El Fútbol Club Barcelona se acaba de proclamar campeón de la Liga Española de Fútbol. Con cuatro fechas por jugar, ya el trofeo está en las vitrinas del Camp Nou, lo cual le devuelve un poco de tranquilidad a la directiva, cuerpo técnico y jugadores, porque no ganaban el torneo desde 2019. Desde entonces lo hizo dos veces el Real Madrid y una el Atlético de Madrid.
El Barça tuvo que renunciar a lo que desde dentro del club llaman su ADN, basado en un fútbol de posesión y toques, para poder ganar. Esta vez, sin los hombres para jugar a cómo lo hacían Xavi, Iniesta y Busquets, hace una década, apelaron a un juego más directo, y a la eficacia de un arquero que vuelve a ponerse entre los mejores del mundo, y salvó muchas tardes en el Camp Nou y fuera.
El arquero fue la pieza fundamental para Xavi. A la hora de la verdad, Ter Stegen se vistió de héroe y detuvo todo lo que le tiraron, si hablamos de La Liga, porque más allá encajó goles como todos los porteros terrenales del planeta fútbol. Aunque el solo hecho de haber devuelto al Barcelona a la cima del campeonato profesional español, es importante, porque permite tomarse un respiro en las presiones que siempre tienen los grandes.
Queremos más, que sea el inicio de una larga etapa con títulos. Jugadores, Xavi, staff, trabajadores del club, los compañeros de la junta. Seguiremos trabajando para tener un equipo más competitivo
LA LIGA DE LAS PALANCAS
El trofeo es fruto del trabajo del equipo, no solo de Ter Stegen, pero en él tuvieron mucho que ver las famosas palancas a las que apeló Joan Laporta para poder sostener al equipo en la élite española -no más allá-, evitar la salida de jugadores y el fichaje de otros que terminaron por hacer buena la plantilla y permitirle pelear de tú a tú en el más regular de todos los campeonatos.
La directiva vendió patrimonio y con eso pudo contratar al polaco Robert Lewandowski, ahora mismo dueño del Pichichi -el trofeo al máximo goleador-, al danes Andreas Christensen, al francés Joules Koundé, el brasileño Raphinha o el marfileño Franck Kessié. Y, por otra parte, no se vio obligado a vender algunas piezas importantes para el club ni a dejar marchar a otros.
A pesar de que la directiva quiso venderlo en su momento, Frenkie de Jong se quedó en el club, y renovó, luego de quedar libre, Ousmane Dembélé. Todos ellos formaron un buen equipo, que aprovechó el pésimo arranque del Atlético de Madrid, y la caída del Real Madrid luego de la Copa Mundial de Qatar 2022 para adueñarse de un liderazgo que no perdieron nunca más.
Habrá 400 millones de beneficios esta temporada, aunque es verdad que en parte será gracias a las palancas
La victoria de este domingo por 4-2 ante el Espanyol de Barcelona fue solo el colofón de una gran temporada, la misma en la cual salieron a relucir irregularidades que dejaron en entredicho al fútbol español, a su sistema arbitral y sobre todo, al Barcelona, implicado en una acusación por haber pagado al segundo del Comité Técnico de Árbitros (CTA), José María Enríquez Negreira durante más de una década.
Al final, el llamado Caso Negreira está en los tribunales, no tiene nada que ver con la presente edición de la Liga, por más que algunos equipos insistan en que los árbitros aún ayudan al Barcelona, y el equipo termina una temporada en la que, además del título recién ganado, sumó la Supercopa de España, jugada en Arabia Saudita, en cuya final derrotó al Real Madrid.
NI CHAMPIONS NI EUROPA LEAGUE
Xavi Hernández llegó al banquillo del Barcelona hace un año y medio como sustituto de Ronald Koeman. Iba líder en Liga y estaba vivo en Copa del Rey y UEFA Champions League. El Barça perdió la edición anterior del torneo español, cayó también en la Copa y fue eliminado en la fase de Grupos de la más fuerte de las competiciones continentales. Como consuelo, fue enviado a jugar la UEFA Europa League.
Tampoco pudo Xavi llevarlo al título de la segunda de las lides continentales, porque el Eintracht de Franckfurt les pasó por encima y los mandó a casa. Fue una temporada en blanca, la primera después de la era Messi, quien había hecho sus maletas y se había mudado al Parque de los Príncipes para defender los colores del Paris Saint Germain, junto a su amigo Neymar Junior y Kylian Mbappé.
El golpe fue tan grande que el presidente Joan Laporta no tuvo más opción que apelar a las famosas palancas para volver a tener un equipo ganador. Con el dinero de la venta de patrimonio, y la venia de la presidencia de La Liga, compro buenos jugadores y ganó el torneo español, pero en Europa le fue pésimo: otra vez lo mandaron a jugar la Europa League, con tan mala suerte que le tocó el Manchester United en el primer cruce.
En busca de un puesto en octavos, el Manchester, que era el peor de los rivales posibles, sacó por segundo año consecutivo al Barça de las competiciones europeas, y lo pero puede ser que queden fuera de la venidera edición, si finalmente la UEFA decide tomar cartas en el escándalo generado por el llamado Caso Negreira. Si el organismo rectos del fútbol europeo decide apartar al Barcelona, la situación económica del club se quebrantará.
Estamos muy preocupados. Es muy grave lo que ha pasado durante esos 17 ó 18 años. La UEFA ha entrado con una investigación y esperamos que en junio pueda sacar unas conclusiones. Consideramos bastante probable que puedan sancionar al Barça un año sin Europa, por lo pronto. Estamos preocupados y enfadados. Es importante que no se quede esto en el olvido. La UEFA sí que tiene mecanismos y estoy bastante expectante al ser el mayor escándalo en la historia del fútbol español
Las arcas culés dejarán de ingresar muchos millones, tendrán que vender jugadores y conformarse con el torneo doméstico y la Copa del Rey. El golpe sería demasiado duro y en Can Barça nadie quiere hablar del asunto, sobre todo porque saben que podría ser muy complicado de solventar, y significaría un mazazo en lo deportivo y lo institucional, al menos por el momento.
