Alguna vez leí en las redes sociales que las guerras son eventos donde viejos que se conocen, se abrazan y se dan la mano, mandan a morir a jóvenes que no se conocen, no se tienen odio y que a veces no saben ni por qué empuñan las armas. Y en el mundo del fútbol pasa algo parecido con las rivalidades: los aficionados y los medios se atacan a muerte, incluso los jugadores en el campo, pero los directivos se abrazan en privado.
Un ejemplo elocuente de esto que acabamos de decir ocurrió este lunes en la Asamblea de la Liga Española, a la que acudió Joan Laporta por el Barcelona, en su calidad de presidente, y por el Real Madrid lo hizo José Ángel Sánchez, CEO del club y mano derecha de Florentino Pérez, presidente de la entidad, para todo lo que tiene que ver con la La Liga, la Federación y esas reuniones a las cuales el máximo mandatario prefiere no acudir.
Una cámara, tal vez de manera sorpresiva, sorprendió el abrazo entre Laporta y José Angel Sánchez, apenas unos días después de el mandatario blaugrana culpara de todos los problemas del Barcelona, incluso lo relacionado con el llamado Caso Negreira, a un "madridismo sociológico", que, según sus consideraciones, está muy enraizado en la sociedad española.
Ante la gravedad de las acusaciones formuladas por la Fiscalía de Barcelona contra el F. C. Barcelona y dos de sus presidentes por las sospechas fundadas de corrupción y sus relaciones con quien fuera el vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, José María Enríquez Negreira, el presidente ha convocado con carácter urgente a la Junta Directiva mañana domingo 12 de marzo de 2023 a las 12:00 h, a fin de decidir las acciones que el Real Madrid estime oportunas en relación a este asunto
¿ENEMIGOS O AMIGOS?
El abrazo entre los dos directivos fue todo lo inimaginable que alguien pudiera imaginar, sobre todo porque de puertas hacia afuera, ambas instituciones se atacan mutuamente. El Real Madrid se personó como acusación en el Caso Negreira, porque se sintió perjudicado por las sumas que pagó la entidad catalana durante 17 años al vicepresidente del Comité Técnico Arbitral.
Luego, en una de sus habituales diatribas públicas, con la intención de lavar la imagen del Barcelona y la suya propia, Laporta dijo que todo ese movimiento salía del Madrid, con el Real Madrid detrás, y que el llamado club blanco había sido el equipo más beneficiado de la historia del fútbol, porque fue el preferido de Francisco Franco, el hombre que gobernó España con mano de hierro por casi medio siglo.
El Real Madrid no dejó pasar aquello y a través de su canal de televisión hicieron público un vídeo en el que demostraban, con pruebas, que el verdadero equipo del régimen había sido el Barcelona. Recortes de periódicos, vídeos, de momentos relacionados con Franco y las directivas blaugrana, echaron por tierra la teoría de Laporta, un dirigente carismático, con capacidad de arrastrar a las masas más radicales del entorno culé.
Hace apenas unos días, Laporta volvió con lo del madridismo sociológico, y esta vez en el Real Madrid hicieron mutis. La televisión del club blanco estaba enfocada en otras cosas, entre ellas en poner en evidencia al árbitro que le tocaba durante el partido ante el Sevilla, Ricardo de Burgos Bengoechea, a quien acusaron de fallar siempre en contra del equipo blanco. Al vídeo previo siguió otro posterior, con los errores del colegiado en el partido.
Y cuando parecía que todo iba mal, sale a la luz el abrazo entre Laporta y José Ángel Sánchez, quienes estuvieron acompañados por jurídicos del club, quienes también se dieron la mano amistosamente, como si no hubiera habido acusaciones de uno y otro bando de por medio. Para el seguidor del Madrid, por ejemplo, no se trata de saludar o no. Hay que saludar pero sin esa efusividad manifiesta.
Nosotros ya tenemos un equipo muy competitivo. Hemos ganado la Liga española y podemos seguir ejerciendo hegemonía en esta competición. Me centro en hacer un buen equipo por encima de fichar individualidades. Nosotros hemos fichado a Gundogan e Íñigo Martínez y nos darán un gran rendimiento como los demás que van a venir
JUNTOS POR LA SUPERLIGA
Cuando se hicieron públicas las imágenes, los medios de uno y otro lado explotaron. Las redes sociales casi colapsan con el tema, y los youtubers e influencer encontraron material suficiente para cientos de vídeos sobre e tema. Incluso, para pedir a Florentino Pérez que no acuda a al comida de directivas con Joan Laporta, previa al partido del próximo sábado en el Estadio Olímpico de Montjuic.
Según filtraron desde el club blanco y de lo cual se hicieron eco algunos medios, Florentino no seguirá los pasos de Pepe Castro, el dirigente del Sevilla, quien no acudió a la cena ni se sentó en el palco con Laporta. El presidente del Real Madrid no irá a la comida de las directivas, pero sí acompañará al mandatario blaugrana durante el partido. Esta posición tiene a algunos malhumorados, porque consideran que el Real Madrid no se puede rebajar.
La historia del Barça no se ensucia. Es el ataque más feroz que se ha hecho a la imagen del Barcelona con el caso Negreira. Es una campaña sin precedentes. No debemos permitirlo. Estamos en alerta permanente
Sin embargo, más allá de la aparente rivalidad pública entre un club y otro, los directivos se llevan bien, porque saben que sus clubes se necesitan, que uno le da valor al otro y viceversa. Una Liga sin el Real Madrid no tenía sentido, como tampoco acapararía tanta atención si el Barcelona perdiera la categoría. Tal vez por eso de un lado y otro se lanzan piedras, pero sin hacerse daño, algo que la masa social de ambos lados no termina de entender.
Para poner un ejemplo, el proyecto de la Superliga Europea de Fútbol, una idea que nació hace unos tres años con Florentino Pérez como ideólogo principal solo cuenta ahora con dos clubes, precisamente el Barcelona y el Real Madrid. Uno a uno, el resto de los clubes involucrados se fueron descolgando, y dejaron solos a los dos españoles y a la Juventus de Turín, que también se salió.
Dicen los que conocen el caso con nitidez que al final ninguno se ha apartado definitivamente, y que solo aguardan por una sentencia definitiva para reiniciar el proyecto, un paso que podría ayudar a los dos principales clubes españoles a resolver los problemas económicos que enfrentan en España, donde habitualmente se compite con equipos de nivel muy inferior, con las consecuencias que eso deja en el apartado económico.
