Neymar vive un inicio de temporada escandaloso

El brasileño Neymar Jr. se ha tomado muy en serio el inicio de la temporada 2022-2023 en la Liga 1, y luego de tres partidos deja claro que a sus 30 años sigue siendo uno de los mejores jugadores del mundo y que solo tiene que dedicarse íntegramente al fútbol para demostrar que lo separa una distancia sideral del resto de los jugadores, por más que en su club haya alguno de los grandes cracks del momento.

En tres salidas a la cancha, el ex del FC Barcelona ha marcado cinco goles y ha dado seis asistencias, unas cifras estratosféricas y las mejores de su carrera para un arranque de temporada, justo cuando muchos empezaban a dudar de que alguna vez pudiera volver a ser el jugador que estuvo en la terna finalista del Balón de Oro. Pero, al parecer, todo el revuelo montado a su alrededor y la proximidad de la Copa Mundial le han cambiado el chip al brasileño.

Neymar siempre ha estado en el ojo del huracán. Unas veces por las lesiones, otras por algunas libras de más, o porque ha preferido irse a Río de Janeiro al fastuoso carnaval de la ciudad o a celebrar el cumpleaños de su hermana. Incluso, por algún rifirrafe con su compañero de equipo Kylian Mbappé, pero lo cierto es que esta vez, al parecer, todo eso ha quedado atrás y el jugador está centrado en el fútbol.

MARGINADO Y RENOVADO

Al terminar la pasada temporada, con el título de Francia y la eliminación en octavos de final de la UEFA Champions League, Neymar era uno de los que tenía abierta la puerta del club para marcharse. La directiva del PSG había decidido que, junto a los argentinos Ángel Di María y Mauro Icardi, el alemán Julian Draxler, el español Ander Herrera y algunos otros, el brasileño tenía abiertas las puertas para marcharse.

El presidente del club parisino, Nasser Al-Khelaifi, y los dueños, allá en Qatar, culpaban al brasileño por la derrota ante el Real Madrid, en un duelo de ida y vuelta en el que solo Mbappé estuvo a la altura, en tanto él y el argentino Lionel Messi, no dieron la cara en uno de esos momentos para los cuales fueron contratados. La idea original era que saliera, pero el contrato del jugador tenía cosas escondidas.

Neymar, que gana 30 millones de euros netos por temporada, tenía una cláusula en su contrato para finales de la temporada 2021-2022, que se activaría automáticamente y que le garantizaría otros cinco años vistiendo la camiseta del equipo parisino. Y a eso se acogió, y con eso le puso fin a la polémica y a la posibilidad de una salida de su actual club, sin olvidar que con ese salario no iba a ir a ningún otro club del mundo.

Una vez dado el paso inicial, el de la renovación automática, el brasileño se centró en la preparación para la presente temporada, sobre todo porque tiene motivaciones adicionales suficientes para volver a ser el jugador decisivo de siempre. Y, entre otras cosas, adelantó el final de sus vacaciones una semana y llegó en el peso ideal y con una salud envidiables, además de dispuesto a demostrar de que sigue siendo un crack.

LAS MOTIVACIONES DE NEYMAR

A Neymar le gusta jugar con Messi. Son amigos y se entienden a la perfección. De hecho, alguna vez quiso dejar el PSG y volver al Barcelona, porque reconoció que extrañaba la sociedad que formó con el argentino y el uruguayo Luis Suárez y que le reportó un título de Champions en la temporada 2014-2015. Y Messi seguía en el PSG, aunque no fue solo eso lo que lo motivó a quedarse.

Desde el 20 de noviembre al 18 de diciembre se jugará en Qatar la Copa del Mundo. Y el jugador sabe que puede superar a Pelé como máximo artillero absoluto. Incluso que hizo más goles que Ronaldo, Ronaldinho o Romario, pero tiene la desventaja de que todos ellos ganaron alguna vez uno o más mundiales, y él no ganó ninguno aún y presume que esta puede ser su última oportunidad, razón suficiente para intentar estar a tope.

Y la otra, y no menos importante, pasa por demostrarle a Mbappé que se equivocó cuando le sugirió a la directiva que lo dejara salir. O que no se pronunciara cuando el club dijo que las puertas estaban abiertas. Entre ambos, sobre todo por la necesidad de protagonismo del francés, se abrieron unas heridas que costará cerrar y que salieron a la luz en los primeros partidos de la temporada, a pesar de que el PSG arrolla en cada presentación.

La semana anterior, en un partido ante el Montpellier. Mbappé lanzó el primero de los penales y lo erró. Pero hubo otro y Neymar tomó la pelota para patear, pero su compañero fue a reclamarle la pelota, ante lo cual se negó. Hubo gestos, caras largas, miradas inquisidoras, todo lo cual obligó a una reunión en la cual quedó claro que el orden para lanzar las penas máximas tiene a Mbappé primero, a Neymar después, y a Messi tercero.

¿LOS GOLES LIMAN LAS ASPEREZAS?

La situación no se volvió a repetir ante el Lille, que se llevó siete goles, para hacer valer aquella máxima del fútbol que dice que con goles se resuelven las crisis. Pero todo puede ser un espejismo y nadie sabe si situaciones similares volverán a producirse, o no, en el futuro, sobre todo porque se trata de dos cracks, con egos desmedidos y el afán de convertirse en grandes protagonistas. Más allá de títulos colectivos, el Balón de Oro puede ser el centro de la polémica.

Mbappé lo ha dicho siempre: quiero ganar muchas veces el Balón de Oro y la Champions, y por eso se quedó en el PSG -además de por un contrato de 100 millones de dólares que le ofrecieron desde Qatar- y no se fue al Real Madrid, el equipo del cual dijo siempre que era su ilusión desde niño. De esa rivalidad puede beneficiarse el PSG, porque ambos irán lanzados durante la temporada.

Y Neymar sabe que los últimos grandes jugadores de su país ganaron al menos un Balón de Oro. Ronaldo fue el pionero en 1997 y repitió en 2002. Rivaldo lo hizo en 1999, Ronaldinho en 2005 y Kaká en 2007. Son los únicos jugadores de su país en la prestigiosa lista, que entregó uno honorífico a Pelé, porque en los años en los cuales jugaba el trofeo consideraba solo a los jugadores nacidos en Europa.

Las goleadas al Clermont (0-5), Montpellier (5-2) y Lille (1-7) han demostrado dos cosas sobre todo. Primero que el PSG está a otro nivel y que nadie le ofrecerá resistencia en la LIga 1, que dominará de principio a fin, salvo debacle insospechada e inesperada. Y segundo, que Neymar, en forma, es un jugador total, dominante y con unos atributos técnicos increíbles.

Luego de tres fechas, Neymar es líder con cinco goles, seguido de Mbappé (4), que marcó tres en la última jornada. Pero el brasileño lidera también en las asistencias con seis, por lo cual su participación en goles llega hasta 11, muy lejos de su compañero de equipo, lo cual podría incrementar los recelos una vez más, razón por la cual el entrenador del PSG, Christophe Galtier, debe estar muy alerta para evitar otro altercado entre dos de sus machos Alfa de la plantilla.

De cualquier manera, la Liga 1 y la temporada en su conjunto acaba de empezar y aunque en la última fecha, ante el Montpellier, todo haya estado en orden, la rivalidad entre Mbappé y Neymar puede traer a escena algún nuevo capítulo, pero mientras, el suramericano ha demostrado que cuando está motivado y con un tono físico óptimo, sigue siendo uno de los más grandes jugadores del mundo.