La historia de los grandes clubes de fútbol, o de cualquier otro deporte, está marcada por ciclos. Momentos en los cuales dominaron el panorama y ganaron más o menos títulos, pero dejaron una huella que ha logrado trascender las generaciones para convertirse en un sello, en una forma de recordar momentos y leyendas que engrandecieron el firmamento y que siguen en la memoria popular.
El Real Madrid no puede ser diferente. La historia centenaria del club ha tenido momentos únicos, que han trascendido y llegado a nuestros días. Unas veces por los títulos, otras por la forma de jugar, algunos por su sempiterno dominio en Europa, o incluso por el glamour de algunos de los integrantes de la plantilla en esos momentos a los que hacemos referencia.
El Madrid tuvo un salto monumental con la aparición de la Copa de Europa. Una plantilla que tuvo como líder al hispano-argentino Alfredo Di Estéfano dominó el continente a su antojo. Luego, con los años, apareció la famosa Quinta del Buitre, dueña absoluta de España. Más tarde los Galácticos, aquella constelación de balones de Oro. En la década anterior estuvo el Madrid de Zidane. Y ahora se cocina una generación que al parecer no estará a la zaga.
EL MADRID DE DI ESTÉFANO
Al equipo blanco que sometió a Europa desde mediados de los años cincuenta hasta el comienzo de la década del 60 se le llamó el Madrid de Di Estéfano, en honor al gran líder de aquella plantilla, al jugador que cambió para siempre la historia del club, gracias a la luz larga del entonces presidente, Santiago Bernabéu, quien se dio cuenta de que necesitaba una estrella para dominar el juego.
Cinco veces consecutivas ganaron los blancos la Copa de Europa, precursora de la Liga de Campeones primero, y ahora de la UEFA Champions League. En la nómina estaba el argentino, pero no era la única estrella de una plantilla que aterrorizó a los rivales en el campo y que pareció formada para ganar siempre, cualesquiera fueran las circunstancias. Hoy, nuestros abuelos hablan aún con admiración de aquellas hazañas.
Hasta tres entrenadores tuvo aquel equipo: José Villalonga, Luis Carniglia y Miguel Muñoz, y aunque ellos tuvieron su peso o responsabilidad, lo que había en el campo era lo que marcaba las diferencias, sobre todo en la línea de ataque, donde además del argentino estaban Paco Gento -único con seis títulos europeos de clubes en su haber-, Raymond Kopa, y el húngaro Ferenc Puskás.
No eran los únicos. También estaban José María Zárraga, José Santamaría, Marquitos Alonso, y Luis Molowny. Con ellos, y otros más, el Real Madrid ejerció una tiranía sobre el resto de los clubes europeos, que jugaban las finales de la Copa de Europa, pero no podían ganarla, porque los blancos eran tan buenos que sus contrarios solo se limitaban a acompañarlos, más no a vencerlos.
LA QUINTA DEL BUITRE
Varias de las estrellas del Madrid de Di Estéfano no eran españoles, pero no pasó lo mismo con la Quinta del Buitre, cuyo nombre hace referencia a Emilio Butragueño, un habilidoso delantero al que llamaban por ese mote. Todos los jugadores se formaron en la cantera del equipo blanco y aunque alguno salió en algún momento, aquella generación tuvo mano de hierro en los años ochenta.
Además de Butragueño formaban la Quinta Rafael Martín Vázquez, Miguel Pardeza, Manolo Sanchís y Michel González, los que le dieron el nombre original, pero a la cual se sumaron después el arquero Paco Buyo, Antonio Maceda, Rafael Gordillo, y el fenomenal delantero mexicano Hugo Sánchez, quien insistió en cambiarle el nombre y ponerle la Quinta de los Machos.
Mientras duró la Quinta, los títulos fueron constantes: dos Copas de la UEFA, seis veces la Liga, incluyendo cinco de manera consecutiva, tres Copas de España, tres Supercopas de España, y una Copa de la Liga. La Quinta, sin embargo, no pudo ganar nunca la Champions, que quedó como la asignatura pendiente para aquellos jugadores talentosos, que marcaron una generación.
