El 21 de diciembre de 2023 quedará en los anales del fútbol. El veredicto del Tribunal de Justicia de Unión Europea, desde su sede en Luxemburgo, a favor de la SuperLiga se ha robado titulares en medio mundo, y ha implicado a unos y otros, a defensores y detractores, pero no deja a nadie impasible, sobre todo a la cúpula de las ligas europeas o a la Unión Europea de Fútbol (UEFA), que pueden ser las más afectadas.
Los jueces del TJUE dieron vía libre a la creación de un torneo regido por los clubes, con hasta 64 equipos vinculados, con ascensos y descensos incluidos, a donde se llega por meritocracia y no por historia, y le advirtieron a los actuales rectores del fútbol en el viejo continente que no pueden tomar medida alguna contra los clubes involucrados, además de aclarar que el actual sistema convierte a la UEFA en un monopolio.
La Superliga, que esperó el momento del dictamen del TJUE para hacer algunos anuncios, dijo que todos los partidos del referido torneo llegarían gratis a los aficionados de cualquier lugar del mundo, a través de una plataforma en streaming que se encargaría de esas labores, aunque algún dirigente actual, como el presidente de la Liga Española, Javier Tebas, manifestó que eso era imposible, que no podía haber fútbol sin televisión de pago.
UNA REVOLUCIÓN EN EL MUNDO DEL FÚTBOL
La determinación del TJUE a favor de la Superliga no significa que, de golpe y porrazo, todas los estamentos del fútbol vayan a sufrir afectaciones, que las competiciones de la UEFA vayan a desaparecer, lo mismo que los torneos nacionales, porque esa no es la intención, según los organizadores, que solo pretenden tener una lid controlada por los clubes con la intención de competir en igualdad de condiciones con los llamados clubes-estado.
La Superliga fue anunciada a finales de 2021 por Florentino Pérez en El Chiringuito de Jugones, un show de televisión dedicado al mundo del fútbol, a donde acudió el mandatario blanco para explicar a los miles de seguidores del referido programa cuál era su proyecto y cómo pensaba implementarlo. La idea del presidente del Real Madrid le dio la vuelta al mundo en horas y enseguida comenzaron campañas para acabar con el proyecto.
En primera instancia, Florentino Pérez dio a conocer un listado de equipos, en su mayoría ingleses, pero también españoles e italianos, hasta un número de 12, con lo cual dejaba espacios para el posterior ingreso de otros, pero poco a poco se fueron cayendo Manchester United, Arsenal, Chelsea, Tottenham, Manchester City, Liverpool, Atlético de Madrid, Inter de Milán, Milan y Juventus.
Solo quedaron Real Madrid y Barcelona, aunque el CEO de la competición, Bernd Reichart, recordó en una ocasión que los fundadores iniciales, aunque hayan dado un paso al costado, no abandonaron el proyecto, según versiones de prensa, porque para hacerlo habría que abonar una cantidad sustanciosa a los que que se mantuvieron. También hubo quien dijo que por debajo de la mesa todos los clubes cruzaron los dedos para que siguiera adelante.
Lo cierto es que en su demanda ante el TJUE, la Superliga no solo reclamó la posibilidad de que el fútbol europeo no fuera solo administrado por la UEFA como un monopolio, sino que tampoco se sancionara a los clubes involucrados, y mucho menos se excluyeran de las próximas ediciones de las lides que organiza la UEFA, de no haber cristalizado el referido nuevo torneo, cuyo destino se conoció hace apenas unas horas.
EL FORMATO
Mientras los organizadores de la Superliga se encargaron, en las últimas horas, de hablar del formato de la futura competición, de la participación de 64 equipos, divididos en tres categorías, con énfasis en que se tomaría en cuenta la meritocracia para participar de ellas, los jerarcas del fútbol en cada una de las Ligas, en la UEFA, la Asociación Europea de Clubes (ECA) y la FIFA, como regente mundial, salieron cada uno por su lado a tirarle tierra arriba.
La alharaca de las instituciones que actualmente controlan al fútbol tiene una causa: miedo. Si vieran que la Superliga no fuera posible, si estuvieran seguros de que no constituye un peligro para el sistema actual del fútbol, hubieran permanecido en silencio, sin decir nada, sin intentar involucrar a gobiernos o federaciones, pero el temor los tiene sobrecogidos, porque saben que detrás del nuevo proyecto hay mucho dinero.
Según aclaró A22 Sports, que es la empresa que tiene a su cargo convertir la Superliga de un proyecto en un torneo, en el mismo participaran 64 equipos, divididos en tres categorías, en orden descendente: Liga Star, Liga Golden y Liga Blue. Las dos primera acogerán a 16 equipos cada una, con dos grupos de ocho clubes, en tanto la última estará formada por 32 clubes, en cuatro grupos de ocho.
A22 Sports dejó claro que la participación en la Superliga estará regida por el mérito deportivo, lo cual excluye aquello del mérito permanente, como se dijo cuando la competición fue presentada por Florentino Pérez, e incluye, además, ascensos y descensos para los equipos involucrados, en dependencia de su rendimiento, y advierten que no va contra las ligas nacionales.
Según los organizadores, habrá una fase de grupos de la liga desde septiembre hasta abril, y luego vendrá la de eliminatorias directas, que comenzará en cuartos de final, con la participación de los cuatro primeros de cada grupo, en el caso de la Liga Star y la Golden, y de los dos primeros en la Liga Blue, para partidos de ida y vuelta. La Superliga también se encargará de organizar un torneo femenino, similar, con los mismos condicionamientos.
