Si los Dodgers parecían ligeramente favoritos para ganar la Serie Mundial antes de que se lanzara la primera pelota. luego de los dos partidos iniciales, saldados con victoria del equipo angelino, las diferencias aún parecen más marcadas, sobre todo porque el equipo de Dave Roberts jugará en la noche de este lunes en el Yankee Stadium con la tranquilidad que da no tener presión alguna.
No desperdiciaron oportunidad alguna los Dodgers ante su rival, como para dejar claro que van a por todas en busca del Trofeo del Comisionado, en tanto el rival, por momentos, pareció más conformista, peor dirigido, con menos hambre, cuando en realidad en Nueva York es más necesario ahora mismo un campeonato que en Los Angeles, porque en el Bronx no celebran desde hace 15 años.
Dos victoria en casa dan mucha tranquilidad y aunque ahora toca campo hostil, los Yankees saben que la pelea está de león para mono, con el mono amarrado, como se dice en algunos lugares del Caribe cuando hay mucha diferencia entre los contrarios, aunque en cada uno de los dos juegos anteriores, el equipo de Aaron Boone tuvo opciones de triunfo, incluso muchas, grandes.
Nadie dijo que iba a ser fácil. Es una serie larga y necesitamos hacer que sea larga. Tenemos que seguir
CUANDO DEJAS ESCAPAR EL JUEGO QUE NO PUEDES PERDER
El primer juego era el partido de los Yankees. Boone apostó por su gran estrella en el pitcheo, Gerrit Cole. Y Cole lo hizo bien. Trabajó con confianza absoluta, con control, dominio sobre los bateadores, y dejó el juego 2-1 arriba cuando aún tenía 88 lanzamientos, una de las razones por las cuales la crítica la emprendió con el manager, porque creen que se apuró a la hora de sacarlo del box.
Boone creyó que lo ideal era darle entrada a un lanzador fresco, del bullpen, y trajo al hombre que menos confianza inspira a la afición, el otrora cerrador Clay Holmes, que entró descontrolado, aunque, a duras penas, los Yankees lograron el cero en esa entrada. Haber sacado a Cole es lo que le reclaman, pero no tanto como el haber utilizado para sacar los últimos dos outs, con ventaja en el décimo inning, al zurdo cubano Néstor Cortés, con muchas semanas de inactividad.
Nuestro nivel de competir hasta el final fue bastante bueno... Nos dimos la oportunidad de colocarnos en el juego y hasta ganarlo. Me encantaron esos turnos al final.
Los Yankees estuvieron debajo unos minutos en el quinto inning, cuando Kike Hernández bateó un triple y luego anotó pro elevado de sacrificio de Will Smith, pero la desventaja duro poco porque en el principio del siguiente acto volvió a hacer acto de presencia Giancarlo Stanton, el MVP de la Serie de Campeonato de la Liga Americana para adelantar a los suyos.
La ventaja duró hasta la baja de la octava, cuando Shohei Ohtani bateó un doble y llegó a tercera por error. Gleyber Torres fue apático a buscar el tiro, no había nadie hacia donde fue la pelota y Ohtani empató, remolcado por Mookie Bets, cuando faltaban solo cuatro outs. Esa carrera fue inmerecida y demostró que el ala derecha del campo de los Yankees no ha estado a la altura.
En el décimo hizo una, casi solo Jazz Chisholm, pero ya no estaba Luke Weaver en el Box, sino Jake Cousins, quien sacó un out y luego se enredó, ayudado por otro falló al campo del segunda base sustituto, Oswaldo Carera, en un batazo que pudo ser doble play, incluso. El resto es historia, vino a lanzar Cortés, quien dominó con un pitcheo a Ohtani, base intencional a Betts y Grand Slam de Freddie Freeman.
YAMAMOTO DA LA SEGUNDA ESTOCADA
Luego del primer revés, la serie para los Yankees no era de siete juegos a ganar cuatro, sino de cuatro en seis. Una tarea ardua. Más dura aún después de los dos reveses iniciales. Ahora se trata de ganar cuatro de cinco. Lo cual quiere decir que se pueden equivocar una sola vez y que la serie volverá a Chávez Ravine, cualquiera sea el resultado de los pareos en el Bronx.
En el segundo revés, los Yankees no tuvieron muchas opciones, pero en el noveno inning, con un out, Boone dejó batear Anthony Rizzo ante un zurdo, luego de haber lucido mal. Estaban las bases llenas y Rizzo se ponchó. Luego trajo a José Treviño a batear por Anthony Wells y cedió el último out en elevado profundo entre las praderas izquierda y central. Era la hora de mover el banco y hombre tenía.
La realidad es que ha tirado la bola bien en las últimas semanas mientras se ha preparado para esto... Con un out, sabía que iba a ser difícil hacerle doble-play a Shohei si Tim Hill le provocaba un rodado. Y luego Mookie detrás de él es un enfrentamiento difícil. Entonces, me sentía con mucha convicción con Néstor en esa situación
Este lunes, los Dodgers van con Walker Buehler como abridor, mientras los Yankees contarán con Carl Schmith. Ni uno ni otro parecen tan sólidos como para sostener a sus equipos, pero a los Yankees le haría mucho bien que su lanzador estire todo lo que pueda su estancia en el box, para que vea acción la menor cantidad de relevistas posibles, porque muchos de ellos no inspiran confianza.
Si los Yankees ganan el tercer partido, irán en el cuarto contra el bullpen y con Gerrit Cole de nuevo. Ya su as derecho, el ganador del Cy Young en 2023 no saldría a ponerlos delante, pero sí a emparejar la serie y también tiene mucho mérito. Solo que si Schmith y el bullpen no consiguen la victoria en el tercer juego, la Serie Mundial estaría casi decidida.
Volver de tres partidos parece casi imposible, y aunque es deportes, sobre todo béisbol, y en el béisbol todo es posible, será casi imposible darle la vuelta. Por eso es importante para Yankees ganar este lunes, aunque Dodgers hará hasta lo imposible por evitarlo. Yankees depende tanto del acierto de Aaron Boone en el manejo como del bateo de Aaron Judge y la efectividad de sus lanzadores. Veremos qué pasa.