El magnate ruso Roman Abramovich puso al Chelsea inglés en el mapa del fútbol como un equipo grande. Y bajo su tutela, el equipo londinense ganó dos veces la UEFA Champions League. Los petrodólares del oligarca amigo de Putin convirtieron a un equipo normal en un grande de Europa. Sin embargo, a partir de febrero de 2022 las cosas cambiaron para el dueño y el club.
Tras la invasión rusa a Ucrania, todos los cercanos al inquilino de Kremlin cayeron en desgracia para los gobiernos europeos, que se vieron obligados a exigirles cuenta. Y entre esos cayó Abramovich, que se vio obligado a poner al Chelsea en venta, a pesar de que el club era uno de sus entretenimientos preferidos. Pero la ley británica fue clara: no puede ser propietario de ningún club alguien que apoyé a Rusia durante el conflicto en Ucrania.
Ya el Chelsea tiene nuevo dueño, BlueCo, un consorcio que encabeza el magnate estadounidense Todd Boehly, que se formó con la intención de comprarle el club a Abramovich en 2022, y que, desde entonces, se ha gastado un pastizal en la adquisición de nuevos jugadores, para ponerlo a competir con el Manchester City, actual campeón de La Liga Premier y de la Champions.
EL CITY EN POSIBLES PROBLEMAS
Pero el Manchester City, al parecer, tampoco le va muy bien, por la misma causa, porque algunos medios de prensa han dejado entrever vínculos entre el propietario del club, Sheikh Mansour, primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos, por demás, y Rusia. Y de ser así, como intenta demostrar el bufete de abogados que representa a un grupo de activistas ucranianos, el club tendría que cambiar de dueño.
Los abogados de referido bufete enviaron una misiva a James Cleverly, ministro de Exteriores del Reino Unido, con la intención de que este oriente una investigación sobre posibles vínculos rusos con Mansour, traducidos en que este ha permitido que empresarios rusos hayan traslado parte de sus riquezas hacia el país para evitar las sanciones aparejadas a la guerra en Ucrania.
Hace seis meses, en marzo pasado, entró en vigor una nueva normativa para las propiedades de la Liga Premier, y de probarse que Mansour facilitó a los rusos mover sus capitales a los Emiratos Árabes Unidos, tendrá que hacer lo mismo que Abramovich con el Chelsea: vender el club, que de seguro encontrará compradores de inmediato, presumiblemente de Estados Unidos, donde el fútbol inglés, sobre todo sus equipos, despiertan mucho interés.
El Manchester City no es, precisamente, uno de los clubes más limpios de la Premier, ni de Europa. Otros clubes, otras ligas y entidades de otros países se han quejado por el actuar de una institución que tiene detrás el soporte de los petrodólares de los Emiratos, y que ha pasado por encima de las normas en más de una ocasión, al extremo de que ha sido sancionado a no fichar en alguna de las ventanas del mercado.
Ahora mismo, el actual campeón de Europa está siendo investigado por quebrantar, nada más y nada menos, que de unas 200 normas económicas del fútbol inglés. Solo que de eso no se habla mucho, porque el City es, posiblemente, el mejor club del mundo, y tiene un andamiaje publicitario tremendo detrás, con el objetivo de que solo se vea lo que ocurre en la cancha y no en las oficinas.
NO SOLO SE VIOLAN LAS REGLAS EN INGLATERRA
Las grandes fortunas detrás de los grandes clubes de fútbol no siempre representan claridad en su administración, incluso ni títulos, porque hasta el propio Abramovich vio pasar muchos años hasta convertir al Chelsea en campeón de Europa por primera vez. El primer título llegó a sus vitrinas en la temporada 2011-2012, con el italiano Roberto Di Matteo en el puesto de mando.
Di Matteo era segundo del portugués André Villas-Boas, y cuando este fue cesado se quedó al frente del equipo blue, al que consiguió llevar a la cima de Europa, algo que no puedieron hacer ninguno de sus antecesores, entre ellos José Mourinho, a quien había fichado Abramovicy y le había entregado todos los poderes para que ganara la lid continental, sin éxito.
El Chelsea volvió a ganar en Europa una década después, en la temporada 2020-2021, con el alemán Thomas Tuchel en el puesto de mando, en una situación parecida a su primera corona europea, porque el técnico germano había sido cesado en en Paris Saint-Germain y sustituyó a Frank Lampard a mitad de temporada. El triunfo blue en la final fue ante el Manchester City, gracias a un gol de Kai Havertz.
El City, que había sido comprado por Mansour en 2008, tuvo que esperar a la temporada 2022-2023 para sumar su primer título de Champions. El primer ministro emiratí no escatimó recursos en todos esos años para conseguir el título europeo. Y cuando contrató como entrenador a Pep Guardiola le ofreció a este poder de decisión sobre la confesión de la plantilla y le trajo a los jugadores que pidió.
Solo con la llegada del noruego Erling Haaland y con una plantilla formada por dos cracks en cada posición, pudo el Manchester City conseguir su primer UEFA Champions League, aunque desde hace casi una década domina como nadie la Liga Premier, considerada, considerada la más fuerte del mundo, y la que más capital está atrayendo en los últimos años. Por el momento, todo va bien, pero cuidado con las secuela rusa y las reclamaciones de Ucrania.
