El campeón mundial de Doha 2024 está concentrado para su segunda asistencia olímpica y llega con una vitrina de dos medallas mundiales de este año.
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Para el clavadista Osmar Olvera Ibarra el hecho de llegar con un cartel prometedor de un podio en los Juegos Olímpicos París 2024, es un aliciente que lo tiene con la tranquilidad de que en la fosa francesa dejará plasmado su mejor versión en cada clavado.
“Estamos con mucha emoción de que esto inicie –Juegos Olímpicos-, si al recibir los uniformes que utilizaremos como parte de una delegación olímpica es una sensación increíble, cuando ya se está cerca de la competencia es aun mucho más esa sensación”, dijo el medallista de bronce en el Mundial de Doha 2024 en trampolín de 3 metros.
“Estamos con mucha emoción de que esto inicie –Juegos Olímpicos-, si al recibir los uniformes que utilizaremos como parte de una delegación olímpica es una sensación increíble, cuando ya se está cerca de la competencia es aun mucho más esa sensación”.
Olvera Ibarra es considerado, por los especialistas, como uno de los competidores nacionales que subirán al podio, y más allá de que ese factor lo inquiete, lo mantiene sereno en espera de su participación, primero el 2 de agosto en los saltos sincronizados y luego el 6 del mismo mes en individual.
“Siento emoción, ya llegó el momento de demostrar para lo que hemos trabajado. Y pro ejemplo recibir los uniformes es una señal de que ya se viene lo bueno y eso es padre”, apuntó.
Pero además de las dos medallas conseguidas en el Mundial de Deportes Acuáticos en Doha 2024 –oro en trampolín de un metro y bronce en 3 metros- el competidor sumó dos platas en las mismas pruebas, pero en la cita mundial de Fukuoka 2023.
En la cita de Tokio 2020, Osmar Olvera debutó a los 17 años de edad y se quedó a un paso de acceder a al final. Ahora el tiempo ha forjado a un competidor con experiencia que lo han colocado entre los mejores clavadistas del orbe.
“Tengo mucha ilusión de estar en otros Juegos Olímpicos, se siente como un sueño más, y padre, digo, al final todavía no llegan esos nervios, esos nervios llegan ya hasta el día de la competencia, pero ya se siente cada vez más cerca esa competencia”, expresó.
Y bajo la premisa de ser considerado como uno de los próximos medallistas olímpicos “no siento ningún tipo de presión, sabemos que la gente tiene mucha esperanza en mí por los resultados que he venido dando, pero trato de tomarlo más como una motivación que como una presión”.
Por último el clavadista consideró que cada momento de saltar a una fosa lo disfruta al máximo como una uno de sus brincos, “todos los clavados los disfruto, pero más el último -dos y media vuelta al frente con tres giros – que tiene más grado y que me exige”.
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