Marcelo insiste en quedarse en el Madrid, pero...

Marcelo tiene su nombre escrito en la historia del Real Madrid, pero su ciclo como jugador blanco llega a su fin. El hombre con más trofeos en la centenaria historia del club más laureado del mundo finaliza contrato el 30 de junio y todo parece indicar que tendrá que hacer las maletas y buscar trabajo en otro lugar o, simplemente, decirle adiós a las canchas y comenzar una nueva vida.

En los últimos años, el brasileño, que acaba de cumplir 34 primaveras, perdió protagonismo. Sobre todo porque para un lateral zurdo es necesario defender su parcela y por momentos la suya pareció un coladero por donde los rivales llegaban una y otra vez hasta el arco del Real Madrid.

Tras la primera salida de Zidane, después de ganar la Liga de Campeones en la temporada 2017-2018, Marcelo las pasó feas con el argentino Santiago Solari, quien había sustituido a Julen Lopetegui como entrenador. Jugador y técnico protagonizaron más de un encontronazo, en una historia que terminó con el futbolista en la grada o en el banquillo, y protagonismo para Sergio Reguilón, un fruto de la cantera que ahora juega en la Liga Premier.

El argentino apenas duró unos meses, porque aquel Madrid, sin Cristiano y con un Gareth Bale venido a menos, fue eliminado en todas la competiciones, aunque vale recordar que ganó el Mundial de Clubes.

Zizou volvió al banquillo como relevo de Solari y le pidió al club un jugador de garantías para la parte izquierda de la defensa. Y propuso que fuera su compatriota Ferland Mendy. Florentino Pérez complació al técnico y el Madrid contó desde entonces con un muro a la hora de defender, pero todo lo contrario a Marcelo cuando de ir al ataque se trataba.

Marcelo es un virtuoso con el balón en los pies. Un jugador capaz de poner los centros más precisos, de irse con facilidad de sus defensores, con buen disparo de zurda y con acierto en la derecha, pero el gran problema siguió siendo el de los balones a sus espaldas, porque todos los rivales llegaban primero.

Zidane quería competencia para obligarlo a mejorar, pero Mendy terminó por 'comérselo', incluso el joven Miguel Gutiérrez, que alternaba entre el primer equipo y el Castilla, también le ganó el pulso, lo que dejó al brasileño un poco desprotegido, a pesar de que tras la salida de Sergio Ramos hacia el PSG se convirtió en primer capitán del Real Madrid.

Entonces llegó Ancelotti al puesto de mando y la última temporada de contrato para Marcelo. Y Carletto mantuvo el orden de prioridades, aunque dejó de contar con Gutiérrez, unas veces por decisión técnica y otras por las lesiones del jugador. Sin embargo, Marcelo sumó a su palmarés la Supercopa de España y la Liga, y con 24 títulos superó al fallecido Paco Gento, una de las grandes leyendas del club blanco.

El brasileño, quien llegó a la llamada Casa Blanca con 18 años para la temporada 2006-2007, ha visto, además, como el entrenador prefería para su carril a David Alaba y a Nacho Fernández, en una situación que dejaba claro que la presente iba a ser su última campaña en la capital de España, y que su ficha, alta por demás, serviría al club para garantizar la llegada de Antonio Rudiger, Kylian Mbappé y tal vez hasta de Aurélien Tchouaméni, estrellas que, de una forma u otra, se vinculan con el equipo de la capital española.

Para muchos, era solo cuestión de tiempo. El capitán seguiría los pazos de Sergio Ramos, de Iker Casillas o Raúl, tres de los capitanes que fueron a agotar sus carreras al exterior, pero justo después de proclamarse campeón de liga, el brasileño dijo que le gustaría prolongar su contrato con el club, en una situación que no tuvo respuesta hasta ahora por parte de la directiva, y que pocos creen que la tenga en el futuro.

Marcelo, quien estuvo ausente de los últimos partidos por lesión, tuvo su mejor momento de la temporada ante el Chelsea, en cuartos de final de la Champions. Entonces el Madrid necesitaba de dos goles para remontar la eliminatoria y avanzar, y con él en la cancha se produjo el milagro de la remontada.

Pero si miramos al futuro, es poco probable que vuelva a ver acción en lo que queda de temporada, porque Ancelotti ya anunció que le dará juego a sus titulares ante el Betis en la última jornada de la Liga con la intención de mantener el ritmo de competencia, y para la final de la Champions no contará con él, a menos que sea por fuerza mayor.

De cualquier manera, un triunfo en París ante el Liverpool, volverá a poner a Marcelo en escena, porque será el encargado de recibir La Orejona, como llaman al trofeo de la Champions, y luego en la plaza de La Cibeles, le tocará colocarle estandarte y bufanda a la diosa.

Eso quiere decir que al jugador aún le puede quedar protagonismo por delante en el club, aunque parece poco probable que José Ángel Sánchez, incluso el propio Florentino Pérez, lo vaya a llamar para proponerle extender su contrato un año más.

Marcelo no tiene el protagonismo de Luka Modrid, ni de Karim Benzema, quienes se ganaron sobre el césped la posibilidad de ampliar sus respectivos pactos y seguir vistiendo los colores de un club que los ha encumbrado al firmamento del fútbol mundial.

Eso sí, a Marcelo le queda fútbol. Pudiera jugar en cualquier equipo de cualquier otra liga, entre ellas en Brasil, pero el jugador le ha tomado cariño a la capital española y dejar el Real Madrid, en cuyas categorías inferiores juega y triunfa un hijo suyo, le cuesta.

De cualquier manera, en la memoria de la afición quedará siempre su nombre y su recuerdo, porque Marcelo sustituyó a uno que parecía insustituible en el lateral izquierdo, su compatriota Roberto Carlos y lo hizo tan bien que muchos creen que fue mejor.