Arturo Vidal ha vuelto a Colo-Colo, el mítico equipo chileno al que llaman El Cacique. Lo hace en el epílogo de su carrera, cuando apenas le faltan unos días para cumplir 37 años y cuando detrás quedan los 100 mejores partidos de una historia en el campo que lo llevó a varios de los mejores equipos del mundo, a estar bajo las órdenes de grandes entrenadores y a disputar los más importantes torneos.
Vidal protagonizó un retorno espectacular al Estadio Monumental, cuyas gradas estaban copadas por las 47 mil personas que suelen tener asiento allí. Los que estaban en La Ruca, como se conoce a la instalación deportiva, lo vieron descender de un helicóptero, colocarse una capa, al más puro estilo monarca medieval y luego subir a un brioso corcel negro para darle la vuelta al campo entre vítores de los miles de seguidores enardecidos.
Los seguidores de El Cacique no esperaban menos y lo disfrutaron todo. Estallaron en aplauso al paso del caballo con el Rey Arturo encima, y cuando esté tomo un espadón en la mano o se colocó una corona sobre su cabeza, con el riesgo de molestar su ya clásico peinado, la ovación se volvió ensordecedora. El hijo pródigo estaba en casa de nuevo, luego de muchos años fuera y de hacer carrera en Europa y Brasil.
LA SALIDA DE ARTURO
Arturo Erasmo Vidal Pardo nació en la capital chilena el 22 de mayo de 1987 y cuando cumplió los 18 años ya era jugador de primera división con Colo-Colo, el club de sus amores, y a donde retorna ahora, luego de haber dejado su impronta en varios de los mejores clubes del mundo, algunas veces con éxito y otras con no tanto, como cuando fracasó en el Barcelona español, donde esperaron más de él desde el primer momento.
Arturo explotó como mediocampista en El Cacique y los ojeadores de los grandes clubes del mundo no lo dejaron pasar de largo. El joven jugador sumó un tricampeonato con Colo-Colo antes de que el Bayer Leverkusen, a mediados de 2007, le ofreciera un contrato, para llevárselo a Alemania para jugar en la Bundesliga. Con el equipo de la aspirina, como se conoce al Bayer, demostró liderazgo desde el primer momento.
Al final, jugó 144 partidos y anotó 21 goles, algunos de ellos de penal, porque los técnicos de turno le dieron galones para ejecutar desde los 11 pasos, una condición que solo se le otorga a aquellos en los cuales la dirección tiene mucha confianza. Y Vidal no quedó mal, porque no fue nunca de los que le sacó el cuerpo a los momentos duros, ni tuvo miedo de dejarlo todo en el campo, cualquiera fuera el equipo para el que jugaba o el rival de turno.
Su labor con el Leverkusen no pasó inadvertida, y la Juventus de Turín se lanzó a por él. Ya lo llamaban el Rey Arturo y su juego tenía cada vez más peso, era siempre más protagonista y también más polémico, porque allá donde fue el chileno siempre dio trigo a la prensa, ora porque se le veía en tragos en algún lugar, por una entrada brusca a destiempo o por alguna declaración picante.
Su llegada a la Serie A se produjo en 2011. Sería su primer paso por el Calcio y aprovechó para ganar cuatro veces el campeonato. Con la Juve jugó 171 partidos y marcó 48 goles, pero a finales de 2015 las partes creyeron que el ciclo en la Vecchia Signora había llegado a su fin y entonces se apareció el Bayern Múnch, que pagó 40 millones de dólares, incluyendo primas, por llevarlo al Allianz Arena, para un período de tres años.
TRASPASO AL BARCELONA Y COMIENZO DEL DECLIVE
En Alemania coincidió con Pep Guardiola, compartió en el campo con glorias del fútbol mundial, ganó títulos, pero el Rey Arturo soñaba, según dijo poco después, con jugar en el Barcelona español, para seguir los pasos de sus compatriotas y compañeros de selección Alexis Sánchez y Claudio Bravo, y no dejó pasar la oportunidad. Las cifras del acuerdo nunca estuvieron claras, pero lo cierto fue que el chileno desembarcó en el Camp Nou.
Su paso por el equipo culé solo duró un par de temporadas, a razón de nueve millones de euros netos por temporada, en medio de la creciente alza de salarios que tenían todos aquellos que jugaban alrededor de Lionel Messi y que terminó por llevar a la quiebra al Barcelona, una situación que aún hoy le está pasando la cuenta a las arcas del club, obligado a vender patrimonio para inscribir jugadores y sobrevivir, en medio de algún que otro escándalo.
Estuvo dos años en España, y en su primera temporada, la 2018-2019, ganó el título de Liga para sumar su título número 19 y el noveno en línea desde que se fue al Bayern Múnich, sin embargo, fracasó en la Champions y estuvo en cancha en alguno de los momentos más duros sufridos por los culés en la competición europea, entre ellas la goleada por 8-2 ante el Bayern Múnich, tras lo cual el técnico, Ronald Koeman le mostró la puerta de salida.
Regresó a Italia y ganó un Scudetto con el Inter de Milán. Aún aguantó otro año, pero se dio cuenta de que ya no estaba para los fuertes torneos de Europa y decidió que el lugar ideal para pasar sus último años como jugador sería Sudamérica y se fue al Flamengo. Sin embargo, pocos días después se fue al Atlético Paranaense, en un movimiento raro e inesperado, que sorprendió al entorno del más universal en Brasil y Chile, donde aún lo esperaban de regreso.
En las últimas semanas corrieron rumores sobre un posible acuerdo para irse a un histórico sudamericano, el argentino Boca Juniors, pero las conversaciones, al parecer, no llegaron a buen puerto y Vidal decidió volver a Colo-Colo para cerrar el círculo, para terminar su carrera, por donde mismo la empezó, al menos a nivel de clubes, y para eso se agarró a una de sus excentricidades, como lo del helicóptero, el caballo y el vestido al estilo King Arthur.