La entrada del deporte profesional al movimiento olímpico, impulsado, sobre todo, por el catalán Juan Antonio Samaranch, representó una oportunidad única para que Estados Unidos aprovechara la oportunidad y demostrara que en el baloncesto, supuestamente, no tenían rivales. El momento de demostrarlo fueron los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.
A Chuck Daly le dieron la oportunidad de escoger a los 12 jugadores que acudirían a la cita estival, pero que antes tendría que ganarse el puesto en el Preolímpico de Portland, donde tuvieron un debut impresionante frente a la selección cubana, a la cual machucaron, como si se tratara de profesionales del más alto nive no contra amaterus, sino contra colegialees.
Daly tenía como condicionante incluir a un jugador del circuito universitario y prefirió a Christian Laettner, del Duke Blue Devils, quien iba a estar arropado por la mayor cantidad de grandes celebridades de la historia del baloncesto en un mismo equipo. Cuando se conoció la nómina, en la que no estaba Isaias Thomas, a aquella constelación comenzaron a llamarla el Dream Team. Y eso era: el equipo soñado.
CAMPEONES OLÍMPICOS DE BALONCESTO (m)
PAÍS | TÍTULOS | PLATA | BRONCE |
ESTADOS UNIDOS | 16 | 1 | 2 |
UNIÓN SOVIÉTICA | 2 | 4 | 3 |
YUGOSLAVIA | 1 | 4 | |
ARGENTINA | 1 | 0 | 1 |
DREAM TEAM SOLO HAY UNO
Además de Christian Laettner, quien debe haberse sentido mal entre aquellos monstruos del baloncesto, en la nómina aparecían David Robinson (San Antonio Spurs), Patrick Ewing (New York Knicks), Larry Bird (Boston Celtics), Scottie Pippen (Chicago Bulls), Michael Jordan (Chicago Bulls), Clyde Drexler (Portland Trail Blazers), y Karl Malone John Stockton (Utah Jazz).
También figuraba en la nómina otras grandes estrellas, como Chris Mullin (Golden State Warriors), Charles Barkley (Philadelphia 76ers) y Magic Johnson, la leyenda de Los Angeles Lakers, a quien poco antes le habían diagnosticado que padecía de SIDA, a pesar de lo cual no hubo problemas en su inclusión. Daly tenía en sus manos un equipo invencible, al que solo había que dejar jugar. Nada más.
Estados Unidos arrasó en Barcelona 1992. Compartió grupo con la anfitriona España, Croacia, Angola y Alemania y ganó todos los partidos, con un balance positivo de +229 puntos. Luego, en cuartos de final, doblegó con tranquilidad a Puerto Rico por 115-71, en semifinales se impuso por 127-76 a Lituania, que tenía un gran equipo, y en la final doblegó de nuevo a Croacia por 117-85. Y medalla de oro.
Los estadounidenses no solo ganaron cada partido con absoluta comodidad, demostrando una superioridad abismal sobre el resto de los competidores, sino que dejaron el listón muy alto para las futuras generaciones de basquetbolistas del país, cuyos equipos intentaron heredar el nombre de Dream Team y aunque en la mayoría de las ocasiones lograron el título olímpico, nunca más fue igual.
LeBron James es un gran jugador de baloncesto, uno de los mejores jugadores de todos los tiempos. LeBron James para mí, cuando piensas en jugadores de baloncesto completos, es probablemente el mejor de todos los tiempos... Pero cuando quieres decir ‘quién es el mejor de todos’ sigue siendo Michael Jordan
Cuatro años después, en Atlanta, repitieron cinco jugadores de Atlanta: Stockton, David Robinson, Pippen, Malone y Barckley, junto a estrellas emergentes como Shaquille O'neal o Hakeem Olajuwon, por ejemplo, y también se llevaron el oro, a las órdenes de Lenny Wilkens, pero no fue igual. En Sydney 2000, con Rudy Tomjanovic al frente, Estados Unidos volvió a ganar, ya sin ningún jugador de Barcelona 1992, pero a la selección la seguían llamando el Dream Team.
A 20 AÑOS DEL PRIMER REVÉS
Parecía que el equipo de baloncesto de Estados Unidos seguiría asistiendo a los Juegos Olímpicos solo a pasarla bien, porque nadie sería capaz de vencerlo. Pero en Atenas 2024 un aguerrido quinteto argentino, con Emmanuel Ginóbili como gran figura, los mandó a la medalla de bronce. La escuadra estaba dirigida por Larry Brown y tenía entre sus estrellas al emergente LeBron James.
En 2024, 20 años después, James vuelve a ser una de las grandes referencias de lo que insisten en llamar Dream Team, aunque la nómina actual, más allá de la presencia de la estrella de Los Angeles Lakers y algún otro gran jugador, dista mucho de parecerse a aquella que dominó de punta a punta en Barcelona 1992, con un baloncesto alegre, elegante, que enganchó a aficionados y jugadores en general.
Y para dejar claro que este equipo de ahora, pese a LeBron James, no se parece al Dream Team, hace cuatro días apenas se llevó un triunfo polémico por apretado 101-100 ante Sudán del Sur en un partido de preparación que dejó polémica, por una actuación arbitral que ´pudo beneficiar a Estados Unidos, algo que en tiempos de Jordan, Magic Johnson y Larry Bird no se lo hubieran permitido.
El quinteto americano volvió a dejar dudas poco después ante Alemania. Si ante Sudán, el árbitro y LeBron ayudaron a la victoria, ante Alemania, un par de días después, fue la estrella de los Lakers la que tuvo que echar el resto para rescatar una victoria cuando todo parecía ir mal. Al final, el 92-88 volvió a sembrar dudas y ya muchos se preguntan si cale la pena seguir nombrando Dream Team a un equipo ordinario.
Eso sí, la nómina es de lujo, no solo tienen a LeBron, sino a Stephen Curry, Kawhi Leonard, Jayson Taum, Jrue Holiday, Anthony Edwards, Devin Booker, Anthony Davis o Joel Embild, entre algunos otros, entrenador por Steve Kerr. Y si me preguntan si van a ganar el oro, apostaría por ellos, pero una cosa es ser campeón olímpico y otra el equipo soñado, que para mí y para muchos sigue siendo el de Barcelona 1992.