Hace seis días los Juegos Olímpicos de París 2024 comenzaron el reparto de medallas y en ese tiempo transcurrido, casi la mitad de la lid, la delegación cubana aún no ha sumado ni una presea. No solo los antillanos no ganaron ningún título, sino que tampoco alcanzaron el podio en ningún deporte, aunque su delegación no es muy numerosa, que digamos.
Nada tiene que ver la representación del país caribeño con aquellas delegaciones que acudieron a los últimos Juegos Olímpicos del pasado siglo, y a las que asistieron a las ediciones correspondientes a las dos primeras décadas del presente siglo. Pero no solo se trata de cantidad, sino también de calidad, porque el deporte en Cuba ha dado un salto al vacío y abandonó la élite mundial.
Sin embargo, que la delegación cubana no haya ganado ninguna presea a estas alturas y que se vaya a ir de París 2024 con la peor actuación de los últimos 65 años, no quiere decir que no haya medallistas cubanos defendiendo otros pabellones. Eso es otra cosa y una situación muy diferente, porque hay deportistas de la isla en muchos otros países, algunos de ellos con opciones de títulos olímpicos.
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LA DERROTA DEL ABANDERADO, EL PRIMER SÍNTOMA NEGATIVO
Los abanderados de las delegaciones cubanas son, generalmente, glorias del deporte en el país, atletas con muchas opciones de ganar el título en su disciplina, o con el aval de haberlo hecho con anterioridad. Así, por ejemplo, abanderados fueron los boxeadores Teófilo Stevenson y Félix Savón, ambos tricampeones olímpicos, o Alberto Juantorena, doble medallista olímpico en Montreal 1976.
En esta ocasión, el abanderado iba a ser el cuatro veces campeón olímpico en la división de los 130 kilogramos de l lucha grecorromana Mijaín López, pero el fornido gladiador necesitaba tiempo para ponerse a punto, toda vez que ya supera las cuatro décadas de vida y sus entrenadores y la jefatura de la delegación decidieron que el honor de llevar la bandera recayera en el boxeador Julio César La Cruz.
CUBA EN JUEGOS OLÍMPICOS DESDE 1968
SEDE | AÑO | ORO | PLATA | BRONCE | TOTAL | POSICIÓN |
MÉXICO | 1968 | 0 | 4 | 0 | 4 | 31 |
MÚNICH | 1972 | 3 | 1 | 4 | 8 | 14 |
MONTREAL | 1976 | 6 | 4 | 3 | 13 | 8 |
MOSCÚ | 1980 | 8 | 7 | 5 | 20 | 4 |
LOS ÁNGELES | 1984 | - | - | - | - | - |
SEÚL | 1988 | - | - | - | - | - |
BARCELONA | 1992 | 14 | 6 | 11 | 31 | 5 |
ATLANTA | 1996 | 9 | 8 | 8 | 25 | 8 |
SYDNEY | 2000 | 11 | 11 | 7 | 29 | 9 |
ATENAS | 2004 | 9 | 7 | 11 | 27 | 11 |
BEIJING | 2008 | 3 | 10 | 17 | 30 | 19 |
LONDRES | 2012 | 5 | 3 | 7 | 15 | 16 |
RÍO DE JANEIRO | 2016 | 5 | 2 | 4 | 11 | 18 |
TOKIO | 2020 | 7 | 3 | 5 | 15 | 14 |
PARÍS | 2024 |
La Cruz, un púgil de 34 años, que tiene el aval de dos títulos olímpicos, desembarcó en París con un aval impresionante y la condición de favorito para llevarse su tercera medalla olímpica, pero en el primer combate se encontró en el ring con otro cubano, Loren Berto Alfonso, cuyo entrenador es Pedro Roque, uno de los más exitosos técnicos de la llamada Escuela Cubana de Boxeo.
Solo que Alfonso y Roque no forman parte de la escuadra cubana, sino de la de Azerbaiyán. Y justo en esa pelea inicial, el dos veces campeón olímpico y cinco del mundo, cayó por decisión dividida. Luego del triunfo, el azerbaiyano se refirió en buenos términos a su víctima, a la que considera su víctima y dijo que competir por otro país no los hace enemigos.
En esa misma división, la de los 92 kilogramos, figura otro nacido en la isla, pero que compite por España y que ya tiene, al menos, una presea de bronce segura, se trata de Enmanuel Reyes Pla, quien vivió una odisea tras dejar su país natal para intentar llegar a Galicia, e iniciar una nueva vida y seguir vinculado al deporte de los puños, con resultados importantes a nivel europeo y mundial.
EL ÉXODO NO ES LA CULPA DEL BAJÓN DE CUBA
Los tres boxeadores, de la misma división, en representación de tres países diferentes, pueden dar la idea de que la caída en picado del deporte cubano está relacionada con las deserciones, pero no es tan así. Esa es una causa y no son solo los boxeadores, sino otros deportes y otras especialidades, como por ejemplo el triple salto, en la cual también habrá cubanos hasta por tres países diferentes.
Pedro Pablo Pichardo, un veterano triplista, defenderá los colores de Portugal en París 2024, pero no será el único. Andy Díaz, doble ganador de la Liga de Diamante, y quien estableció la mejor marca del año hasta ese momento, en un festival en la ciudad de Turín, puede aparecer con Italia, mientras por España lo hará Jordan Díaz, jovencito y gran favorito al título al superar los 18 metros recientemente.
Y a eso hay que agregar al representante de Cuba en la modalidad, Lázaro Martínez y ya serían cuatro los saltadores de la isla en la competición, con la posibilidad, remota, pero posibilidad al fin, de colmar el podio. Pero esos casos y hasta el de otros 20 deportistas cubanos que representan a otros países, o al equipo de refugiados, donde aparecen dos, entre ellos el campeón olímpico de Tokio 2020 en canoa Fernando Dayán, no son la causa.
La debacle deportiva de Cuba va más allá del éxodo, sino que responde a una crisis sistémica, que comienza en la economía e incluye valores, y que ha provocado un retroceso en casi todas las esferas de la vida, y que repercute con inusitada fuerza en el movimiento deportivo, que no tiene implementos, instalaciones y no encuentra a las personas con talento para la actividad física, porque con hambre no salen atletas.
La inmensa mayoría de los campos deportivos, de las instalaciones, han desaparecido, y solo en algunos lugares se preparan algunos deportistas, pensando solo en competencias importantes. Aquello de que Cuba era una potencia deportiva fue el sueño de una noche de verano, que tuvo su mejor momento en los Juegos de Barcelona 1992 y que no se repetirá nunca más.