Los Bravos de Atlanta ganaron la Serie Mundial de 2021. En seis partidos se impusieron a los Astros de Houston, con un Jorge Soler espectacular, que ganó la condición de Jugador Más Valioso (MVP) de la ronda por el título. Pero el cubano se marchó apenas terminó el campeonato con destino a los Marlins de Miami y por si fuera poco, también se marchó otra de las, Freddie Freeman, con destino a Los Dodgers.
En esa ocasión, el equipo de Georgia no contó en las rondas de muerte súbita con su gran estrella emergente, el venezolano Ronald Acuña, ahora mismo entre los dos mejores jugadores de todas las Grandes Ligas y gran favorito para convertirse en MNV de la temporada regular de la Liga Nacional, en una porfía cerrada con su compañero de equipo Matt Olson, el propio Freeman y Mockie Betts, los dos últimos de Los Dodgers.
La presencia de Acuña y Olson convierte a los Bravos en grandes favoritos para llegar a la serie de campeonato de la Liga Nacional, incluso para ganarla y seguir camino a su segundo trofeo máximo en tres años, pero el béisbol no siempre es lógico y vale recordar que en muchas ocasiones, con anterioridad, dominaron la División del Este en triunfos en la etapa regular y luego regresaron temprano a casa.
UN POCO DE HISTORIA
Basta con hurgar un poco en la memoria para recordar aquellos equipos que parecían invencibles de los años 90, con cuerpos de pitcheos impresionantes, por la presencia de Greg Maddux, John Smoltz y Tom Glavine, por ejemplo, sin embargo sufrieron para ganar un título, en momentos en los cuales los Marlins, entonces de la Florida, ganaron en dos ocasiones, después de terminar por detrás en la División del Este y avanzar solo mediante un wild card.
Ganar la división, la Liga, ser, incluso, el equipo con más victorias en la temporada regular, es importante, pero no te garantiza llegar a la Serie Mundial, y muchos menos ganarla, y de eso saben mucho en el Truist Stadium, que han pasado por esas situaciones en muchas ocasiones anteriores. Igual, para ganar tampoco tienes que tener listo a tu mejor jugador, aunque si está bien, ayuda mucho.
Antes de ganar en 2021, los Bravos no habían llegado a una Serie Mundial en el presente siglo. Lo hicieron por última vez en 1999, en una serie que perdieron por 4-0 ante los Yankees de Nueva York, que habían establecido una dinastía con jugadores que entrarían para siempre en la historia del club, como Derek Jeter, Bernie Williams, Jorge Posada, Mariano Rivera, o Paul Oneill.
Tres años antes, en 1996, también habían sido víctima de los Yankees, aunque en una serie más apretada, que fue hasta seis partidos y que finalmente se terminó quedando en el Bronx, por aquel entonces en el antiguo Yankee Stadium, a pesar de que entonces eran los de Atlanta los que llegaban como favoritos, porque un años antes se habían coronado en una serie de seis juegos ante los Indios de Cleveland, ahora Guardianes.
La de 1995, un año después de la huelga que detuvo las Grandes Ligas, fue la tercera en la historia de los Bravos, que habían ganado antes en 1914 y 1957. En esa ocasión, el zurdo Tom Glavine, con posterioridad miembro del Salón de la Fama, fue el MVP de la Serie Mundial. Glavine ganó el segundo partido y también el sexto, en un juego que Atlanta dominó por 1-0 y en cual Cleveland pegó un solo hit ante el zurdo y el salvador Mark Wholers.
UNA MAQUINARIA IMPARABLE, AL PARECER
Esta vez, el único que equipo que ha ganado un centenar de partidos en la temporada regular, llega con dos bateadores muy en forma: Acuña y Olson. El primero se convirtió hace unas horas en el quinto jugador con al menos 40 bases robadas y 40 jonrones, para entrar a formar parte de un grupo selecto, al cual, con él, solo han entrado cinco jugadores hasta el momento, desde que el cubano José Canseco lo inauguró en 1988.
Canseco bateó 42 jonrones y se robó 40 bases, para inaugurarlo in extremis, los mismos números que hizo Barry Bonds ocho años después. Con más comodidad lo logró Alex Rodríguez en 1998, con 42 cuadrangulares y 46 estafas. En tanto, Alfonso Soriano bateó 46 jonrones en 2006 y se robó 41 almohadillas, hasta que Acuña, que ya tiene 41 batazos fuera del parque, se ha estafado 68 bases. ¡Descomunal.
Acuña es un bateador tremendo y un pelotero muy completo, un portento que ha nacido para jugar al béisbol, y que está ansioso de protagonismo, para que su nombre suene aún con más fuerza, en tiempos en los que parece que solo es super estrella el japonés Shohei Ohtani, un coloso de dos vías, que es tan bueno de pitcher como de bateador y que parece favorito para llevarse el MVP de la Liga Americana.
El venezolano batea .335, solo por detrás de su compatriota Luis Arráez, de los Marlins de Miami, y va primero en hits con 211, en tanto anotó 144 carreras, con 103 impulsadas, en tanto Matt Olson lleva 53 cuadrangulares, líder en todas las Grandes Ligas, y también en remolques con 134. Sin embargo, los Bravos no son solo Acuña y Olson, porque, además, aparecen por ahí figuras de mucho valor como Austin Riley, Ozzie Albies o Marcel Ozuna.
Los tres tienen más de 90 impulsadas en la temporada, y cada uno más de 27 jonrones, cifras que meten miedo, si entre ellos se ubican Acuña y Olson, como para asustar a los lanzadores rivales. Para mí, los Bravos son los grandes favoritos por la Liga Nacional, pero algunos pensarán que son Los Dodgers, aunque del equipo angelino hablaremos en las próximas horas. ¿Usted qué cree?