La carreta de Luka Modric en el Real Madrid está llegando a su final. El croata, con una edad de 38 años, cinco meses y cinco días, ha perdido peso en las alineaciones de Carlo Ancelotti, y dejó de ser el futbolista importante de siempre para convertirse en un habitual del banquillo, incluso cuando el equipo necesita tener la pelota en el campo y cuando no están otros que ocupan su posición sobre el verde.
El ganador del Balón de Oro en 2018 ni calentó ante el RB Leipzig en el Red Bull Arena, en la ida de los octavos de final de la UEFA Champions League. Los únicos dos cambios del Madrid fueron Joselu y Lucas Vázquez, en sus titución de Rodrigo y el lesionado Brahim, a pesar de que el autor del único gol estaba en un posición más cerca de la de Modric que de la de Vázquez, pero Carletto apostó por el canterano.
Ante el Girona, el fin de semana anterior, el pequeño centrocampista apenas jugó unos minutos, como recambio de Tony Kroos, con el partido ya decidido y con la intención expresa de darle descanso al germano para tenerlo listo para enfrentar al Leipzig el martes. Todo eso habla a las claras del nuevo estatus del croata, que poco a poco cede espacios, y minutos, ante los nuevos integrantes de la plantilla.
UN CENTRO DEL CAMPO PORTENTOSO
Luka Modric, Tony Kroos y el brasileño Casemiro formaron un centro del campo espectacular y durante muchos años fueran la piedra angular de un equipo que ganó cuatro veces la Champions con ellos en el campo. Explotaron con Zinedine Zidane como técnico, aunque ya en la 2013-214 concidieron con Ancelotti, antes de que el brasileño se fuera cedido un año al Porto, portugués.
Eso es historia. Cuando el Madrid ganó la decimocuarta, no demoró en fichar al francés Aurelién Tchouaméni, que era el titular como pivote con la selección francesa. Ya estaba en el equipo Eduardo Camavinga, y Casemiro creyó que era el momento de dar un paso al lado, de buscar un buen contrato en otra parte, antes de ir al banquillo y en eso apareció el Manchester United, puso 80 millones al Madrid y un salario grande y adiós.
Modric y Kroos se quedaron. El germano, que ha confesado varias veces que solo pretendía jugar hasta los 32 años, dejó entrever que jugaría un año más y se retiraba. Modric no se puso fecha tope. Vive por y para el fútbol y quiere exprimir hasta el último minuto en una cancha, y si puede hacerlo en el Real Madrid, mejor. Y se quedó. Cuando finalizó la temporada anterior, tanto él como Kroos renovaron por un año, como dice la norma de Florentino Pérez para los que tienen más de 30 años.
La prensa insistía en que no estaban para jugar ambos a la vez, y la derrota en la primera vuelta ante el Atlético de Madrid por 3-1 lo dejó en evidencia. Nunca más coincidieron de inicio y nunca más en Liga cayó el equipo blanco, pero Ancelotti aprendió la lección, porque priorizó a Kroos, Tchouaméni, Camavinga, Fede Valverde y Jude Bellingham para el centro del campo. Solo después aparece Modric.
Kroos, si está bien, juega. Valverde es intocable, lo mismo que Bellingham, y el puesto restante se lo rifan Tchouaméni y Camavinga. El primero ha sido usado como central en momentos puntuales, y el segundo como lateral izquierdo. Modric solo va por detrás, porque tiene delante a cinco futbolistas que componen el mejor centro del campo ahora mismo, pero el croata, de casi 39 años, no está feliz.
SIN OFERTA DE RENOVACIÓN, LA VISTA EN ARABIA SAUDITA
A pesar de su edad, Modric está bien físicamente. Apenas se lesiona y cuando va con su selección juega todos los partidos. De hecho, estará en la Eurocopa del verano próximo con Croacia y nadie dudaría que quiera llegar a la Copa Mundial de 2026, que tendrá como sede en México, Canadá y Estados Unidos, aunque para entonces tendrá casi 41 años. Pero eso será tema para otra ocasión, porque aún hay tiempo.
Ahora, la carrera de Modric en el Real Madrid parece que llegó al final, por algunas razones fundamentales, entre ellas que el jugador no está por la labor de permanecer en el banquillo un día sí y otro también. Eso es lo primero. Lo segundo y no menos importante es que el Real Madrid no le ha hecho una oferta aún al croata, en tanto ya se ha filtrado que Kroos tiene una desde hace meses y esperan que la apruebe.
Podría haber un punto medio aún para llegar a un acuerdo. Modric tendría que renunciar a su actual salario, uno de los más altos de la plantilla y negociar una renovación a la baja por un año más, pero al final tendrá que salir, si es que pretende estirar su carrera hasta 2026. Sin embargo, hasta esa renovación por un salario inferior, o muy inferior, estaría condicionada por lo que considere Ancelotti, quien estará al frente del banquillo el año próximo.
Si me preguntan ahora mismo si el croata se quedará en el Real Madrid para el año próximo, no tendría una respuesta definitiva, pero me parece que hay muchas más posibilidades de que se marche a que se quede. Pudiera decir que existe un 70 por ciento de posibilidades de que salga y 30 de que se quede. Aunque ese 30 por ciento pudiera estar condicionado por lo que ocurra desde ahora hasta el final de la temporada.
Eso sí, Modric es parte de la historia del Real Madrid. Es uno de esos pocos jugadores que ha ganado cinco veces la Copa de Europa, que ha sumado títulos en cada competición que jugó con el equipo blanco y que de blanco ganó un Balón de Oro (2018). Con eso es suficiente para que sus últimos partidos como jugador del Madrid sirvan para que el aficionado y la directiva lo despidan como la gloria que ha sido.