Javier Tebas dice que es fanático del Real Madrid. Suena un poco raro que el presidente de la Liga Española de Fútbol -La Liga- admita que sus colores son los del principal equipo del torneo, el más querido y también el más odiado. El club que mejor cuida sus finanzas, el que más valor le da a la competición, pero con el cual el directivo está enfrentado a muerte, porque no se traga con los dos personajes de más peso.
Para Tebas, Florentino Pérez y José Ángel Sánchez, los dos hombres más importantes en la directiva madridista, constituyen dos piedras en el zapato de cualquier proyecto, porque ambos se oponen siempre a sus propósitos, y en varias ocasiones han tenido que acudir a los tribunales para dirimir los habituales desencuentros, con éxito para una parte u otra, pero siempre en posiciones muy distantes unos de otros.
La gota que colmó la copa de la relación entre el presidente de La Liga y el Real Madrid fue la presentación por parte de Florentino Pérez de la llamada SuperLiga Europea, un torneo del que se han ido descolgando uno a uno todos los equipos involucrados, pero sobre el cual no se pronunciaron aún los tribunales competentes, cuya decisión podría hacerlo renacer o enterrarlo para siempre, o al menos por el momento.
EL MADRID DUDA DE TEBAS
La Liga Española anda de capa caída. De ser hace unos años la mejor de Europa, o al menos disputarse el puesto con la Liga Premier de Inglaterra, de pronto se ha visto relegada a posiciones secundarias, no tanto en títulos europeos conseguidos, como a dinero invertido en fichajes en los últimos mercados, en los cuales sus clubes vendieron más de lo que adquirieron para reforzarse.
Los clubes españoles no solo cedieron ante la Liga Premier, desde hace algún tiempo la que más dinero tiene para gastar en futbolistas, sino también ante un torneo emergente, como el de Arabia Saudita, y el Calcio italiano, que, después de unos años malos, puja por volver a ser referencia europea, y ya dio la clarinada el Inter de Milán, que llegó a la final de la UEFA Champions League.
En España, el único club que tiene dinero suficiente y sus cuentas saneadas como para acometer grandes fichajes, es el Real Madrid. Este verano, el club blanco fichó sin problemas al más apetecible de cuantos jugadores estaban en el mercado, el mediocampista inglés Jude Bellingham, además de traer de regreso a casa a Joselu Matos y a Fran García, y contratar al fenómeno turco Arda Guler, por el cual pujó con fuerza el Fútbol Club Barcelona.
El equipo catalán, endeudado en más de tres mil millones de dólares y con un el salario sobregirado, necesitaba el visto bueno de La Liga para acometer algunos fichajes, pero, sobre todo, para inscribir jugadores, entre esos algunos habituales en el primer equipo, como Gavi. Y tal como ocurrió el año anterior, el preidente del torneo, Javier Tebas, le facilitó las cosas a Joan Laporta y compañía.
El Madrid supo, porque los medios españoles y catalanes se hicieron eco, que el mandamás del Barcelona invitó a cenar a Tebas a una de sus propiedades y que allí, el hombre que dice ser hincha del equipo de la capital, le dio vía libre a los culés para actuar, algo así como a tener libertad para fichar, inscribir y mover las cuentas a discreción, un beneficio que no ha tenido, ni tiene, ninguna otra franquicia.
UNA CRUZADA PERSONAL CONTRA LA DIRECTIVA MADRIDISTA
El Real Madrid, sin embargo, pasó de esas cosas. Desde la llamada Casa Blanca se centraron en conformar la mejor plantilla posible, aunque a la presidencia le cuestionan haber dejado vacante el número 9, por primera vez en muchos años, y darle esa responsabilidad de referencia en el ataque a Joselu, que es canterano madridista, pero que dejó el club hace muchos años y llegaba desde un español descendido.
Los fanáticos blancos querían más, pero Florentino se conformó con Bellingham y los mencionados anteriormente y reservó los millones para futuros mercados, en tanto le daba los toques finales al Santiago Bernabeu, un campo que puede dejarle pingües ganancias en el futuro próximo. Eso sí, la cúpula blanca se plantó ante la nueva idea de La Liga de llevar cámaras a los vestuarios para ofrecerles a los televidentes lo que ocurre dentro.
También se opuso a que las televisoras encargadas de transmitir los partidos utilicen los momentos posteriores a los choques en el Santiago Bernabeu, y todo eso terminó por levantar aún más ronchas entre la directiva del equipo capitalino y el presidente de La Liga, que no se muerde la lengua al hablar de Florentino, incluso de José Ángel Sánchez, a la primera oportunidad que tiene.
Por el momento, más allá de algunos encontronazos, la situación no ha ido a más, aunque Tebas apeló a su cuenta en la red social X (antes Twitter) para emprenderla contra Sánchez, a quien llamó poco menos que perrito faldero del Real Madrid, todo eso por su alineamiento con el mandatario en cuanto a las decisiones tomadas anteriormente y por la actitud del representante blanco en la última reunión de directivos.
Por el momento, las aguas no han llegado al río, y aunque a corto plazo no se espera que haya un acuerdo, se den las manos y se fumen la pipa de la paz, es probable que en un futuro no muy lejano una parte y otra tengan que aflojar en sus posiciones para lograr un entendimiento. Eso sí, por ahora, desde Madrid creen que Tebas beneficio al Fútbol Club Barcelona y tras lo visto en el recién finalizado mercado de verano, puede que tengan razón.