Sin que esté establecido por la ley, se considera al fútbol como el “deporte nacional” en México, más allá de lo que podría ser la lucha libre u otras actividades deportivas. Por décadas, el balompié ha sido el protagonista en medios de comunicación, sin embargo hay otras disciplinas donde hay mexicanos destacados. Uno de ellos es Arturo Guerrero, mejor conocido como el “Mano Santa”, uno de los más reconocidos basquetbolistas de México.
El reconocido atleta nacido en la ciudad de León, Guanajuato en 1948, comenzó a sentir atracción por el balón de básquetbol a los diez años, en lo que fue su primer acercamiento con este deporte al cual le ha dedicado la vida entera.
Las cosas comenzaron a salir bien para Guerrero, quien a los 18 años de edad obtuvo el Nacional Juvenil, y fue al año siguiente que además de repetir el título, fue elegido como el Mejor Jugador Juvenil Mexicano, lo que significaba que una vida ligada al deporte le esperaba al leonés.
Fue así que en 1965 recibió la invitación del profesor Constancio Córdova para que observara un torneo internacional, con lo cual Arturo podía sentirse más cerca a la altas esferas de este deporte. Para su fortuna, en el último juego, lo metieron como jugador emergente y anotó 52 puntos.
De ahí su carrera creció aún más pues por fin fue llamado a la Selección Nacional, situación que lo catapultó hasta lo más alto. Por cierto, en cuanto a sus números con el combinado mexicano, donde jugó dos décadas, participó en poco más de mill 300 encuentros internacionales como los Juegos Centroamericanos, Panamericanos, Mundiales y justas olímpicas.
Fue en 1966 que, con un año de experiencia en la Selección Nacional, fue el campeón anotador en los Centroamericanos de Puerto Rico, y un año más tarde, obtuvo la medalla de plata en los Panamericanos de Winnipeg, donde además fue nombrado como el Mejor Deportista Mexicano.
La oportunidad de participar en unos Juegos Olímpicos llegó para Arturo, y qué mejor que en su propio país. México 1968 fue la justa ideal para el mexicano pues además de su intervención en este evento, fue elegido como uno de los 10 mejores basquetbolistas del mundo por parte de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA).
Los galardones continuaban para Guerrero, pues en 1971 fue nombrado como el Mejor Jugador de Básquetbol de Latinoamérica, además de ganar el premio Heraldo como Mejor Jugador Mexicano y ser el campeón anotador en el Panamericano que se celebró en Cali, Colombia.
La carrera de Arturo Guerrero estuvo llena de grandes satisfacciones, y a pesar de que recibió ofertas para unirse como jugador de la NBA, él prefirió elegir México, pues el irse implicaría quedar fuera de la Selección Nacional.
A su retiro como jugador llegó otra responsabilidad: ser director de la Selección Nacional donde durante su gestión obtuvo títulos en los Juegos Centroamericanos que se celebraron en México en 1990, así como en los Juegos Panamericanos de La Habana en 1991.
Hace unos días, Arturo Guerrero recibió un reconocimiento por parte de Ale Gutiérrez, alcaldesa de la ciudad de León.