Toni Kroos y Luka Modric juegan juntos en el mismo equipo, comparten demarcaciĂłn en el campo y formaron parte de un momento Ășnico en la historia del Real Madrid. Con ellos en el campo, el equipo blanco ganĂł cuatro veces la UEFA Champions League, aunque cada uno tiene cinco trofeos continentales, porque el germano ganĂł uno con el Bayern MĂșnich antes de llegar, y el croata otro previo al arribo de su compañero.

Por años, junto al brasileño Casemiro, formaron lo que se dio en llamar la SantĂsima Trinidad: un trĂo de jugadores que aparecĂa siempre que el Real Madrid lo necesitara, para poner control en los grandes partidos, sobre todo en aquellos en los cuales habĂa algĂșn tĂtulo importante en juego. Tal vez las cĂĄmaras y las luces no eran para ellos, pero en su fĂștbol estuvo el cimiento de muchos trofeos.
Ahora, ambos coquetean con el final de sus carreras. Modric exprime hasta la Ășltima gota de su talento y con 38 años se niega a ponerse fecha de caducidad, en tanto Kroos, cinco años menor, advirtiĂł que su final estaba cerca, que dirĂĄ adiĂłs al mĂĄs universal en el Real Madrid, y que no se arrastrarĂĄ por los los campos por unos millones mĂĄs, porque ha hecho dinero suficiente para no tener que preocuparse por su futuro y el de su familia.
MODRIC LO JUEGA TODO
El croata tiene un fĂsico impresionante a sus 38 años. No para. Sigue como internacional con la selecciĂłn de su paĂs y no se pierde ninguna convocatoria. Incluso, reclama jugar hasta los amistosos, y lleva con orgullo el brazalete de capitĂĄn. Con Ă©l llevĂł a su paĂs a la final de la Copa Mundial de Rusia 2018 y a las semifinales de Qatar 2022. NO se le le puede pedir mĂĄs como internacional.
Sin embargo, Modric se niega a alejarse de la selecciĂłn. Sus motivos tendrĂĄ, pero en el Real Madrid no ven con buenos ojos que se aferre a ir con su equipo nacional, porque creen que eso le resta a su fĂsico a la hora de defender los colores del club. El croata, sin embargo, cree que estĂĄ para mĂĄs, incluso pone 'caritas' cuando Carlo Ancelotti lo manda al banquillo, o cuando alguien deja entrever que Ă©l y Kross ya no pueden alinear juntos.
Carletto es un mago en eso de manejar egos. Lo ha demostrado desde siempre, pero con Luka puede tener un problema. El italiano tiene un once tipo y en Ă©l ya no entra el croata, o al menos no habitualmente. De hecho, la Ășnica derrota del Real Madrid esta temporada, ante el AtlĂ©tico de Madrid, llegĂł con el 10 en el campo. Eso no quiere decir que vaya a pagar por eso, pero tendrĂĄ menos protagonismo.
Cuando Ancelotti tiene a los jóvenes en plenitud de forma y no improvisa con Eduardo Camavinga como lateral izquierdo, el centro del campo lo forman este, el francés Aurelién Tchouaméni, el uruguayo Federico Valverde y el inglés Jude Bellingham. A veces le da descanso a uno de estos y mete a Kross, o a Modrid, pero la tendencia es a cada vez dejar mås al croata fuera del once titular.
Ăsta es una situaciĂłn nueva para mĂ. Es verdad que ya no juego como antes, ni tanto como me gustarĂa. Siempre quiero jugar, no quiero vacaciones. AsĂ me siento mejor y me preparo mejor para los partidos
A Modric eso le duele y mientras permanece en Madrid, no dice nada, pero cuando se va con su selección, aprovecha cada oportunidad para mandar un mensaje a Ancelotti, al club, como para abrir puertas y dejar entrever una posible salida. Ya lo hizo en el parón de selecciones anterior y lo volvió a hacer en este: quiere jugar siempre, no necesita descanso, dice, pero lo cierto es que a sus 38 años no estå para tantas carreras.
A KROOS TAMPOCO LE GUSTA EL BANQUILLO
Kroos estĂĄ adaptado a ser protagonista. Si quieres que el balĂłn vaya a ras de pasto, por entre las piernas de los centrocampistas y defensores rivales, Modric es mejor, pero si quieres que la pelota vaya de un sitio a otro, de la derecha a la izquierda, justo al pecho, el pie o la cabeza de un delantero, solo tienes que dĂĄrsela al alemĂĄn y Ă©l se encargarĂĄ de hacerla llegar con un pase larguĂsimo.
Kroos parece tener en su pierna y en su cabeza todos esos instrumentos que usan los topógrafos militares, o los artilleros, para conseguir que las granadas de sus morteros caigan en el lugar indicado. Le basta un golpe de vista para saber a donde tiene que lanzar la pelota y poner a su equipo en ventaja. Y eso hace que tenga que correr menos en el campo, que sacrificarse menos y que esté menos expuesto.
AdemĂĄs, es cinco años mĂĄs joven que el croata, y su inclusiĂłn en la formaciĂłn titular le da un plus de calidad al equipo, Aunque, justo es decirlo, tampoco le gusta ser sustituido y Carletto ha tenido que aguantar alguna mirada rara del alemĂĄn, que hace un par de años renunciĂł a su selecciĂłn nacional, tal vez porque con ella ya ganĂł un tĂtulo mundial, el de Brasil 2014, justo antes de llegar al Real Madrid, proveniente del Bayern MĂșnich.
Kroos lo tiene claro: sabe que jugarå este año, pero no tiene la certeza de que lo harå el próximo. Tratarå de exprimir los meses que le quedan en el Real Madrid y, en dependencia de cómo funcione todo, decidirå, junto con él club, una extensión. Para él, la familia es fundamental y no se ve en otra liga exótica, como la de Arabia Saudita o Estados Unidos. Su adiós serå en el Santiago Bernabeu.
Intento prepararme de la mejor manera posible para ser capaz de jugar asĂ. Llevo mucho tiempo aquĂ y es importante cuidar de mi cuerpo cada dĂa. El resto vendrĂĄ porque la calidad con el balĂłn no se pierde tan rĂĄpido. Me siento bien y tambiĂ©n tengo mĂĄs descanso de lo normal
Por el momento, mĂĄs allĂĄ de algĂșn rumor en los medios sobre una posible salida de Modric a Arabia Saudita en el prĂłximo mercado de invierno, las aguas en el Madrid permanecen tranquilas. Cada uno hace su trabajo, pero Modric y Kroos, sin el protagonismo de antaño, siguen viendo el fĂștbol de manera diferente, lo cual no impide que sean importantes para que su club consiga los objetivos propuestos.