En el corazón histórico de la Ciudad de México, donde convergen siglos de tradición religiosa y pasión futbolística, se encuentra la Parroquia de San Gabriel Arcángel en el antiguo barrio de Tacuba. Este antiguo templo del siglo XVI ha cobrado fama no solo por su rica historia colonial y prehispánica, sino también por albergar a un particular devoto: el Santo Niño de los Milagros, cariñosamente conocido como el "niño futbolista".
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Desde el inicio de la pasada Copa Mundial de Fútbol de Qatar 2022, la imagen del Santo Niño ataviado con el uniforme de la selección mexicana ha capturado la atención en redes sociales. Vestido con un short y una playera verde, adornado con la bandera de México y con un balón a sus pies, esta representación única ha resonado entre los seguidores del equipo nacional. Sin embargo, para los fieles de la parroquia, como lo enfatiza en una entrevista a un medio mexicano la sacristana Ernestina Volado, esta figura es ante todo una representación sagrada de Cristo, que en épocas de Mundial adopta la vestimenta futbolística como un gesto de apoyo simbólico.
La historia del Santo Niño de los Milagros en la Parroquia de San Gabriel Arcángel es tan fascinante como la propia tradición futbolística de México. Fue en 1970, coincidiendo con la histórica Copa Mundial organizada en el país, cuando el entonces sacerdote José Reyes introdujo la figura del Santo Niño desde Xochimilco. Desde entonces, cada cuatro años durante el torneo más importante del fútbol, los devotos acuden a la parroquia para rezar y pedir por el éxito de la selección mexicana.
"La efervescencia del Mundial hace que la gente se acerque al párroco y le pida que le ponga su uniforme de futbolista", explica Ernestina. Este gesto, que inicialmente fue una respuesta a la emoción de aquel primer mundial exitoso para México, se ha convertido en una arraigada tradición comunitaria. Los fieles donan la ropa deportiva que el Santo Niño lucirá durante el torneo, un acto de devoción que une la fe religiosa con el fervor nacionalista.
No obstante, el alcance del Santo Niño de los Milagros va más allá de las fronteras mexicanas. Durante los mundiales, visitantes de todo el mundo, desde Brasil hasta Argentina, han acudido a la parroquia en Tacuba para fotografiarse con esta representación tan singular y pedirle también por el éxito de sus respectivas selecciones.
La efervescencia del Mundial hace que la gente se acerque al párroco y le pida que le ponga su uniforme de futbolista".
Mientras que en tiempos ordinarios el Santo Niño suele vestir ropones donados en agradecimiento por milagros personales, durante los mundiales su presencia se transforma en un símbolo de unidad y esperanza para los aficionados de fútbol de todas las nacionalidades. Esta fusión única de religión y deporte en la Parroquia de San Gabriel Arcángel no solo celebra la diversidad cultural, sino que también resalta cómo las tradiciones locales pueden resonar globalmente a través de eventos deportivos de gran envergadura como la Copa Mundial de la FIFA.
¿Qué dice la Iglesia Católica al respecto?
La cuestión de si la Iglesia Católica aprueba o no que las representaciones de los Santos se vistan de otras profesiones u oficios es un tema que ha generado interés y debate entre los fieles y estudiosos de la religión. La Iglesia Católica, a lo largo de su historia, ha tenido una postura generalmente flexible y abierta respecto a las representaciones artísticas y devocionales de los Santos.
En primer lugar, es importante entender que las imágenes de los Santos no pretenden ser retratos exactos de cómo eran en vida, sino más bien representaciones simbólicas de sus virtudes, acciones y dedicaciones. Estas representaciones visuales han evolucionado con el tiempo y han sido influenciadas por las culturas locales y las expresiones artísticas de cada época.
En muchos casos, los Santos son representados con los atributos que los identifican según sus historias y milagros particulares. Por ejemplo, San Pedro puede ser representado con llaves, San José con una azada o herramientas de carpintero, y Santa Cecilia con instrumentos musicales. Estos atributos ayudan a identificar rápidamente al Santo y simbolizan aspectos significativos de su vida y virtudes.
En cuanto a la representación de los Santos vestidos con ropas de otras profesiones u oficios, como el caso del Santo Niño de los Milagros vestido de futbolista, la posición de la Iglesia Católica suele ser permisiva siempre que no se altere el significado espiritual o moral de la figura del Santo. En este sentido, se busca que estas representaciones refuercen valores cristianos como la solidaridad, la devoción y la identificación cultural sin desvirtuar el mensaje religioso central.
Es fundamental tener en cuenta que las representaciones artísticas de los Santos tienen un propósito devocional y educativo, buscando inspirar a los fieles en su vida espiritual y ofrecer modelos de conducta cristiana. Por lo tanto, si una representación particular, como la del Santo Niño de los Milagros ataviado con uniforme de futbolista, logra conectar con los fieles de manera positiva, promoviendo valores como la esperanza y la unidad, podría ser vista favorablemente por la Iglesia.
Mientras que la Iglesia Católica valora la precisión histórica y la autenticidad en las representaciones de los Santos, también reconoce la importancia de adaptar estas representaciones para que resuenen con las realidades contemporáneas y culturales de los fieles. Siempre y cuando estas representaciones no contradigan los principios fundamentales de la fe católica y sirvan como herramientas de evangelización y devoción, son vistas como legítimas y pueden enriquecer la experiencia espiritual de los creyentes.
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