Por esos años, no había un dominador claro en Europa, aunque el Liverpool ganó en dos ocasiones, el Milán también un par de veces, en tanto sorprendían otros clubes, como el Steaua Bucarest, el Hamburgo, el Aston Villa, el Oporto y hasta el PSV. Eran tiempos en los cuales las fuerzas estaban más repartidas, y muchos tenían opciones de ganar, y eso pesó en contra de Butragueño y compañía.
LOS GALÁCTICOS
La llegada de Florentino Pérez a la presidencia del Real Madrid provocó una revolución en el equipo y en el fútbol. El flamante mandatario llegó de la mano de Luis Figo, ganador de un Balón de Oro. Luego trajo a Zinedine Zidane, Ronaldo Nazario, David Beckham y Michael Owen. A esa camada se les llamó los Galácticos, porque tenía además a Raúl, Roberto Carlos... todos estrellas de primer nivel en el mundo.
Con Figo, Zidane, Raúl, Roberto Carlos, Iker Casillas y Fernando Hierro, entre otros, ganó el Madrid una Champions. El entrenador era Vicente del Bosque, pero a Florentino no le gustaba la mano izquierda del técnico, no lo renovó y aunque trajo luego a otras estrellas, el equipo no pudo reinar más en Europa, aunque encandiló con su fútbol vistoso. Alguien dijo alguna vez que el Madrid parecían los Beatles cuando llegaban a cualquier lugar.
Pero Florentino aprendió la lección, no sin antes renunciar. A la vuelta, formó un equipo compacto, que tuvo que esperar años para ganar, pero cuando lo hizo, su dominio fue abrumador, sin creer en el Barcelona de Messi, ni el Bayern de Pep Guardiola, el Liverpool de Jurgen Klopo, ni en el Atlético de Madrid de Diego Pablo Simeone. Aquel equipo ganó una vez con Carlo Ancelotti y tres en línea con Zinedine Zidane.
Para muchos, fue el Madrid de Cristiano Ronaldo, que era la gran estrella del equipo, el jugador decisivo, el que marcaba los goles a la hora de la verdad, el artífice de las grandes remontadas, pero allí no solo estaba el portugués. También vestían de blanco Luka Modric, Tony Kroos, Casemiro, Karim Benzema, Marcelo, Gareth Bale, Rafael Varanne y el capitán Sergio Ramos, entre muchos otros.
DEL MADRID DE ZIDANE AL NUEVO PROYECTO
Un día, después de ganar por tercera vez consecutiva la Champions, y por decimotercera vez en total, se fue Cristiano. Zidane no soportó la salida de su estrella y como presintió que venían momentos malos, también dejó el puesto de mando. Bale no fue nunca más el de los últimos años y el equipo comenzó un proceso de renovación paulatina, con el fichaje de jovencitos prometedores.
Zidane volvió, es cierto, pero solo le dio para ganar la Liga y otros títulos menores. Ya estaban Vinicius jr., y llegaron Federico Valverde, Rodrigo Goes y Eduardo Camavinga. Con estos, y el resto de la vieja guardia -incluido el retorno de Carlo Ancelotti-, volvió a reinar el Madrid en Europa. la Champions de las remontadas quedó en la memoria de todos. Vinicius, Rodrigo, Valverde y Camavinga fueron algunos de los héroes, a pesar de su juventud.
Cierto que siguen Kroos, Modric y Benzema, pero el Madrid trabaja en una nueva camada, que integran los jóvenes mencionados arriba, más el francés Aurelién Tchouaméni y el brasileño Eder Militao. Media docena de portentos físicos y jugadores super determinantes que muy bien pudieran escribir la nueva historia del Real Madrid, del equipo del futuro, capaz de plantar cara a los clubes estados y a los otros poderosos de Europa.
Para estos aún no hay nombres, pero a alguien se le ocurrirá alguno en el futuro, porque es muy poco probable que tantos futbolistas buenos, con talento de sobra y deseos de triunfar, más compromiso con el club, no logren marcar una era con la camiseta blanca. Por el momento, parece que en la llamada Casa Blanca vuelven los buenos tiempos y la afición intenta disfrutarlo. ¿Qué tú crees?