Secuelas de Wimbledon: la lesión de Nadal, según McEnroe

Wimbledon 2022 ya forma parte de la historia, pero lo que sucedió en el torneo servirá de comidilla para la prensa o los analistas aún por mucho tiempo más. Siempre habrá alguien que apele a algunos de los episodios que acontecieron en All England Club para encontrar un motivo de críticas o alabanzas. Es normal en el mundo del deporte y son cosas a las cuales el tenis no es ajeno.

Y si encima de eso, uno de los que habla es John McEnroe, pues habrá que prestar un poco de atención, porque en su fabulosa carrera ganó en tres ocasiones en el Abierto británico, en los ya lejanos 1981, 1984 y 1985. Todo eso sin contar que debe ser uno de los tenistas más controvertidos y controversiales que han pasado por el circuito en muchos años, tal vez desde que algunos tenemos memoria. O desde mucho antes.

Tras terminar Wimbledon 2022, y en uno de sus análisis para la cadena británica BBC, de la cual es analista y comentarista, McEnroe soltó una bomba: dudó de la lesión de Rafael Nadal y dijo que el español no salió a jugar la semifinal ante el australiano Nick Kyrgios porque tenía miedo de este, o algo parecido. Para él, Rafa no quiso jugar ante Kyrgios, así de sencillo.

Para el estadounidense está claro: si el rival hubiera sido otro y no el polémico jugador australiano, el español hubiera saltado a la cancha y hubiera buscado desde la pista un puesto en la gran final, pero el nombre de Kyrgios, que venía haciendo un gran torneo, puso a pensar al dos veces ganador de Wimbledon, y optó entonces por retirarse, aduciendo la lesión abdominal de la que habló después del partido con Taylor Fritz.

McEnroe cuestionó incluso las razones que tuvo para terminar lesionado el partido contra Fritz, con la certeza de que no podría jugar ante Kyrgios. Tal vez el estadounidense Fritz pudo haberle plantado cara al australiano, según sus consideraciones. Para el tres veces campeón de Wimbledon, Rafa debió haber abandonado ante Fritz para que este siguiera en competencia al no poderlo hacer él por la lesión.

Al final, dejó entrever que Nadal no salió en semifinales porque tuvo miedo de Kyrgios, sobre todo por la forma en que se presentó en Wimbledon, una argumentación tampoco muy sólida, porque el español y el australiano se habían enfrentado nueve veces en el circuito y Nadal ganó seis y solo perdió tres.

Cierto que hubo encontronazos entre ellos en el pasado, críticas de Kyrgios por las demoras de Rafa al sacar, por supuestas concesiones hacia él que no tenían con otros, y lo mismo de Nadal con el australiano por mal comportamiento en la pista, por cosas que van más allá de las normas elementales que deben seguir los tenistas profesionales, sobre todo si juegan al más alto nivel.

Para McEnroe, Rafa estaba al 80 por ciento. Y en esas condiciones no quiso correr el riesgo de medirse al australiano ni prestarse para sus excentricidades. Pero lo cierto es que Kyrgios fue caballeroso con el rival al conocer que no se presentaría en la semifinal. Incluso, en los últimos tiempos se lanzaron piropos mutuos. Rafa dijo que era uno de los jugadores más talentosos del circuito y que podría hacerlo mucho mejor si no fuera por su carácter díscolo.

Y Kyrgios comentó que lo logrado por el español no estaba al alcance de un jugador común, sobre todo después de ganar en 14 ocasiones en Roland Garros, algo que también destacó en su momento McEnroe, quien considera que lo logrado por el ibérico en el Abierto de Francia tiene connotaciones siderales.

Para McEnroe, lo logrado por Nadal en Roland Garros no volverá a suceder nunca más. Y lo dice alguien que no solo jugó al máximo nivel por muchos años, sino que vio a los genios que le sucedieron, la mayoría de los cuales nunca ganó en 14 ocasiones en Grand Slam.

Antes del dominio absoluto que establecieron en el mundo del tenis el suizo Roger Federer, el serbio Novak Djokovic y Rafael Nadal, solo un jugador había ganado en 14 ocasiones en torneos de Grand Slam. Ese fue Pete Sampras, considerado hasta entonces el más grande de la historia del llamado deporte blanco, y ganó en toda su carrera los mismos que el español en Roland Garros.

El extenista admitió que para él iba a ser Djokovic quien rompería el triple empate entre los máximos ganadores de Grand Slam, cuando los integrantes del llamado Big Three tenían 20 coronas cada uno. Incluso, advirtió que ni el propio jugador serbio se esperaba un triunfo del español en el Abierto de Australia, en Melbourne, a principios de año. Y dijo, puede que tampoco haya imaginado que Rafa repitiera en Roland Garros.

Pero son solo consideraciones de John McEnroe, uno de los jugadores más controvertidos del circuito, mucho más que Nick Kyrgios, a quien ahora consideran una oveja negra por sus excentricidades a la hora de sacar, por su supuesta vida díscola más allá del tenis, y por sus encontronazos con árbitros, jugadores, directivos y hasta con la afición, como se pudo ver en Wimbledon, de donde se llevó dos multas por 17 mil dólares por mal comportamiento.

Entre Kyrgios y McEnroe no hay comparación. El estadounidense, nacido en Alemania, ganó siete torneos de Grand Slam, y el australiano, con 27 años ya, acaba de jugar su primera final a este nivel.

Por cierto, no ha sido McEnroe el único que dudó de Nadal tras el partido ante Taylor Fritz. El italiano Fabio Fognini también dudó del daño físico del español. No creas todo lo que lees, dijo el italiano, una de las víctimas preferidas del español en el circuito, donde se han encontrado hasta en 17 ocasiones, con 13 victorias para el ganador de 22 Grand Slam y cuatro para Fognini.

El español y el italiano, supuestamente, tienen una buena relación, pero de vez en cuando salen a relucir cuentas pendientes del pasado, sobre todo de 2015, cuando se enfrentaron hasta en cinco ocasiones: en semifinales de Río de Janeiro, en octavos de Barcelona, en la tercera ronda del Abierto de Estados Unidos, en el Open de Beijing y en la final de Hamburgo.

En tierras germanas ganó Nadal por doble 7-5 y Fognini explotó por las supuestas demoras del ibérico. Incluso, se quejó previamente al árbitro y tuvo frases ofensivas hacia el español. Apenas se miraron al finalizar el encuentro, y aunque en el futuro las relaciones mejoraron, tal vez por la influencia de la extenista Flavia Panetta, esposa del italiano y amiga del español, aún quedan viejas rencillas que salen a relucir de vez en vez.

De todas formas, Nadal es grande y tras 20 años de carrera profesional, casi impecable por comportamiento y resultados, se ha adaptado a las críticas, a veces infundadas, de alguno que otro necesitado de un momento de gloria, de una portada en algún medio o de que alguien le preste atención para evitar seguir en el olvido.