A falta de unos flecos, traducidos como dos partidos pendientes entre los Mets de Nueva York y los Bravos de Atlanta, la temporada regular de la NBA es historia. Y si bien faltan por definirse dos de los clasificados para la postemporada por la Liga Nacional, hay otro temas que merecen que les dediquemos unas líneas, como las campañas de Aaron Judge y Shohei Ohtani.
Ahora mismo, son los dos más grandes bateadores de las Grandes Ligas y, por suerte, Ohtani cambió de la Americana a la Nacional en la temporada baja pasada, para que ambos pudieran ser ganadores del premio al Jugador Más Valioso (MVP), porque de haber estado los dos en la misma liga, hubiera sido más complicada la elección, por lo que han hecho en los últimos seis meses.
No vamos a referirnos a cuál de los dos es mejor jugador, o a cual tiene más peso en el juego de su equipo -con la salvedad de que Ohtani no lanzó este año y casi seguro no lo hará en la postemporada- sino solo a lo que hicieron 2024, por lo cual se robaron los cintillos de la prensa y abrieron decenas de informativos con sus hazañas desde abril hasta el último día de septiembre.
Ohtani está fuera de liga, el muchacho hace de todo; batea, pitchea, corre... es algo que no es usual, uno hace una cosa, pero todas no
JUDGE, LA BESTIA DE LOS YANKEES
Sin Aaron Judge los Yankees de Nueva York no son nadie. Para ponerles un ejemplo: el mejor momento de los Mulos del Bronx en la temporada fue cuando tuvieron fuera a su principal lanzador, el derecho Gerrit Cole. En ese tiempo estuvieron muy por encima del resto de los equipos de ambas ligas. Aunque hay que recordar que el mes de abril fue funesto para el máximo jonronero del béisbol.
El bate de Judge comenzó demasiado frío la temporada. El patrullero central, que es todo un ídolo en el Yankee Stadium estuvo tan mal en ese mes inicial que se llevó hasta abucheos de una grada que lo adora. Eso sí, cuando su bate tomó calor, se volvió imparable, y terminó la temporada con 58 jonrones, más que ningún otro bateador en todas las Grandes Ligas.
¿Aaron Judge? No es perfecto. Pero es malo. ¿Sabes? Es malo como Michael Jackson. Es malo. No puedes enfrentarte a él mano a mano a menos que sea absolutamente necesario. Si tienes que enfrentarte a él mano a mano, lo haces mano a mano. Pero si no tienes que hacerlo, lo siento, tienes que quitarle el bate de la mano y alguien más tiene que vencernos. Y realmente no me importa lo que digan los demás después de eso.
No solo fue el máximo jonronero, sino también el jugador que más carreras impulsó, con 144, 14 más que su perseguidor más cercano, y si eso fuera poco, tuvo el tercer average más alto de todo el campeonato, un .322 solo superado por Bobby Witt Jr. (.332) y Vladimir Guerrero Jr. (323). Además, fue cuarto en anotadas (122), por detrás Ohtani (134), Juan Soto (128) y Witt Jr. (125).
Por si fuera poco, fue octavo en hits conectados, segundo en total de bases recorridas con sus batazos, primero en OBP (.458), y en sluggin (.701), único por encima de los .700 y muy distante del resto, y también puntero en OPS con 1.159, con Ohtani como segundo con 1.036 (los únicos dos que sobrepasaron el millar) y el del WAR más alto, con 10.8, casi un punto y medio sobre Witt Jr.
Con esos números, Judge no tiene rivales para ganar el MVP de la Liga Americana, incluso podría ser el gran candidato si en lugar de un premio por circuito, se otorgara uno solo en todas las Grandes Ligas. Por muy bien que haya estado Bobby Witt Jr., Aaron Judge fue la gran sensación del torneo y si no tuvo más repercusión mediática fue porque un japonés con mucha calidad y carisma logró cosas increíbles.
OHTANI ES DE OTRO MUNDO
El 22 de marzo, antes de comenzar la temporada, desde estas líneas dijimos que Ohtani podría hacer un 50-50 en jonrones e impulsadas que le otorgaría un estatus de realeza que nunca ha tenido otro jugador. Ningún otro medio de prensa hizo alusión, pero el fenomenal beisbolista japonés casi seguro que se lo propuso. De hecho, ese día, en el primer partido oficial, en Asia, se robó una almohadilla.
Desde ese momento comenzó una carrera tremenda contra él mismo por alcanzar el medio centenar de cuadrangulares y almohadillas robadas. Llevó ambos indicadores casi a la par, consciente de que era más fácil robar una almohadilla que pegar un batazo más allá de las cercas. Y así, con tiempo suficiente se coló en la media docena de los que hicieron 40-40.
Yo quiero saber para dónde MLB va a correr este año. Ellos siempre tenían un ‘juidero’ para no darme el MVP a mí porque era designado. Yo voy a ver qué van a decir este año. Me voy a sentar a esperar a ver para dónde van a coger. Además, de que tú sabes que Ohtani es la ‘niña linda’ de MLB
Con eso le bastaba para aspirar al MVP, a pesar de algunas voces opuestas, como el dominicano David Ortiz, quien dijo que si a él no se lo dieron porque fue solo designado, tampoco podían hacerlo con Ohtani. Al final, lo del 50-50 fue una anécdota más, que logró en un día histórico, con seis hits, dos dobles, tres cuadrangulares, dos bases robadas y 10 carreras impulsadas.
Al final lideró a Liga Nacional en la mayoría de los departamentos ofensivos y en los que no estuvo de primero, como en average o bases robadas, fue segundo. Por el título de bateo peleó hasta el último día pero no pudo alcanzar al venezolano Luis Arráez, otro que hizo historia con tres campeonatos de bateo con tres equipos diferentes en tres años consecutivos.
Ohtani, aunque no lo quiera David Ortiz, es el MVP de la Liga Nacional, uno de los dos mejores bateadores de las Grandes Ligas y, por mucho, el más carismático de todos los que pisaron un diamante en 2024. Ahora toca la postemporada y esperar al año próximo, porque con Dodgers, que es un equipo grande, lo más probable es que quiera sumar a su palmarés un premio Cy Young.
