Florentino Pérez y el Real Madrid hicieron el negocio del siglo con la venta de Cristiano Ronaldo a la Juventus de Turín. Contrario a lo que puedan imaginar algunos, la operación fue ventajosa para el club blanco: tuvo casi una década a CR7 en la plantilla, un tiempo en el que ganó cuatro veces la UEFA Champions League y después lo vendió, ya con 30 y tantos años, por más dinero del que lo compró al Manchester United.
En la memoria están frescas aun aquellas palabras del delantero portugués durante el festejo de la décimotercera Champions, cuando dijo que había sido bueno jugar para la afición que colmaba el Santiago Bernabeu aquella noche mágica. Algunos pensaron que había sido un farol de la gran estrella del club, pero cuando el jugador habló ya lo tenía todo amarrado.
A CR7 lo enamoró la afición de la Juventus cuando lo aplaudió tras aquella chilena gloriosa en semis de la Champions. Ese día, al ver a las tribunas rendidas a su magia, a Cristiano Ronaldo se le ocurrió que alguna vez iba a vestir la casaca de la Vecchia Signora. Y nada más se lo comentó a Jorge Mendes, su agente, este le dio las orientaciones necesarias para cumplir su deseo.
Cristiano siempre estará en mi corazón. Es un jugador especial y una persona especial para mí. Todos los portugueses deberíamos estar orgullosos de haber tenido y seguir teniendo un jugador como él
MENDES Y EL REAL MADRID, UNA HISTORIA DE DESAMOR
Cuando estaba Cristiano en la plantilla, Jorge Mendes controlaba a una gran cantidad de jugadores y en esa situación, se podía decir, tenía poderes, y la relación con la cúpula blanca era muy buena. Y a Florentino Pérez y José Ángel Sánchez se les hacía fácil llegar a las estrellas que representaba el super agente luso, comparado en control de grandes estrellas solo con el ya fallecido Mino Riola.
Con Mendes, además de Cristiano Ronaldo, estuvieron José Mourinho, Fabio Coentrao, Pepe, Ricardo Carvalho, Ángel Di María y el colombiano James Rodríguez, a quien el Real Madrid fichó de manera sorpresiva en el verano de 2014, luego de lucirse en la Copa Mundial de Brasil. El Madrid, por entonces, solo tenía que llamar a Mendes y ponerse a negociar, pero todo se estropeó tras la salida de CR7.
Bueno, he dicho lo que quería decir. Pronto... Bueno, tampoco sé lo que va a pasar. En vez de empezar cuando me toca por las vacaciones, empiezo el lunes 15. Quiero estar con el equipo desde el primer día porque es lo que quiero. Si no quisiera estar aquí me habría pillado todas las vacaciones, pero yo quiero volver ya y seguir, porque estoy en el mejor equipo del mundo.
Ronaldo no se fue bien del Madrid. Para el club, el negocio fue bueno, pero la afición quedó dolida, y al final se demostró que el club siguió ganando Champions y él se quedó con el sueño de conquistar la sexta y su sexto Balón de Oro. Se cumplió aquello de que lejos del Bernabeu hace mucho frío. Pero eso nunca lo dirá CR7, orgulloso allá donde haya jugadores con orgullo.
Con Cristiano se acabó la era Mendes en el Real Madrid y aunque en algún momento intentaron algún acercamiento, nunca lo consiguieron. De hecho, cuando algún jugador de los que estaba en la plantilla se buscó al luso como agente, la directiva terminó por hacerle la cruz y facilitó que se fuera, sin darle opciones a negociar una extensión de contrato. Así pasó con Isco Alarcón y Marco Asensio.
Isco no daba más en el Madrid, pero Asensio se pudo haber quedado, pero cambió a su representante de siempre, Horacio Gaggioli, por Jorge Mendes. el mallorquín quería más dinero y protagonismo y al final terminó por irse libre al PSG, algo que desde el Madrid no es bien visto, sobre todo en los últimos tiempos, cuando la directiva catarí del equipo francés proclamó a Florentino Pérez como enemigo.
JORGE MENDES, YORO Y LUNIN
El Real Madrid tenía cuatro fichajes marcados para esta temporada baja: el francés Kylian Mbappé, el brasileño Endrick, el canadiense Alphonse Davies y el también galo Leny Yoro, jugador del Lille. El club blanco, su representante, Jorge Mendes, y Yoro, habían acordado que el central, de 18 años de edad, aguantara las presiones de su actual equipo, porque queda libre en 2025, para forzar una negociación y hacerlo parte de la plantilla de Ancelotti.
Por un momento, pareció que todo estaba hecho, que l jugador y el agente cumplirían su palabra, a pesar de jugosas ofertas de clubes de la Premier y del PSG, pero en la mañana de este miércoles se estropeó todo: Yoro, según medios de prensa, se fue a Manchester para pasar reconocimiento médico con el United, luego de que el Lille aceptara una oferta mucho mayor que la del Madrid por parte del club inglés.
Son cosas que pasan. Es normal en el fútbol que operaciones casi hechas, con la palabra dada, se estropeen. Pasó con Mbappé y el Real Madrid en el verano de 2022, por ejemplo. Pero ese movimiento deja al Madrid en mala situación atrás, porque necesita, de todas todas, un zaguero central, y el club quería uno con proyección de futuro, no uno que viniera de regreso luego de una larga carrera.
En la plantilla tienen a Eder Militao, Antonio Rudiger y el lesionado David Alaba, además de Jesús Vallejo, al que el club pretendía buscarle destino. Cierto que Ancelotti tiene otro proyecto de gran central en Aurelién Tchouaméni, pero a todos les parece que hace falta otro. Y encima de eso, está el caso del arquero suplente Andriy Lunin, quien termina contrato en un año y está indeciso en si negocia o no.
Lunin, que está representado por Mendes, ya dejó caer algunas píldoras en una poco habitual entrevista reciente. Dijo que todo estaba en manos del club, que él solo quería jugar, pero después de lo de Yoro y esas declaraciones de Lunin, la posibilidad de que el ucraniano se que quede parecen muy lejanas. Y entonces comienza a cobrar fuerza un posible retorno de Kepa Arrizabalaga.
