Haaland y Guardiola meten miedo en Europa

Desde hace muchos años Pep Guardiola busca una Champions. Al ambicioso técnico del Manchester City no le basta aquello de que digan que es el mejor entrenador del mundo, un revolucionario del fútbol, el inventor de no sé cuantas cosas más. El quiere ganar otra vez en Europa, porque sabe que solo así podrá ser considerado el mejor. Y para eso se llevó a Manchester al noruego Erling Haaland.

El atacante, que cumple 22 años en unos días, es una bestia del gol, tal como ha demostrado en los últimos años con su anterior club, el Borussia Dortmund, y la selección noruega. Es rápido, explosivo y tiene una habilidad innata para el gol. Para él, todo pasa por llevar el balón a las redes contrarias y lo intenta una y otra vez. No cesa hasta conseguir un gol, y cuanto tiene uno busca el otro y luego otro más. Y así es siempre.

Y esa facilidad para el gol terminó por llenarle el ojo a Guardiola, que en los últimos años ha jugado sin un nueve de referencia, o al menos no uno al estilo Haaland: alto, potente, capaz de dominar por arriba, de marcar las pautas frente al arco rival. Solo hay que ver a los últimos que tuvo a sus órdenes para darse cuenta de que no tienen nada que ver con el noruego.

Salen atacantes para que entre Haaland

Guardiola tuvo al argentino Sergio Kun Aguero, al brasileño Gabriel Jesús y a Raheem Sterling, pero terminó por dejarlos ir o venderlos a todos, porque le servían para ganar en Inglaterra, pero no en Europa, y el ex del Barcelona y del Bayern de Múnich necesita ganar una Champions. Es su gran objetivo desde hace muchos años, por más que diga que prefiere ganar la Liga Premiere, porque es el torneo de la regularidad, el de la constancia y en el cual la suerte tiene menos influencia.

Por eso dejó que Aguero agotara su contrato y se fuera libre al Barcelona hace un año, que Sterling fichara por el Chelsea y que Gabriel Jesús se mudara al Arsenal, a pesar de que estos dos últimos son rivales directos en Inglaterra. Al entrenador le costó, pero al final se dio cuenta de que para ganar es importante tener un jugador de referencia en ataque, un enfermo del gol, como el noruego.

Alguna vez, cuando dirigía al Barcelona, tuvo a Zlatan Ibrahimovic y no le dio toda la continuidad que hubiera querido el sueco, pero aquel Barcelona con Lionel Messi, Xavi Hernández y Andrés Iniesta tenía gol de sobra, y dominaba a su antojo a los rivales con una tenencia del balón escandalosa. Ahora los tiempos han cambiado, y el técnico también.

Si no funciona de este manera, dirá, pues hagámoslo de otra a ver si al final le damos el primer título de su historia al Manchester City y, de paso, nos adelantamos al PSG francés, otro que también anda a la casa de La Orejona, como llaman al trofeo de la lid continental, desde hace muchísimo tiempo, y tampoco ha podido conseguirlo, por más que se hayan gastado cifras bestiales, tanto como Guardiola, en fichajes.

Haaland en el punto de mira de los grandes clubes

Lo cierto es que Haaland fue uno de los protagonistas del presente mercado desde mucho antes de que terminará la temporada o de que se abriera la etapa de ventas y traspasos. El Barcelona y el Real Madrid lo tuvieron en su agenda. Incluso, su padre y el otrora representante, Mino Raiola, visitaron las instalaciones de ambos clubes en algún momento del año, supuestamente, para analizar posibles ofertas.

El Bayern de Múnich también analizó en algún momento la posibilidad de sacarlo del Dormund para que fuera el relevo de Robert Lewandowski, una de las causas del malestar del polaco, que ahora intenta forzar su salida camino a Barcelona.

Haaland parecía cerca del Real Madrid. El jugador es admirador del clima de España, de las playas de las Baleares, donde se compró una casa, y parecía que podía convertirse en jugador del Real Madrid, pero Florentino Pérez tenía otro gran plan en mente y los dos no iban a ser posibles. El mandamás del Madrid tenía hecho, supuestamente, a Kylian Mbappé. Y por eso aparcó el tema Haaland, que terminó por aceptar la oferta del City, y se fue con Guardiola.

Con Mbappé en el Real Madrid, junto a Vinicius y Benzema en calidad de Balón de Oro, Haaland no lo tenía claro. Por eso el madridismo le reprocha a Kylian no haberse pronunciado antes, porque facilitó que se le escapara la otra gran figura del mercado, que muy bien pudo haber encajado con Benzema y Vinicius en una línea de ataque fenomenal. Pero ya eso es historia y el crak noruego está en el City.

Con Haaland otra vez favoritos en Europa

Con él, Guardiola da un paso adelante. Tendrá que modificar su juego, pero lo hará, porque merecerá la pena adaptarse a la forma de Haaland, quien asegura decenas de goles cada año y le dará la posibilidad de volver a pelear por la Champions, aunque no han sido los goles las causas de la eliminaciones del City en las últimas ediciones de la competición europea.

Para el año que comienza, el equipo de Guardiola vuelve a salir como favorito para imponerse en la Liga Premier. La mayoría de los equipos, como el Liverpool, el Tottenham, y el Arsenal se han reforzado. El Chelsea, que dejó salir a buena parte de sus defensores tras cambiar de dueño, hará alguna otra incorporación, y el Manchester United siempre será un rival a considerar. Pero en ese mundo el City luce muy poderoso.

En Champions también estará entre el grupo de candidatos, junto a Liverpool, Chelsea, Real Madrid, PSG, Bayern y tal vez un Barcelona que, sin tener dinero, ha fichado y sigue contratando jugadores de media Europa. Si le da para ganar o no, ya eso será otra cosa, pero plantilla tiene, tal vez la más homogénea, cara y poderosa de toda Europa y Guardiola deberá sacar partido de eso, porque corre el riesgo de que la directiva del club pierda la paciencia y termine por echarlo antes de conseguir un título europeo que añora desde hace mucho tiempo.

Por eso se llevó a Haaland. El noruego será líder de su proyecto, aunque el entrenador lo niegue cada día, como acostumbra a hacer siempre, en ese afán de no dejar que ninguno de sus jugadores esté por encima de otro, en eso de creer y hacer ver que el centro del proyecto es él, como entrenador, aunque jamás lo diga. En fin, Guardiola tiene en sus manos a un gran jugador y si no le sirve para ganar, ambos habrán fracasado, pero el principal culpable será el técnico, como ocurre siempre.