Mou suena para el PSG, pero...

El PSG le busca relevo en el banquillo a Mauricio Pochettino. Desde Qatar no asimilan aún la derrota ante el Real Madrid en los octavos de final de la pasada edición de la Liga de Campeones.

Tampoco sentó bien que el argentino se decantara por el Real Madrid a una pregunta de la prensa sobre quién quería que ganara la final entre los blancos y el Liverpool inglés. Eso de que prefería a los de Carlos Ancelotti aún escuece en el Parque de los Príncipes.

Y el PSG quiere terminar la relación, pero no hay ningún técnico de los grandes que quiera dejar su proyecto y enrolarse en uno donde tiene todas las de perder y poco que ganar. Porque dominar la Liga 1 es casi una rutina, teniendo en cuenta la diferencia en presupuesto de los parisinos con el resto de los clubes.

El entrenador que llegue al PSG sabe que tiene que ganar la Champions, de cualquier manera, porque lo otro ya está logrado. Y encima, tiene un grupo de estrellas en la plantilla que le robará todo el protagonismo.

Si gana con Kyllian Mbappé, Neymar Junior, Lionel Messi, Gianluigi Donnarumma y todos esos que alinea en cada partido, el mérito será de ellos. Y si cae, toda la culpa será del míster, como ocurre siempre en los deportes de equipo.

Entonces, salió a escena el nombre de un técnico que parece haber pasado de moda, porque hace muchos años, una década, que no gana nada en Europa. O sí: acaba de imponerse en la Conference League con la Roma.

Parece poca cosa, pero no lo es tanto. Se trata del primer título internacional para el once de la capital italiana, donde José Mourinho es poco menos que un dios.

The Special One, como él mismo se nombró alguna vez, ronda los despachos del PSG. No ha ido allí en persona a proponerse como entrenador, pero Naser Al-Kelaifi, el representante del jeque qatarí, estudia la posibilidad de hacerle una oferta, de entregarle el proyecto.

Mou, como todos los entrenadores ambiciosos, quiere volver a ganar una Champions. Sabe que con la Roma, ahora mismo, es casi imposible. Lejos en el recuerdo están los trofeos que conquistó desde el puesto de mando del Porto y el Inter de Milán.

Sería la oportunidad de volver a sentirse entre la élite de los entrenadores europeos, de volver a codearse con Pep Guardiola, Jurgen Klopp, Thomas Tuchel, incluso con Carlo Ancelotti, que volvió a llevar al Madrid al trono de Europa hace unas semanas.

Ante el técnico, en caso de que se produzca la oferta, estará la gran disyuntiva. No será como estar sin trabajo, después de pasar por el Chelsea, e irse al Tottenham o al Manchester United, como ya ocurrió.

Por más rivalidad que haya entre los equipos ingleses, nunca será cómo la que existe entre el PSG y el Real Madrid, sobre todo desde que hace un año el club español pretendió fichar al delantero estrella de los parisinos, Kylian Mbappé.

En Madrid recuerdan a Mou con una mezcla de amor y odio. Unos lo idolatran porque le dio varios títulos al club, y porque lo llevó tres años consecutivos a las semifinales de Champions, después de mucho tiempo sin pasar de octavos. Y otros le guardan cosas, por la forma en que terminaron las relaciones con los pesos pesados de la plantilla, incluso con la afición y el club.

Mou sabe que irse al PSG le cerrará otras puertas. Y que en la llamada Casa Blanca no lo volverán a ver con buenos ojos, además de que sabe muy bien que su discurso desde París nunca podrá ser conciliador, más bien todo lo contrario.

Lo de Mourinho y el PSG son solo rumores, tal vez filtraciones desde el entorno de uno u otro, o de ambos, para ver la reacción de los medios, las aficiones, pero muy bien que pudiera llegar a buen puerto, aunque desde Roma y Madrid no le perdonen jamás ese paso, si es que alguna vez lo da.

De cualquier manera, el fútbol es eso, un deporte que enciende pasiones, pero no deja de ser un juego en el cual no va la vida en perder o ganar. Eso sí, detrás del más universal se mueven sumas enormes, capaces de convencer a cualquiera, de hacerlo desistir de sus posiciones.

Eso sí, Mou, a pesar de su habitual rispidez con los medios, incluso con sus propios jugadores, es un tipo inteligente, de esos que no da ningún paso sin medir antes las consecuencias, o las posibles consecuencias. Y no dejará la tranquilidad romana, aunque no esté a la altura del PSG, para irse a París, donde tiene más cosas que perder que lo que puede ganar, salvo si consigue una Champions.

Qatar puede forrarlo con sus petrodólares, pero The Special One no es de esos que anda a la caza de un millón más o uno menos. Se enrola en proyectos ilusionantes, porque a lo largo de su carrera ganó tanto dinero que su futuro y el de su familia está seguro por varias generaciones.

Al final si el PSG lo enamora con alguna propuesta cuasi indecorosa, dejará la Roma, se olvidará de que hace dos semanas estuvo en el vestuario del Madrid en el Stade de France para celebrar con los jugadores y con su amigo Carlo Ancelotti el título de Champions.

Eso sí, es un técnico controvertido, polémico en exceso, pero honesto, y al final lo colores que siempre quiso los va a seguir queriendo, por más que esté en el lado bueno o malo de la historia, parafraseando unas palabras de unos días del portero del Real Madrid, Thibaut Courtois.