El español Francisco Alarcón, más conocido por Isco para el mundo del fútbol, y el belga Eden Hazard, tienen muchas cosas en común, entre ellas haber vestido la casaca del Real Madrid, un club al que llegaron con el cartel de estrellas y en el que fueron difuminándose de manera paulatina, hasta perder todo el protagonismo, verse relegados al banquillo o a la grada, hasta que terminaron su pacto y se marcharon.
El ibérico se estrenó como profesional en la temporada 2010-2011 con el Valencia, un año después se fue al Málaga, donde se convirtió en estrella, y terminó por llenarles los ojos a los buscadores de talento del Real Madrid, que el 27 de junio de 2013 anunciaron su fichaje por cinco temporadas. Llegaba para ayudar a un equipo plagado de estrellas a recuperar la hegemonía europea y lo consiguió.
Hazard era el sueño del Zidane asesor de Florentino Pérez y también del Zizou entrenador. Tanto pujó el galo por él, que la directiva blanca, cansada de intentar sacarlo del Chelsea, apeló a la billetera y pagó 100 millones de euros en el momento, y ofreció otros 40 en variables, para vestirlo de blanco, en una suma que finalmente llegó a 115 millones, porque el jugador se difuminó en el Santiago Bernabeu.
EL RESURGIR DE ISCO
Luego de que el Real Madrid conquistara en Kiev, en 2018, su título de Champions número 14 y de que Zidane abandonara el banquillo tras Cristiano Ronaldo, llegó al Real Madrid Julen Lopetegui. Nadie como el entrenador vasco fue tan valedor de Isco jamás. Con él llevaba las manijas de la selección y lo mismo hizo en el Madrid, pero la salida de Lopetegui unos meses después, y el retorno de Zizou acabaron con la carrera del malagueño.
Antes de regresar Zidane estuvo en el banquillo Santiago Solari, a quien no le gustaron nada los modales del centrocampista y terminó por mandarlo a la grada o al banquillo continuamente. Cuando Zizou regreso antes de terminar la temporada, ya el mal estaba hecho, y el hombre que deslumbró con su buen fútbol fue perdiendo rango y apenas jugó en los años sucesivos.
Así ocurrió hasta la llegada de Carlo Ancelotti, con quien había jugado durante las temporadas de 2013 a 2015, y había ganado una UEFA Champions League. Pero el regreso de Carletto tampoco mejoró la situación de Isco, que siguió siendo carne de banquillo un años más, y a pesar de que se apuntó su quinto título en la máxima competición continental, lo cierto es que apenas estuvo en el banquillo.
Tras el título, con su contrato agotado, decidió irse. Estaba libre, pero la prensa española le había creado una mala leyenda: se había convertido en vago para entrenar, era vegano y le faltaban energías, y tenía malas influencias dentro de la familia. Pero, el 7 de agosto de 2022, Lopetegui salió en su auxilio y se lo llevó al Sevilla. El técnico sabía que podía dar más, que era salvable, lo intentó, pero el despido del entrenador lo dejó desnudo y el club andaluz lo despidió.
Otra vez estaba sin trabajo, pero aprovechó el verano y se preparó a fondo, hasta que el Real Betis, de la mano de Manuel Pellegrini, decidió contratarlo. En su regreso al verde ha superado todas las expectativas, porque ha ganado el premio al jugador más valioso en cada uno de los cuatro partidos que ha disputado su equipo, y con 31 años y deseos, nadie duda que La Magia, como lo llamaron siempre, vuelva a ser referencia en el más universal, incluso internacional.
HAZARD, 32 AÑOS Y A TOMAR CERVEZAS
La llegada de Hazard al Real Madrid fue con bombos y platillo. Era el fichaje más caro de la historia del club. Más que los de Cristiano Ronaldo y Gareth Bale. Y heredaba el número del primero, con todo lo que eso significaba para el aficionado blanco. Era el verano de 2019, tenía cinco años por delante para demostrar su valía, pero desde el primer día enseñó las uñas: había llegado pasado de peso a los entrenamientos de pretemporada.
Zidane le dio la titularidad, a pesar de que en la misma posición había un chico de nombre Vinicius Junior que no se ahorraban esfuerzos para ganarse abrir los partidos, más allá de su acierto de cara a la portería. Lesiones, baja forma, apatía sobre la cancha, y luego una lesión tremenda, que lo llevó al quirófano para ponerle una lámina de acero en su tobillo y ahí se acabó su carrera, como un grande, quiero decir.
Aún así, cada vez que estaba medio recuperado, Zidane volvía a darle galones en detrimento de Vinicius. Incluso, cuando se marchó el entrenador galo, para la temporada 2021-2022, Ancelotti también creyó que era posible recuperarlo, y en los primeros partidos le dio galones de titular, que desaprovechó. Vinicius le comió la tostada, se hizo imprescindible y se convirtió en permanente en el banquillo.
Al perder protagonismo, se mostraba apático, solo enseñaba algún destello en salidas esporádicas a la cancha y nada más. Cuando el Real Madrid ganó la Champios al Liverpool en 2022 se entusiasmó tanto que dijo en Cibeles que volvería a ser el de siempre, pero ya no podía. El Hazard futbolista nunca más volvió. La pasada temporada apenas tuvo opciones, sobre todo porque Vinicius no se las dio.
Poco a poco es hora de disfrutar la vida con mi familia y amigos. Bebiendo unas cuantas cervezas Jupiler
Cuando se terminó la temporada, el Real Madrid lo llamó a las oficinas, acordó una rescisión con él, le pagó su parte y le dijo adiós. Había sido el peor fichaje de su historia y prefería perder un poco de dinero que pagarle su salario íntegro una temporada más. Desde entonces, el belga esperó la llamada de algún club, pero esta no llegó y ahora dice que es el momento de disfrutar la vida y tomarse unas cervezas. Apenas tiene 32 años.