Los grandes clubes encumbran a unos jugadores y devoran a otros. Es muy difícil que los veinte y tantos integrantes de la plantilla de un gran equipo estén contentos cada día y más aún que mantengan su valor de mercado año tras año, una tarea que tienen los entrenadores, aunque muchas veces la situación se les va de la mano y alguno se deja llevar y se pierde en el tiempo. Solo unos pocos de esos considerados 'perdidos' consigue volver.
Hay jugadores que no encajan en un sistema, con un entrenador y siguen manteniendo su valor, se convierten en prioridades para otros y terminan recalando en otros campos, en otras ligas en otros clubes y vuelven a ser los de antes. Aunque no es lo más normal, sobre todo cuando la carrera del futbolista pasó de los 30 y el momento del retiro de la alta competición está al doblar de la esquina.
Dejar un equipo grande siempre implica perder. En primer lugar, cuesta abandonar un Bayern Múnich, un Real Madrid o un Manchester United, a menos que sea a un club del mismo nivel, porque sabes que en el otro no ganarás títulos, no tendrás primas, o no ganarás el mismo dinero. Es así, sencillamente: una cuestión de fútbol y de economía. En esos no juegas pero cobras un salario altísimo, que en otros lugares no te pagarán.
EL REAL MADRID DE LA TEMPORADA 2022-2023
En la temporada anterior el Real Madrid tuvo a varios jugadores que no contaban para el técnico, Carlo Ancelotti. El entrenador no confiaba en ellos, porque sus apariciones en escena no aportaban nada nuevo, pero tenían contrato y no había más opción que tenerlos en los entrenamientos, llevarlos al banquillo y cuando hubiera una oportunidad regalarles unos minutos.
Eso no quiere decir que otros equipos no los quisieran. Cualquier club de cualquier país se interesaría en un jugador del Madrid y lo hubiera aceptado de buena gana, pero eso lleva condicionantes. Si el futbolista se quiere ir completamente, tendría que rebajarse la ficha, el Madrid hacer concesiones, o cederlo y hacerse cargo de una parte del salario. Y en ese caso, en la llamada Casa Blanca prefirieron quedarse con alguno, entre ellos Mariano, por ejemplo.
El hispano-dominicano apenas vio acción. Quedó para los minutos residuales y a veces ni para ellos, pero no quería dejar el Santiago Bernabeu, por los mismos motivos que hablamos arriba: ficha alta, primas, títulos, condiciones envidiables de vida y entrenamiento, y por aquello de que "soy jugador del Real Madrid", que también pesa y mucho, porque es algo así como trabajar en el cine para Woody Allen o Martin Scorsese.
Al final, Mariano exprimió hasta el último día de su contrato, cobró todo su dinero y se fue al Sevilla, donde ha continuado con su historial de lesiones, y ganando mucho menos de lo que recibía en Madrid. Con Eden Hazard pasó algo parecido, solo que al belga el club le pagó una parte de lo que iba a cobrar en esta campaña para que dijera adiós. llegó como jefe de manada y al abandonó cabizbajo y convertido en el más grande fracaso de la historia reciente del club.
Mariano encontró trabajo, pero Hazard anunció su retiro, porque ningún club se atrevió con él. Sus años en el Madrid, las lesiones, esa dejadez por su físico y la falta de ambiciones acabaron con un jugador que estuvo considerado como uno de los posibles herederos de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, cuando estos dejaran el fútbol de alta competición. Sin embargo, él dijo adiós antes.
ISCO, UN CASO DIGNO DE EJEMPLO
Sin embargo, siempre hay jugadores que parecen perdidos, con la carrera terminada y vuelven, regresan. Cuando dejan el entorno en el que estuvieron y encuentran uno nuevo, resucitan para el más universal. A veces solo necesitan de un poco de confianza, de cariño por parte de los entrenadores, de fe en sus posibilidades. Y con Isco ha pasado eso: resucitó para el fútbol después de unos años malos en el Madrid y unos meses sin oportunidades en el Sevilla.
Isco le llenó los ojos a los entrenadores cuando era apenas un proyecto de gran futbolista y jugaba para el Málaga. Media Europa, sobre todo los grandes, lo querían. Y como sucede siempre en estos casos, fue el Real Madrid el que se hizo con sus servicios. El malagueño arrancó muy bien y contó con la confianza de los entrenadores de turno, incluso para alinear como titular en finales de Champions por delante de Gareth Bale.
Pero la salida de Zinedine Zidane después de aquella final que el Madrid le ganó al Liverpool en Kiev le hizo mal al malagueño. No la pasó bien con otros técnicos, sobre todo con el argentino Santiago Solari, y ya nunca volvió a ser el de antes. Eso sí, pese a ser relegado al banquillo, y de rumores de que no se entrenaba bien o de que su dieta no era la mejor, terminó su contrato con el Madrid y el Sevilla lo contrató.
No le fue bien en el Sevilla, tal vez porque su principal valedor, Julien Lopetegui, con quien fue figura en la selección y en el Real Madrid, no aguantó mucho tiempo y el argentino Sampaoli no le tuvo nunca confianza. Luego lo dejaron libre, pero no descuidó su forma, y para la presente temporada cambió el rojo del Sevilla por el verde del Real Betis. Y renació como futbolista, al extremo de que se convirtió en la gran referencia de club, y otra vez bajo la égida de Manuel Pellegrini.
Si Isco volvió, cualquier otro puede hacerlo. Hay cosas con las cuales se nace y el talento para jugar al fútbol estaba ahí y solo necesitaba pulir algunas cosas, trabajar el físico, alcanzar el peso óptimo y creerse que podía hacerlo, Me alegro por Isco y me duele ver cómo otros jugadores se pierden. Y no voy a mencionar a ninguno en específico, porque la lista sería interminable.