Mientras en Miami se juega ya la Serie del Caribe de Béisbol, los fanáticos del deporte de las bolas y los strikes se frotan las manos pensando en la próxima temporada de las Grandes Ligas, y atentos a lo que puedan conseguir sus respectivos equipos antes del lanzamiento de la primera pelota, con la llegada del mes de abril. Hay muchos nombres sobre la mesa aún, a pesar de que en los últimos días se produjeron numerosos cambios.
Ya podemos decir que Justin Turner, el veterano que brilló otrora con los Dodgers de Los Ángeles y que no estuvo mal la pasada campaña con los Medias Rojas de Boston, llegó a un acuerdo de un año con los Azulejos de Toronto, por la nada despreciable suma de 13 millones de dólares para un veterano jugador que acaba de cumplir 39 años de edad y que tiene el tiempo contado en el mejor béisbol del mundo, a pesar de querer aún más.
Un excompañero de Turner en Chávez Ravine, el cubano Yasiel Puig insiste en regresar a las Grandes Ligas. El caribeño, que defiende los colores de los Tiburones de la Guaira en la Serie del Caribe, no quiere ver cómo sus condiciones se apagan en Japón o en el circuito del Caribe, quiere regresar a Estados Unidos y demostrar que se equivocó en su momento, pero que está listo para tener un gran regreso.
UN EQUIPO PARA PUIG, UN ABRIDOR PARA YANKEES
Hasta ahora, la posibilidad de que Yasiel Puig retorne a las Grandes Ligas son solo especulaciones. Hace unas semanas alguien dijo que los Rays de Tampa Bay lo podían invitar a la pretemporada y darle la opción de que se gane un puesto, además de que está en el punto de mira de otros clubes, pero, a ciencias ciertas, nadie sabe si el cubano regresará a la MLB o no tendrá más opciones que volver a jugar en Japón o en otro torneo.
Lo ideal sería que volviera. Puig tiene apenas 32 años y está en plenitud de facultades, pero el jugador, polémico como pocos y caliente cuando está sobre el terreno, enfrentó demasiados problemas legales, como para que algún club quiera hacerse con sus servicios, incluso los Ray de Tampa Bay, al menos según reportes de prensa desde la ciudad floridana. Pero el talento siempre es necesario y no es de extrañar que alguna novena vaya a por él.
¿Qué dónde podía caber? En cualquier equipo podría jugar. El cubanos es aún un corredor veloz, un gran fildeador, con un brazo tan potente como se han visto pocos en las dos últimas décadas en las Grandes Ligas y aunque no explotó totalmente cuando jugó para los Dodgers, también es cierto que ese tiempo fuera del mejor béisbol del mundo debe haberse servido de experiencia para mejorar su comportamiento. Aunque muchas veces el regresar o no, no depende de ti.
Por otra parte, los Yankees tienen un buen cuerpo de lanzadores, pero nadie sabe si el staff abridor sea suficiente para alcanzar la postemporada y luego ganarla. Ahora mismo tienen al último ganador del premio Cy Young de la Liga Americana, Gerrit Cole, y acaban de firmar a Marcus Stroman, un derecho de 32 años, con 77 triunfos y 76 derrotas en su carrera de más de mil ponches en Grandes Ligas.
Stroman estaría bien para una rotación, pero no para ser la segunda espada, detrás de Cole. Para ese puesto trabaja el zurdo Carlos Rodon, que se lesionó el año anterior y se perdió la mayoría del campeonato. Si el zurdo, ex de los Medias Blancas de Chicago, resuelve sus problemas de salud, nadie tendrá dudas de que se puede convertir en el segundo as de la rotación para Aaron Bonne, pero el manager tampoco estaría conforme y querrá más.
BLAKE SNELL ES EL HOMBRE
Los Yankees quieren a Blake Snell, un zurdo de 31 años, que viene de ganar el segundo premio Cy Young de su carrera. ¿Se imaginan a la novena neoyorkina con los ganadores del Cy Young en ambas ligas como uno-dos del staff de abridores? Eso le daría un plus a Boone en busca de su primer título como dirigente, luego de muchos años de fracasos consecutivos, entre ellos el quedarse fuera de la postemporada en 2023.
Pero Snell quiere un salario que no están dispuestos a pagar los Yankees, quienes le hicieron una oferta que el lanzador zurdo tiene sobre la mesa, sin aceptarla aún, porque espera una más jugosa, o por más años. Según medios de prensa cercanos al equipo del Bronx, el gerente general, Brian Cahsman aumentará la oferta, incluso sobre los 200 millones de dólares para intentar convencer al lanzador,
En primera instancia, Los Yankees le daban 150 millones de dólares por seis temporadas, pero el otrora ganador del Cy Young con Tampa Bay y San Diego buscaba 270 millones, aunque hubo quien dijo que se conformaría con 250 por nueve campañas. Ya sea una u otra la suma, las posiciones estaban bastante lejanas, pero si ahora se habla de que Cashman apelará a la billetera y se irá sobre los 200 millones, es probable que haya un pacto.
¿Qué si es arriesgado firmar a un jugador, y más a un pitcher, hasta los 40 años? Claro que es un riesgo tremendo. Solo hay que ver lo que ha ocurrido con las últimas grandes estrellas cuyos acuerdos sobrepasaron los 40 años en activo, como Albert Pujols o Miguel Cabrera, por solo mencionar a dos fenomenales jugadores, que terminaron casi arrastrándose por los terrenos para poder cumplir el acuerdo.
Y que conste que hablamos de dos futuros miembros del Salón de la Fama, al seguro. Pero los jugadores y sus representantes dirán que si un equipo quiere disfrutar de la parte buena de la carreras, no tendrá más opciones que comerse la mala, y por eso fuerzan hasta el límite a la hora de negociar. A mí, en lo particular, me parece que Snell jugará con los Yankees y que redondeará un cuerpo de abridores que meterá miedo en las Grandes Ligas.
