El mundo del deporte está lleno de récords y de periodistas que cada vez hurgan más en las historias de los grandes deportistas y de los grandes clubes con la intención de encontrar todo aquello que pueda perdurar en el tiempo, y que pueda servir como parangón en el futuro para medir el andar de otros. Uno de esos deportes es el tenis, y uno de los ases es el español Rafael Nadal.
Rafa, ganador de 22 torneos de Grand Slam en su carrera, 13 de ellos en las pistas de arcilla de Rolando Garros, ha dejado un reguero de marcas durante su larguísima carrera en la cúspide del tenis mundial, una historia que ha estado matizada por la rivalidad con el suizo Roger Federer y el serbio Novak Djokovic, que no solo lo benefició a él, sino a sus otros dos compañeros de profesión.
El español se lesionó en el Abierto de Australia y, además de perder muchos de los puntos que defendía por su condición de campeón del año anterior, permanecerá lejos del circuito aún por algunas semanas, con lo cual irá cediendo posiciones en el escalafón mundial de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), hasta que dejará el top 10 por primera vez desde que entró en él el 25 de abril del lejano año de 2005.
Prefiero estar ahí que no estar, pero hay que aceptar las cosas como vienen. Con todas las lesiones que he tenido es un milagro no haber salido. El último año han ocurrido muchas cosas: rotura de costilla, dos roturas de abdominales, rotura del psoas, problemas en el pie...
NADAL, 18 AÑOS DESPUÉS
En abril de 2005 Nadal era un tren. Un joven impetuoso e implacable, aunque caballeroso, se abría espacios en el mundo del tenis y asaltaba la decena de los mejores jugadores, según la clasificación de la ATP. Nacía una estrella, un jugador con una resiliencia enorme en las pistas, un campeón de los que nunca se da por vencido mientras quede, al menos, una esperanza.
Ahora, casi 18 años después, es una leyenda, que arrastra un problema físico tras otro, y aún así se las arregla para plantar cara a lo que más vale y brilla en el mundo del tenis. En Melbourne sufrió una lesión de grado dos en el psoas ilíaco de su pierna izquierda y desde entonces se ha ido perdiendo torneos. La ATP, como es normal, le resta los puntos que deja de defender, y así será hasta Indian Wells.
En el referido Master 1000 estadounidense sumó 600 puntos el año pasado, aunque cayó en la final ante Taylor Fritz. Eso se les restarán esta vez y se caerá del top 10 del mundo, pero dejará una marca fabulosa de 912 semanas entre los mejores del mundo, algo así como seis mil 358 días. Se dice fácil, pero es mucho tiempo, incluso para un coloso de las pistas, como Rafa Nadal.
Aunque el récord expiré el 20 de marzo, tras Indian Wells, el español ya piensa en su regreso y se pone metas, la mayor de todas será su posible vuelta para el también Master 1000 de Montecarlo, cuyo inicio está previsto, sobre arcilla, para el 9 de abril. Serán sus primeros pasos de cara a su tal vez último torneo de Roland Garros, aunque ni él mismo le ha puesto fecha de caducidad a su carrera.
Sin embargo, hay que recordar que el año anterior, luego de ganar el Abierto de Australia y Roland Garros, sufrió una lesión abdominal en cuartos de final de Wimbledon y aunque alcanzó la semifinal, no pudo enfrentar por el pase a la discusión del título al australiano Nick Kyrgios, a la postre perdedor ante el serbio Djokovic, en un partido que supuso el vigesimoprimer título de Grand Slam para el balcánico.
Cuando llevas un año como el que llevo, es evidente que uno se va cansando, pero cada día estoy en la Academia entrenando, gimnasio, recuperación... Estoy pendiente de evolución y no sé si será Montecarlo, Barcelona, Madrid... Me apetece jugar y voy a estar cuando pueda
SE ACERCA EL REGRESO... Y EL ADIÓS
Nadal regresará en Montecarlo, pero si aún no está fino, lo hará en Barcelona o en Madrid. Y ya advirtió que le apetece jugar y que se está preparando muy bien en su academia en Manacor con la vista puesta en su vuelta a las pistas y solo centrado en el retorno a la alta competición, aunque sabe que va noveno de la ATP y que pude caer del top 10 en cualquier momento.
En el tenis, estar en la parte alta de la clasificación no es solo cuestión de rango, sino que facilita los enfrentamientos con los grandes rivales solo en las rondas finales. De lo contrario, fuera de ese grupo, podría tropezarse con cualquiera, incluido el propio Djokovic, incluso desde cuartos de final, una situación que todo el que aspira a ganar un torneo intenta evitar siempre.
La marca del multicampeón de Roland Garros parece destinada a la eternidad, porque los cuatro perseguidores más cercanos ya colgaron las raquetas, y Djokovic, que también es todo un veterano, llegó a 555 semanas de 2007 a 2017, luego interrumpió la racha y volvió a contar de nuevo. Por esa razón tendrán que pasar muchos años antes que otro tenista logre quebrarlo y cualquiera sabe si no ocurre nunca.
Tras Nadal, aparecen el estadounidense Jimmy Connors con 789 semanas (1973-1988), seguido del suizo Roger Federer con 734 (2002-2016), los también norteamericanos Ivan Lendl con 619 (1980-1992) y Pet Sampras con 565 (1990-2001), y solo después Djokovic, quien, eso sí, ostenta una marca también muy difícil de quebrar, la de más semanas como número uno del mundo.
En eso de los récords, creo incluso que el de más semanas en el top 10 no será el que más tiempo dure sin ser batido, sino el de los 14 títulos de Roland Garros. Solo hay que pensar que más allá de Djokovic y Federer, con quienes coincidió en el tiempo, y que tienen 22 y 20 coronas de Grand Slam, la otra gran gloria que los sigue es Sampras, quien sumó 14 coronas en los cuatro grandes. Para mí lo que hizo en el Abierto de Francia es para siempre.
