Agosto va en volandas. En unas horas arrancan las principales ligas europeas y a finales de mes se cierra el mercado de fichajes y cada uno de los clubes tendrá que arreglárselas con lo que pudo comprar desde el fin de la pasada temporada. Uno clubes han logrado grandes refuerzos, equivalentes a más dinero gastado, y otros han pasado sin penas ni gloria y tendrán que conformarse con ser convidados de piedra de nuevo.
En el fútbol hay equipos diseñados para ser campeones. Son los que ganan siempre, o casi, otros que se conforman con entrar en competiciones europeas -cualesquiera sean-, algunos a los que les basta la permanencia, y otros que tendrán que pelear duro por no perder la categoría. Así funciona el fútbol y así será, porque las ligas están diseñadas para que funcionen de esa manera.
Incluso, en muchas ligas importantes, el salario de alguna de las grandes estrellas de los grandes clubes muchas veces es superior a lo presupuestado por otros para el salario completo de toda una plantilla. Y no hay que ir muy lejos: en tiempos de Lionel Messi en el Barcelona, el argentino cobraba más que todo lo que podían pagar el Rayo Vallecano, Girona, Levante o cualquier otro club, de esos que suben y bajan en la Liga Española.
SERGIO RAMOS
Desde principios de año, y ante la posibilidad de que el PSG no le ofreciera una renovación de contrato, aparecieron rumores sobre una supuesta salida de Sergio Ramos del PSG hacia el fútbol de Arabia Saudita, a donde había llegado unos días antes Cristiano Ronaldo, tras rescindir su acuerdo con el Manchester United. Podía ser una opción para el exdefensor del Real Madrid, pero, al parecer, no fue a más.
Así se terminó la temporada, y siempre aparecieron rumores, filtrados, tal vez, por el entorno del propio jugador, aunque siempre tuvo más fuerza el de que quería volver al Sevilla, el equipo donde se formó y saltó al fútbol profesional, y donde la afición no le perdona que se haya ido al Real Madrid, a pesar de que el club blanco, supuestamente, pagó su cláusula íntegra.
Esos rumores obligaron a aparecer en público a José María del Nido para explicar que Sergio Ramos no estaba en la agenda del club, tal vez para acallar a aquellos que protestaban por una posible vuelta. Al parecer, en Nervión no querían verlo de regreso, pero los días pasaron, y más allá de algún otro rumor sobre una salida a la MLS, incluso al Inter de Miami, junto a Messi, no se habló de otro destino para el camero.
Ramos siguió entrenando. En las redes sociales, incluso de vacaciones, posteó momentos de sus rutinas diarias, con la intención de mantenerse en forma para cuando algún club lo llamara, pero pasaron los días y no salió nadie en su búsqueda. Los rumores de Arabia Saudita se quedaron ahí, lo mismo que lo de Miami, y al final, en la primera semana de agosto, vuelve a aflorar el nombre del Sevilla.
Si no aparece ningún equipo que lo contrate, su nombre volverá a escena una y otra vez, porque el jugador necesita dónde jugar, y el Sevilla, que jugará Champions, no cuenta con los mejores zagueros del mundo. Al menos eso es lo que piensa su entrenador, José Luis Mendilibar, quien tiene peso en las decisiones, luego de llevar al equipo al título en la pasada UEFA Europa League.
RAMOS, EL SEVILLA, EL ENTORNO
El entorno de Sergio Ramos es complicado, sobe todo su agente y hermano, René, por culpa del cual el jugador abandonó hace dos años el Real Madrid para irse al PSG. Los Ramos tensaron tanto la cuerda, con la intención de poner a Florentino Pérez contra la pared, que esta se rompió y el golpetazo se lo llevaron ellos, porque cuando comunicaron que renovarían, el mandamás blanco le dijo que la oferta había caducado.
El Madrid, como hace con todos los jugadores que terminan contrato y superan los 30 años, solo los renueva año a año, pero Sergio y René querían un pacto multianual. El Madrid mantuvo su posición y cuando Ramos reanalizó su situación, se le habían acabado sus opciones. Ahora, a pesar de que dicen desde el entorno que se bajaría ostensiblemente el salario para jugar en Sevilla, en el Sánchez Pizjuán no lo ven tan claro.
La directiva no lo ve claro, pero Mendilibar no tendría duda alguna en abrirle la puerta, porque el zaguero central es todo lo que necesita para darle el toque definitivo a su defensa y poder pelear por entrar n puesto de Champions en la competición doméstica, y disputar con éxito las fases de la UEFA Champions League. De eso no tiene dudas nadie, y el entrenador menos.
El técnico tiene a Nianzou lesionado, de nuevo, además de no ser un jugador que le llene el ojo, lo mismo de Marcao, que apenas regresa de problemas musculares, o Gattoni, que recién llega de Argentina. En esa situación, si incluye a, serbio Nemaja Gudelj, solo contaría con un par de buenos defensores centrales de garantía, y eso sería lo más ofrecería Sergio Ramos.
Lo cierto, el otrora defensor del PSG, a pesar de sus 37 años cumplidos, no merece terminar su carrera de esa manera. Algún club debería abrirle las puertas y dejarlo despedirse sobre el césped, por todo lo que le ha dado al fútbol por dos décadas. Eso sí, si no es en Sevilla, dudo que algún otro equipo español le abra las puertas, mucho menos el Real Madrid, donde podrá volver alguna vez pero no para vestirse de corto.