del béisbol y de cualquier deporte en Estados Unidos y el mundo.

El capitán, como aún lo llaman sus compañeros, ganó tanto dinero durante su carrera que no tiene necesidad de buscar un trabajo para llevar a casa que comer cada día. Se puede dar el lujo de escoger lo que hará en el futuro, incluso hasta decidir no hacer nada más y pasarse la vida haciendo lo que mejor le apetezca, pero el otrora torpedero es un hombre de béisbol y todos quien verlo de regreso.

No se trata de que se enrole con cualquier equipo. Los seguidores de los Yankees quieren tenerlo en el organigrama del club del Bronx, en un puesto de responsabilidad, con capacidad para tomar decisiones. Allí, dice algunos de sus compañeros, será donde realmente ayude al equipo y también al béisbol.

En unas declaraciones recientes a ESPN, su excompañero en los Yankees Orlando Hernández, más conocido en el mundo de las bolas y los strikes como El Duque, pidió el retorno del capitán a Nueva York, sobre todo porque pocos conocen a la franquicia como él, y pocos, también, conocen el mundo del béisbol como el otrora paracortos con el que el cubano ganó tres anillos de Serie Mundial.

El Duque lo tiene claro. Jeter no puede enrolarse en una franquicia perdedora, porque es alguien acostumbrado a ganar, que lo dio todo siempre por la victoria, y a partir de ahí solo puede sentirse bien y estar cómodo y feliz con un equipo que siempre vaya a por todo, por ganar cada vez. Su puesto, dijo el cubano, tiene que ser con los Yankees de Nueva York.

En 1995 Jeter estaba listo para debutar con los Yankees. Había pasado cinco temporadas en ligas menores y se veía capaz de triunfar en la llamada Gran Carpa, pero el equipo no estaba seguro de que el jugador fuera a adaptarse al béisbol de élite y contrato al ya desaparecido dominicano Tony Fernández por dos años y al joven prospecto le tocó ir a AAA, sobre todo por unas molestias que tuvo en su hombro derecho con anterioridad.

Ese año tuvo unos turnos al bate siempre por lesiones de Tony Fernández, quien tampoco estuvo bien, pero a la temporada siguiente el dueño de los Yankees, George Steinbrenner, estuvo a punto de hacer algo de lo cual se hubiera arrepentido. Quería mandar al entonces debutante Mariano Rivera a Seattle por el jugador de cuadro dominicano Félix Fermín.

El gerente general, Brian Cashman convenció a Steinbrenner de que le diera la oportunidad a Jeter y, de esa manera, se quedaron en el Bronx dos futuros del Salón de la Fama. El panameño ganó todos los votos en su elección, único hasta entonces, y, cuando todos pensaban que Jeter haría lo mismo, uno de los votantes dijo que con Mariano estaba bien y se opuso. Cosas que pasan en Estados Unidos, donde eso de la unanimidad no sienta muy bien.

A partir de su debut en toda línea, en 1996, todo fue a más para Deter. Esa temporada fue Novato del Año de la Liga Americana y los Yankees ganaron la Serie Mundial, la primera en la cuenta del portentoso short stop, de 1.91 metros de estatura.

Al año siguiente Los Yankees cayeron ante los Indios de Cleveland en la Serie Divisional, aunque Jeter dio dos jonrones. Empezaba a convertirse en una referencia y a aprender lecciones. A la siguiente temporada estuvo en el Juego de las Estrellas, otra vez ayudó a su equipo a ganar la Serie Mundial y fue tercero en la votación por el Jugador Más Valioso (MVP).

Para 1999 ya era un consagrado y tuvo números excepcionales. Y ganó su tercera Serie Mundial. Bateó cuanto quiso en la temporada regular, en la serie divisional, en la de campeonato de la Liga Americana y en la Serie Mundial, y arbitraje salarial de por medio, y tras disputas con Steinbrenner, logró un año de contrato por 10 millones de dólares.

A Jeter se le caían los títulos de Serie Mundial. Volvió a ganar en 2000 y fue el MVP, lo mismo que del Juego de las Estrellas y firmó un contrato por 189 millones de dólares y 10 años, el tercero más alto de todo el deporte, solo por detrás de los también beisbolistas Alex Rodríguez y Manny Ramírez.

En 2001 tuvo una buena temporada regular, y llegó a la Serie Mundial con dolencias, al final ganaron los Diamondbacks de Arizona, con el memorable hit de Luis González a Mariano Rivera, y en un año inmenso de los lanzadores Randy Johnson y Curt Schilling.

A la siguiente temporada volvió a estar muy bien, fue una vez más al Juego de Estrellas, pero el equipo quedó en el camino a la Serie Mundial, a manos de los Angelinos de Anaheim. En 2003, se perdió casi 40 juegos al principio, por una lesión. Bateó más de .334 y estuvo muy bien en la postemporada, pero los Marlins de la Florida fueron los campeones de la Serie Mundial.

Algunos pensaron que la llegada de Alex Rodríguez, con quien había mantenido una gran amistad anteriormente, y que también jugaba short stop iba a provocar el movimiento de Jeter a otra posición, pero A-Rod fue a tercera base y ese año Derek ganó su primer Guante de Oro, premio que repitió en las dos temporadas siguientes, sin embargo a los Yankees le costaba volver a ganar la Serie Mundial.

Solo en 2009 logró su quinto anillo, el último de su carrera. Ya empezaba a sumar cifras que lo colocaban entre los más grandes jugadores de los Yankees de siempre y en todas las Grandes Ligas. Para 2013 las lesiones comenzaron a lastrar su carrera y luego de terminar la campaña de 2014 y ser aplaudido en la mayoría de los campos de béisbol, dejó de ser jugador.

Para entonces había representado a Estados Unidos en dos ocasiones en el llamado Clásico Mundial de Béisbol y tenía en sus vitrinas un sinfín de trofeos, entre ellos cinco guantes de oro, 14 participaciones en el Juego de las Estrellas y cinco bates de plata, entre muchos otros.

Tras su retiro, además de trabajar para los Marlins, se dedicó a obras de beneficio social, en las cuales involucró a varios personajes del deporte en general y no solo del béisbol. Ahora, luego de dejar al equipo de Miami, muchos de sus excompañeros abogan porque regrese al Bronx, a trabajar con los Yankees, donde creen que volverá a ser verdaderamente útil y ayudará a liderar un proyecto ganador.