Juana de Arco, la francesa que murió en la hoguera acusada de hereje en tiempos de la Inquisición, es hoy por hoy una de las mujeres ícono para muchas deportistas de la actualidad, y es que para su época, era una mujer «dotada» para las rudas actividades físicas.
Apuesta en deportes con Bet365De cuerpo fuerte, atlético, Juana resistió batallas, incluso pasaba días sin despojarse de su armadura, misma que según la escritora Patricia Nell describe, también «protegía su virginidad».
La misma Nell, autora del libro «El vestuario de color rosa», hace referencia al SIA (Síndrome de Insensibilidad Androgénica), que probablemente padecía Juana de Arco y le daba cualidades especiales para ser fuerte en las actividades físicas.
Este síndrome tiene como característica que quien lo padece carece de útero y ovarios, por lo cual la persona es infértil.
En el deporte, los casos de SIA han sido descubiertos al realizarse la famosa prueba de sexo (proceso para verificar que las atletas realmente son mujeres). María Martínez Patiño, saltadora de vallas, forma parte de los casos más sonados de este padecimiento. A Martínez Patiño le fue retirada la licencia de atleta por tener cromosomas masculinos, es decir «xy».
Según los especialistas, las mujeres con SIA suelen dedicarse al deporte.
Pero, ¿en qué consiste este síndrome? Existe un déficit en los receptores androgénicos y los tejidos no absorben la testosterona, lo que provoca que la menstruación no aparezca, hay poco vello en la zona pública y en las axilas. Tienen mayor fuerza muscular que una mujer que no lo padece.
Ahora el cuestionamiento es, ¿tener SIA es una clara ventaja sobre otras atletas? Para Pedro Manonelles, presidente de la Federación Española de Medicina Deportiva, la respuesta es «sí», tal y como lo señala en un artículo publicado por abc.es: «La testosterona es la hormona masculina por excelencia. Aumenta la fuerza muscular, condiciona las características antropométricas (más hombros, menos caderas) y hace que el porcentaje de grasa sea menor«.
Ante esto, previo a los Juegos Olímpicos de México 68, se realizaban las llamadas pruebas de sexo para corroborar que las atletas en verdad eran mujeres, pero dicho procedimiento resultaba incluso denigrante, ya que los encargados tenían que verificar que en realidad tuvieran vagina.
Ya en México 68, la prueba se realizaba con pruebas de saliva, pero a la larga se consideraba que no eran tan acertado el resultado.
En los últimos años, el caso de Caster Semenya, la atleta sudafricana que causó controversia por su sexualidad, pues muchos consideraban que era hombre. Incluso Semenya apareció en la portada de una revista donde fue criticada por ser «sexualizada», como si ella quisiera demostrar que en verdad es mujer.
Como se mencionó al inicio, hay indicios de que Juana de Arco, la ahora santa francesa, sufriera este síndrome, y debido a la vida que llevó como una mujer fuerte físicamente, corpulenta, que podía aguantar una pesada armadura, se ha convertido en la «ídola» de las atletas, considerándola un ejemplo a seguir.