Hubo tiempos, hace mucho ya, en los cuales el Valencia era un gran club y un mejor equipo. Mandaba allá a donde iba. No solo le peleaba el título en la Liga Española a los grandes de siempre -léase Real Madrid y Barcelona- sino que ganaba las competiciones locales, y cuando salía a Europa era un enemigo temible, capaz de dejar en el camino a cualquier contrario, cualquiera fuera su linaje.
Eran los primeros años del siglo, y el equipo che metía miedo con arqueros como Santiago Cañizares, Andrés Palop; defensores de lujo como Mauricio Pellegrino, Roberto Ayala, Amedeo Carboni, Fabio Aurelio, Jocelyn Angloma, o centrocampistas como Didier Deschamps, David Albelda, Ruben Baraja, Gaizka Mendieta, Kily Gonzalez, o atacantes como Pablo Aymar, Vicente, John Carew o Miguel Ángel Angulo.
Era el equipo que entrenaba, con puño de hierro, el argentino Héctor Cúper que ganó un título de Liga y se plantó en dos finales de Champions consecutivas, aunque sin ganar ninguna, porque cayó primero por 3-0 ante el Real Madrid en el Stade France, en la 1999-2000, y al año siguiente, tras empatar 1-1 con el Bayern Múnich, cedió desde el punto de penal por 5-4 en San Siro.
Peter Lim es un incapaz y un arrogante. eva 5 años sin dar explicaciones, sin venir a Valencia, tiene 0 empatía. El Valencia ya ha perdido la categoría y ahora veremos si se puede mantener en primera división. Aquí lo que ha habido es una gestión pésima salvo los 2 años de Mateu Alemany
SE ACABÓ EL HECHIZO
Cuando Héctor Cúper perdió su segunda final seguida, se dio cuenta de que lo mejor era dejar el Valencia y buscar otro equipo. Pretendientes no le faltaban, porque no todos los días se encuentra un club a un técnico que haya estado en dos finales seguidas, por más que las hubiera perdido. El argentino hizo sus maletas y se fue al Inter de Milán, y el Valencia trajo a otro de mano dura, Rafa Benítez.
Bajo la batuta de Benítez, el Valencia ganó sus dos últimos títulos de Liga, el de la temporada 2001-2002 y el de la 2003-2004, luego de una campaña intermedia mala, pero Benítez también tomó otro camino y el Valencia siguió en la parte alta de la tabla, con puestos asegurados para competiciones europeas casi año tras año, generalmente como escolta del Real Madrid y el Barcelona. En 2004 también ganó la Liga Europa y la Supercopa de Europa, al vencer al Porto, que había ganado la Champions.
Todo esto lo sostienen tipos como Tebas, que avalan a Peter Lim y que a pesar de la decadencia de los últimos años, piensan que es sano que Peter Lim siga aquí, políticos que le han dado vuelo a que pueda realizar el estadio, incumpla las condiciones y los bancos que le han concendido otros dos créditos. Los políticos y los bancos se han flexionado delante de Peter Lim
En la 2005-2006 fue tercero en España, y luego desde la 2009-2010 hasta la 2011-2012, ocupó ese puesto invariablemente, para consolidarse como el tercer equipo de la competición, o al menos eso era lo que se creía, pero a partir de entonces todo se torció y aunque, por momentos, volvió a ser un equipo competitivo, nunca más se le vio como el rival capaz de estar de nuevo en lo más alto.
La condición de escolta del Real Madrid y el Barcelona, o viceversa, quedó reservado para un Atlético de Madrid que ganó dos veces la Liga en años sucesivos y que también alcanzó dos finales de Champions (2013-2014 y 2015-2016), en las cuales, como el Valencia, también perdió, solo que en su caso el victimario fue siempre el Real Madrid. Primero por 4-1 en prórroga en Lisboa y luego desde el punto de penal, en Milán.
4-1 en prórroga en Lisboa y luego desde el punto de penal, en Milán.
En 2014, luego de nueve meses de negociaciones, el empresario de Singapur Peter Lim, de 61 años de edad, se convirtió en el nuevo dueño del equipo, previo pago de 94 millones de euros por el 70 por ciento de las acciones, además de asumir compromisos con un nuevo estadio y con las deudas, no menos importantes que tenía la organización. Pero, de ahí en adelante, todo un un traspiés tras otro.
AÑOS MALOS, ZONA DE DESCENSO
Desde que asumió Peter Lim la presidencia del club, se perdió la estabilidad en el banquillo, con varias temporadas de hasta tres técnicos, siempre teniendo a Voro como comodín y encargado de aguantar el palo mientras la directiva buscaba al sustituto que creía ideal en ese momento, aunque siempre contó con técnicos de renombre que ante el escaso apoyo institucional, poco pudieron hacer.
Voro estuvo hasta ocho veces al frente del banquillo en una década horriblis para el equipo che, que no ganó nada más, a pesar de contar con estrategas reconocidos como Nuno, Marcelino García Toral, José Bordalás, Gennaro Gatuso o Paco Ayestarán, personajes que conocían al dedillo el mundo del fútbol, incluso las interioridades del club y que terminaron dejándolo, muchos de ellos por la puerta de atrás.
Igual la venta no es la solución porque a lo mejor el que viene también es nefasto aunque hacerlo peor es casi imposible.o único que le ha hecho daño a Peter Lim es cuando las noticias llegan a Singapur. Lo que pase aquí le importa un pepino, el abandono que tiene del Valencia es tremendo
Hubo momentos de zozobra, en los cuales el equipo se cayó hasta muy cerca de las zonas de descenso, pero nunca había estado tan comprometido como en el presente año, cuando, luego de 10 jornadas, ocupa el último puesto y ahora mismo es máximo candidato a perder la categoría, sino ocurre algo grande que le permita remontar posiciones, como hizo el año anterior, por ejemplo.
Hasta Rubén Barajas, el técnico actual y hombre histórico del club y muy comprometido con todo el entorno Valencia, tiene ya sus dudas, lo mismos que una afición que se ha mantenido fiel, pero que no termina de entender los manejos de Lim, quien pasa a veces años sin venir a la ciudad a interesarse por el club que, cierto es de su propiedad, pero también pertenece a la afición.
A estas alturas de la temporada, el aficionado valencianista se teme lo peor y desde el estadio y también en los medios, muchas personas cercanas al Valencia, y no solo seguidores, le piden a Lim que haga algo, traducido ese algo como que ponga en venta al club, porque esperan que con otro dueño la situación cambie. Pero hasta ahora el hombre no afloja la mano y el equipo anda cuesta abajo.
