¿Será que nadie quiere a Cristiano Ronaldo?

Cristiano Ronaldo no seguirá en el Manchester United. Eso lo sabe el entorno del jugador, el técnico Erik Ten Hag y la directiva del club inglés. Lo que no sabe nadie es dónde terminará recalando el portugués, que quiere, a toda costa, jugar la próxima edición de la Liga de Campeones de Europa. Eso sí, al Real Madrid no volverá, por más que a una buena parte de la afición le gustaría volver a verlo vestido de blanco.

A Florentino Pérez no le gustaron las formas de Cristiano, cuando hace tres años intentó forzar una renovación al alza y terminó por irse a la Juventus, y no de la mejor manera posible, aunque el club le agradeció por los servicios prestados y por el Santiago Bernabéu se le recuerda y se le recordará como la gran leyenda que ayudó a conquistar cuatro Champions.

El portugués se dio cuenta muy pronto que había cometido un error dejando el Madrid, pero su autoestima no le permitió nunca aceptarlo. Es más, hizo todo lo contrario. Dijo que en Turín se había encontrado una familia de verdad y se conformó con algún scudetto y el trofeo de capo cannonieri, muy lejos de sus aspiraciones reales, que pasaban por llegar a lo más alto en Europa.

El Madrid no lo quiere de vuelta

Tres años después, alejado incluso del título que habitualmente ganaba la Juventus en Italia, decidió irse. Jorge Mendes, su agente, dejó caer a la directiva del Real Madrid, siempre a través de terceros, que el jugador estaba dispuesto a volver, y solo recibió la callada por respuesta. O tal vez un 'estamos bien así. Tenemos una camada de jóvenes jugadores que en unos años explotará. Gracias'.

Y entonces Mendes siguió buscando destinos para el implacable goleador. En esa pesquisa se lo ofreció al Manchester City de Pep Guardiola, pero no porque quería que jugara allí, sino para despertar al archirrival Manchester United. Y la estrategia resultó perfecta. Sir Alex Ferguson, el padre deportivo de CR7, no quería saber del jugador en el campo del enemigo, y pidió que lo contrataran.

Ronaldo volvió como héroe a Old Trafford, pero el United no era el equipo que él dejó. Cayó temprano en la Champions y para colmo ni con los goles del portugués pudo hacerse de un puesto para jugar competiciones europeas. Y eso significaba que tendría que irse, porque CR7 quiere dejar el fútbol cuando sepa que nadie alcanzará sus cifras de goles totales en la competición continental y mientras sienta que Lionel Messi va detrás, él seguirá en la cancha.

El portugués ha marcado 141 goles, y el argentino 125. La distancia es considerable, pero él no quiere dejar margen a las dudas y por eso abandona el United, que malamente jugará la UEFA Europa League. Y Mendes, de nuevo, lo ha ofrecido a varios de los grandes de Europa, España incluida. Y cómo sabe que el Real Madrd no abrirá sus puertas, por más que se rebaje el salario y aunque quiera Carlo Ancelotti, el representante tocó la puerta del Barcelona y del Atlético.

La estrategia se pareció demasiado a la del año anterior con el City para ir al United. Pensó Mendes -y tal vez Cristiano- que si el Atlético estaba por la labor, el Real Madrid no lo permitiría y le ofrecería un puesto, pero en la llamada Casa Blanca hay cosas que no se olvidan. Y pasaron de largo, como pasaron también el Atlético y el Barcelona, centrados en otras cosas.

Entonces aparecieron otros clubes: PSG, Bayern Múnich y Chelsea. Los franceses parece que no quieren sufrir más con estrellas entradas en años y creen que con Messi, Neymar Jr. y Sergio Ramos es suficiente carga, y dijeron que, por el momento, no les interesaba. 

Varias opciones pero nada más

Tenía morbo que CR7 llegara al PSG. Jugaría con el argentino, con el cual se repartieron la mayoría absoluta de los balones de oro en 15 años. También con Kylian Mbappé, admirador confeso suyo desde que era un niño, y además con el brasileño, con el cual junto a Messi, formaron alguna vez la terna de favoritos al Balón de Oro.

Sin embargo, fueron la nueva directiva del Chelsea y el técnico del Bayern Múnich los que encontraron buena la propuesta. Desde Stamford Bridge ven con buenos ojos que Cristiano juegue para el club, sobre todo después de la salida hacia el Inter de Milán del belga Romelu Lukaku. Sería el relevo ideal, a pesar de sus 37 años, porque asegura goles y continuidad, porque todos saben que se cuida tanto que apenas se lesiona.

Encima, tendrá el Mundial de Qatar por el medio y eso significará motivaciones especiales, pero -siempre aparece algún pero- el entrenador Thomas Tuchel no está muy convencido. Más que poco convencido, tiene muchas dudas, porque cree que CR7 alterará el ecosistema del equipo, que obligará a jugar para él, y cree que la presencia de una estrella de sus dimensiones en el vestuario haría daño en lugar de ayudar.

A Julian Nagelsmann le atrae la idea, sobre todo si al final termina perdiendo a su nueve de referencia, Robert Lewandowski, a quien todos sitúan en el Barcelona, pero es a la directiva del Bayern Múnich a la que no acaba de convencerle la posibilidad de contar con Cristiano. Y así pasan los días.

Solo a equipos grandes

Más allá de esos clubes no hay muchas otras opciones para el portugués, que no irá a un equipo pequeño, que no tenga opciones de ganar la Champions, o al menos de competir más allá de la fase de grupos. Y entonces uno vuelve a pensar en el Real Madrid, que intenta desprenderse de sus atacantes de segunda línea y analiza reforzarse con un delantero que no sea competencia para Benzema y que se conforme con minutos residuales y un puesto de segundón.

Pero, además de lo dicho al principio sobre los escrúpulos de Florentino Pérez, eso es lo que no ocurrirá. Ronaldo le peleará el puesto a Benzema, a Vinicius y a quien se le ponga delante, porque querrá jugar. Y si juega y lo hace bien, todo estará bien, pero si no, será un problema en el banquillo, y eso es lo que no quieren en el Madrid, que el año pasado demostró que el vestuario funciona como una familia sin egos desmedidos, y que el equipo está por encima de cualquier individualidad.

Es temprano aún. Al mercado de fichajes le queda mucho tiempo, pero ya CR7 declinó viajar a hacer la postemporada con el United. El equipo dice que tiene un problema personal -o familiar- pero lo cierto es que la decisión está tomada y mientras Jorge Mendes, el superagente al cual Cristiano le regaló una isla, sigue buscando donde acomodarlo, los fans se preguntan si un crack de su dimensión hace bien ofreciéndose por ahí.

Pero es el fútbol. Funciona así y al final encontrará un puesto que le permita jugar la Champions y seguir su idilio con el gol y los trofeos. Eso sí, en el Real Madrid no jugará. Al menos eso pienso yo. ¿Y tú qué crees?