Iniesta, al fin, deja el fútbol como jugador

Andrés Iniesta compareció ante los medios este martes para decir que dejaba el fútbol como jugador profesional. Con cuatro décadas de vida y la misma cantidad de títulos en sus vitrinas, ya era hora de que colgara sus botines y dejara el césped como competidor, porque el centrocampista de los últimos años estaba muy lejos del que deslumbró al mundo con el Barcelona mágico que ganó tres Champions.

No fue lo único que conquistó el diminuto jugador, quien se paseó por España, con dominio casi absoluto en una liga cuyos trofeos llegaban uno tras otro y que con el tiempo se supo que hubo alguna mancha, como el conocido Caso Negreira, pero que en nada demerita el desempeño de un crack que coincidió en la cancha, como compañero y como rival, de varios de los mejores jugadores de todos los tiempos.

Lo del pago al ex vicepresidente de los árbitros por casi 18 años no tiene nada que ver con el genio de Fuentealbilla, el lugar donde nació, y esa mancha quedará más para el club catalán y para otros que para el pequeño jugador que hizo historia al lado de Xavi Hernández y Sergio Busquets, en un centro del campo tan dominante como pocos ha habido en la ya centenaria historia del fútbol.

UN CRACK ENTRE MUCHOS EN EL BARCELONA

De niño, Iniesta entrenaba con el Albacete, era fan del Real Madrid y soñaba con triunfar de blanco, pero a los 12 años su vida dio un cambio definitivo y se fue a La Masía, la cantera del Fútbol Club Barcelona y desde entonces todo fue diferente. Comenzó a pensar en azulgrana, en vestir la casaca del primer equipo y en triunfar, levantar trofeos, ganar siempre, cada competición.

En la temporada 2003-2004, la plantilla del Barcelona estaba llena de estrellas ya: Ronaldinho Gaúcho, Gio van Bronckhorst, Carles Puyol, Patrick Kluivert, Luis Enrique, Edgar Davis, Xavi Hernández o Phillip Cocú, entre muchos otros. Uno de los que llegaba nuevo era Iniesta, sin saber que con los años se convertiría en un referente y que demoraría poco en hacerse con el control del juego del equipo.

Para el siguiente año entraron Lionel Messi, Deco, Samuel Eto'o, Ludovic Giuly y Edmislson y el once catalán comenzó a mirarle a la cara a los rivales a la altura de los ojos. Iniesta comenzó a ganar protagonismo y no lo perdió nunca más. En su palmarés hay nueve títulos de Liga, seis de la Copa del Rey, siete de la Supercopa de España, y otros cuatro de la UEFA Champions League.

Por si fuera poco, se impuso tres veces en la Supercopa de Europa y en otras tres en el Mundial de Clubes de la FIFA. Además, jugó 674 partidos con el Barcelona, en los que anotó 57 goles y dio 139 asistencias, pero su aporte al juego iba más allá de los goles y las asistencias, sino al dominio del área del campo que ocupaba y lo difícil que le resultaba a los rivales quitarles la pelota.

Xavi Iniesta y Busquets eran un baluarte para defender, en un equipo que para protegerse, tenía el balón, y nadie lo cuidaba más que ellos. Del resto se encargaron siempre los de alante, entre ellos Eto'o, Luis Suárez, Ibrahimovic y el más grande de todos los que alguna vez vistieron de blaugrana, Lionel Messi, quien se cansó de ganar títulos y de engrandecer su palmarés y el del resto de sus compañeros.

UN PUNTAL DE ESPAÑA

Andrés Iniesta defendió los colores de España desde las categorías juveniles, y desde esas edades adaptó a sus seguidores a conseguir títulos importantes. Fue campeón de Europa sub-16 y sub-19 y luego jugó una final de un Mundial que perdió, de la categoría juvenil en 2003. Pero fue un puntal en los grandes títulos de la absoluta desde 2008 a 2012.

Iniesta estuvo en el campo en el partido final de la Eurocopa de 2008, en el Ernst Happel Stadion, de Viena, ante la favorita Alemania, en un choque que se decidió por gol de Fernando Torres en el minuto 33. Para entonces, los dueños del centro del campo era Xavi Hernández, Marcos Senna, Cés Fábregas, David Silva e Iniesta, en aquella formación de cinco mediocampistas que tanto gustó a Luis Aragonés, el seleccionador.

Cuatro años después, en el Estadio Olímpico de Kiev, España le dio un baño a Italia y ganó por 4-0, ahora con Vicente del Bosque en el puesto de mando y sin delanteros de referencia, solo un grupo de seis "bajitos, que controlaban el juego a su antojo. Marcaron David Silva, Jordi Alba, Fernando Torres y Juan Mata, los dos últimos habían entrado de cambio.

Antes, en la Copa Mundial de 2010, la selección española se encontró con la de Países Bajos en la final. Ambas escuadras estaban a tope. Los neerlandeses tenían un equipo tremendo con varios de los mejores jugadores del mundo arriba, como Arjen Robben, Robin van Persie, Wesley Sneijder, pero España tuvo dos héroes, Casillas, que le sacó un balón espectacular a Robben, e Iniesta, que anotó el de España cuando faltaban cuatro minutos para ir a la tanda de penales.

Después de la Copa Mundial de 2012, España no fue la misma, y tras el triunfo en la Champions de 2015, el Barcelona tampoco. Iniesta vio como su físico no lo acompañaba para competir con garantías en Europa y decidió, al finalizar la temporada 2017-2018, luego de homenajes en muchos campos, irse a Japón para defender los colores del Vissel Kobe hasta 2023. El último año jugó para el Emirates Club, de los Emiratos Árabes Unidos. Hasta hoy.