Albert Pujols puede que no entre al Salón de la Fama del béisbol de Estados Unidos de manera unánime. Eso, creo, quedará como un legado exclusivo del cerrador panameño Mariano Rivera, pero el dominicano hace méritos suficientes para ser exaltado en la primera oportunidad.
Apuestas en el Béisbol con Bet365Ese primer momento llegará cinco años después de su retiro definitivo como jugador, algo que ocurrirá en apenas unos meses, cuando termine la presente temporada de las Grandes Ligas, para la cual Pujols regresó a San Luis con la intención de vestir el uniforme de los Cardinals en su despedida.
Ayudó, en su vuelta al equipo con el que ganó dos veces la Serie Mundial, la institución definitiva del bateador designado en la Liga Nacional, aunque el dominicano defendió la primera base en varias oportunidades. Incluso, en una ocasión, con una ventaja abrumadora en el marcador, se atrevió a subirse al box a sacar los tres outs finales de un partido.
Los seguidores del temible slugger quisqueyano disfrutan los últimos momentos en los diamantes de béisbol del tal vez más grande bateador que haya nacido fuera de Estados Unidos, un pelotero de 42 años que aún sale al terreno con la misma alegría del jovencito que debutó en 2001, justo cuando todos creían que iba a ser un descarte más, alguien que no tenía la clase que necesitaban los Cardinals.
Los astros se alinearon en aquellos inicios de la temporada de 2001, para que el equipo de San Luis no lo enviara a los Memphis Redbirds. De pronto necesitaron un jugador para la tercera base, por las inoportunas lesiones del titular y sus posibles sustitutos y el dominicano llegó y no abandonó más el primer equipo.
Para asegurar su presencia y volverse imprescindible, también defendió la primera almohadilla y los jardines izquierdo y derecho, pero no fue su defensa la que le aseguró un puesto permanente por más de 20 años en las Grandes Ligas, sino un bateo poderoso, tal vez el más impresionante de las dos últimas décadas.
Tanto bateó Pujols en sus inicios que los fanáticos lo votaron para su primer juego de estrellas. Al final de temporada exhibía números espectaculares: .329 de average, 37 jonrones, a uno del récord para un novato en la Liga Nacional y 130 carreras impulsadas, la mejor marca en la historia para un debutante.
Había tenido un año espectacular, fue el Novato del Año de la Liga Nacional, similar galardón al que mereció el fenomenal japonés Ichiro Suzuki en la Americana, pero algunos escépticos pensaron que pudo haber sido un pelotero de ocasión, como hubo casos anteriores, sobre todo porque durante su paso por las Ligas Menores no había mostrado nada espectacular. Incluso los Cardinals adquirieron a mitad de campaña a Scott Rolen para jugar la tercera y Pujols se mudó al jardín izquierdo.
Poco influyó el cambio de posición. Lo importante era jugar y el fornido jugador de 1.90 metros y casi 100 kilogramos de peso sabía que podía batear y volvió a hacerlo muy bien. Bateó para .314, con 34 vuelacercas y 127 carreras impulsadas. Fue otro año espectacular.
Sin embargo, lo mejor estaba por venir. Y llegó en 2003, el mejor año de su carrera en lo individual. Saltó a la grama en 157 partidos y por primera y única vez pegó más de 200 hits, 212 exactamente. Además, pisó el home en 137 oportunidades, promedió .359, conectó 43 cuadrangulares e impulsó 124 carreras.
Ese año igualó a Rogers Hornsby como los únicos dos jugadores en la centenaria historia de las Grandes Ligas con al menos 40 jonrones y 200 hits en una misma temporada. Sin embargo, el premio al Jugador Más Valioso (MVP), por tercer año consecutivo, fue para Barry Bonds.
Apuestas en el Béisbol con Bet365Su primer MVP lo ganó en 2005, un año antes de conseguir su primer anillo de Serie Mundial, al vencer los Cardinals a los Tigres de Detroit. Y repitió como más valioso en 2008 y 2009, siempre con el equipo de San Luis, al cual ayudó a ganar otra Serie Mundial en 2011, otra vez con Tony La Russa, el mismo timonel de 2006.
Pujols decidió cambiar de ciudad y de equipo y en diciembre de 2011 acordó un pacto por 10 años con los Angelinos de Anaheim, que le aseguraban 254 millones por los próximos 10 años. Fue, entonces, el tercer contrato de más de 200 millones de la llamada Gran Carpa, reservando los otros dos al mismo jugador, Alex Rodríguez.
Anaheim quería ganar una Serie Mundial y Pujols pretendía seguir lustrando su fenomenal carrera. Lo primero no pudo ser, y lo segundo le permitió al formidable bateador continuar incrementando sus números, aunque nunca más volvió a ser el slugger temible que jugó para los Cardinals.
El romance de Pujols y Los Angelinos duró hasta principios de mayo de 2021, cuando el equipo californiano lo dejó libre, aunque una semana después firmó con sus vecinos de Los Dodgers, con los cuales terminó la temporada, antes de regresar a San Luis para el fin de su carrera.
Apuestas en el Béisbol con Bet365A pesar de jugar poco en los últimos dos años, ya sobrepasó los 3.000 partidos, una cifra reservada a muy pocos, supera los 3300 hits, los 11 200 turnos al bate y se acerca a la mítica cifra de 700 cuadrangulares, pero al ritmo que va parece poco posible que pueda lograrlo.
Le faltan 14 para entrar en un grupo al que solo pertenecen Barry Bonds (762), Hank Aaron (755) y Babe Ruth (714) y del que quedó muy cerca Alex Rodríguez (696), los únicos que están por delante de Pujols, quien es tercero en carreras impulsadas en toda la historia de las Grandes Ligas, con 2165, únicamente superado por Aaron (2297) y Ruth (2217).
Con estos números, sus MVP, sus dos anillos de Serie Mundial y su presencia en juegos de estrellas, el dominicano tiene seguro un reservado en Cooperstown, sede del recinto de los Inmortales, pero faltaría saber si los encargados de votar lo harán de manera unánime o alguno, como pasó con Derek Jeter, le quitarán ese honor.
De cualquier manera, su portentosa carrera habla por sí sola de todo lo que consiguió un jugador que creyó en sí mismo más que cualquiera de sus dirigentes, desde el primer momento.
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