Haber sido un crack del fútbol no hace que tus hijos lo vayan a ser, aunque por años muchos vástagos lo han intentado y hasta han agotado las posibilidades con tal de seguir el camino paterno. Llegar a profesional, incluso, puede ser considerado un éxito, teniendo en cuenta que solo un pequeño grupo de elegidos consigue vivir de pegarle a un balón con más o menos éxitos.
Los Zidane, por ejemplo, han probado suerte desde la cantera del Real Madrid, y aunque todos fueron internacionales con Francia en diferentes categorías, ninguno se ha afincado hasta ahora como estrella. Y el que más lejos ha llegado, Luca, lo hace como arquero del Eibar, de la segunda división del fútbol español, aunque dicen que el mejor será Elyaz, quien juega como defensa en el juvenil B del Real Madrid.
Pero hablamos de los hijos de los cracks, que es lo mismo que los grandes jugadores, aquellos que marcaron una época, ya sea por su juego o por los títulos, porque hijos de futbolistas profesionales sí hay muchos que hicieron carrera, como los del brasileño Mazinho, Thiago y Rafinha, o Marcos Llorente, hijo de Paco, defensores ambos de los colores del Atlético de Madrid.
GRANDES JUGADORES, HIJOS DE FUTBOLISTAS
En esta categoría hay donde escoger, pero el caso más llamativo de todos es el de Erling Haaland, el atacante noruego del Manchester City, que finalmente fue a parar al mismo club donde jugó su padre, Alf. De los hijos de jugadores normales, ninguno ha despertado más admiración que Erling, un goleador increíble, con un acierto impresionante y un carisma envidiable.
En Argentina, por ejemplo, destaca el campeón mundial de 2022 Alexis Mac Allister, hijo de Carlos, que defendió en algún momento los colores de Boca Juniors y que fue ministro de Deportes de su país de 2015 a 2019. Y en España, están los Alonso, ambos de nombre Marco, el más joven de los cuales juega ahora de blaugrana, la misma camiseta que defendió su padre.
Sin embargo, la zaga Alonso no es la más llamativa, porque uno y otro, aunque han jugado en grandes clubes, tampoco han encandilado a nadie por su juego, lo mismo que Justin Kluivert, vástago del atacante holandés que hizo época en varios clubes importantes como el Milán AC, el Barcelona o el Valencia. El hijo juega bien, pero no es nada del otro mundo como para convertirlo en una referencia.
En México hay una zaga con historia, la de los Hernández, que tuvo a abuelo, padre y tiene al Chicharito como último exponente, lo mismo que en Argentina con Jorge Higuaín y sus hijos Gonzalo y Federico. O en Cataluña con Carlos y Sergio Busquets, un gran arquero que tuvo un heredero en el campo pero no para parar bajo el arco, sino para ponerle orden por años a cualquier mediocampo.
En esta lista caben muchos otros, como los Simeone, Diego, Giovanni, Giuliano y Gianluca; o los Maldini, con el abuelo Cesare, Paolo (por mucho el mejor de todos) y Daniel, quien intenta estirar la zaga familiar. Incluso los Hagi, Gheorghe e Ianis. El primero hizo época a finales de la pasada centuria cuando llegó a ser conocido como el Maradona de los Cárpatos, mientras el segundo defiende ahora los colores del Rangers escocés.
LOS CRACKS DEL FUTURO
Sin embargo, este texto no va de esos que ya son, de futbolistas que heredaron las profesiones de sus padres e hicieron carrera con más o menos éxito, con una superestrella sobre todo, como el noruego Haaland, como decíamos. Esto va de las estrellas del futuro, de hijos de grandes jugadores que pudieran ser cracks, algunos de ellos con modales impresionantes como jugadores.
Cristiano Junior, por ejemplo, intenta seguir lo pasos de su padre, una tarea harto difícil, porque hablamos de uno de los más grandes de todos los tiempos. Tiene 12 años y estuvo en benjamines con el Real Madrid y luego se salió en la Juventus de Turín, antes de irse con su padre al Manchester United. Cristianinho, como lo llaman, se entrena con dedicación total, pero nadie sabe si puede ser, o no, un crack del futuro.
Lo mismo pasa con los hijos de Messi, que son tres y tocan muy bien la pelota, pese a sus edades. Pero, sobre todo llama la atención la clase de Mateo, que apenas tiene siete años y que, según su padre, se le parece mucho, por lo de chiquito y porque no le gusta perder a nada. Y cuando esto pasa, puede hasta pelearse con los hermanos. Mateo, eso sí, es el más carismático de todos y un fenómeno ante las cámaras.
Si por genes fuera, pocos tendrán dudas de que el hijo del Kun Aguero tendría que ser un crack en el futuro, porque porque su sangre no solo tiene la del ex jugador del Manchester City y Atlético de Madrid, sino la de su legendario abuelo Diego Armando Maradona, el padre de Gianinna. Incluso, su padrino es Lionel Messi, pero hasta ahora no ha enseñado modales de futbolista.
El que sí pinta para grande es Enzo Alves, hijo del excapitán del Real Madrid Marcelo Vieira, quien con 13 años ya tiene contrato profesional y se ha cansado de hacer goles con la casaca blanca del equipo de su padre. Enzo, que ha crecido entre cracks prefiere la posición de nuevo a la de lateral, en la que brilló su progenitor, y hace todo para convertirse en el futuro en la referencia de ataque del Real Madrid.