El infinito ir y venir de Paul Pogba

Por segunda ocasión el centrocampista francés Paul Pogba deja el Manchester United. El club lo despidió con un comunicado tras expirar su contrato y todo parece indicar que, como en la ocasión anterior, su destino será la Juventus de Turín, de la Serie A de Italia.

En Old Trafford querían que el internacional francés renovara contrato y extendiera su estancia en el club, pero al final el jugador decidió marcharse y, luego de algún coqueteo con el PSG, todo hace indicar que jugará en la Vecchia Signora, cuyos colores defendió en una ocasión anterior.

Pogba llegó al Manchester muy joven, en un movimiento que provocó ronchas entre los clubes en los cuales se formó desde que era un niño y el United, y que no llegó a más porque las acusaciones a tres manos no iban a dejar un claro vencedor.

En el United explotó como un centrocampista total, con capacidad de anticipación, con una gran visión de juego y un físico poderoso, del cual sacaba ventaja, sobre todo en las jugadas a balón parado. Además, su golpeo a distancia impresionó a más de un entrenador, que quiso sumarlo a su causa.

En la temporada 2011-2012, dos años después de firmar por los Diablos Rojos, debutó en la Premier a las órdenes de Sir Alex Ferguson. Jugó algunos partidos, casi siempre como recambio, y también disputó partidos de Copa. Pero no mucho más. Sin embargo, al año siguiente y tras su negativa a renovar contrato, el club informó que se iba a la Juventus, en una posición que no cayó nada bien en Old Trafford.

El propio Ferguson, habitualmente respetuoso con sus jugadores, manifestó su malestar y acusó a Pogba de no haber jugado limpio, aunque al final admitió que su salida fue lo mejor para el club, tal vez por aquello de las papas podridas y el saco.

Con la Juventus enseguida se ganó a la hinchada, a los medios, al entrenador y a sus propios compañeros, que vieron en el francés a un jugador distinto, capaz de marcar diferencias en el campo, pese a alguna excentricidad que pudo no caer bien en el vestuario.

Comenzó su meteórico ascenso y varios entrenadores pusieron sus ojos en él. Incluso, su coterráneo Zinedine Zidane que trabajaba en el organigrama del Real Madrid lo quiso como refuerzo del equipo blanco, incluso desde antes de convertirse en entrenador del primer equipo, pero la Juventus se negó a negociar su salida. Lo consideraba pieza importante de un proyecto que continuaba dominando en Italia, pero al que le faltaba conseguir algo grande en Europa.

Pero pasó el tiempo y a Pogba lo agarró la nostalgia. Los deseos de volver a Manchester fueron cada vez más fuertes y terminó por hacer sus maletas y regresar a la ciudad y al equipo donde dio sus primeros pasos como gran jugador. Claro, desde Old Trafford tuvieron que desembolsar 120 millones de euros, la cifra más alta pagada por un jugador hasta el momento, verano de 2016.

Solo los 222 millones que pagó al año siguiente el PSG por el brasileño Neymar al Barcelona superaron esa cifra. Aunque con el paso del tiempo cantidades superiores se convirtieron casi en habituales.

Pogba llegó al United de regreso como gran estrella, con la condición de internacional, y se encontró en el banquillo con José Mourinho, quien, tras la despedida de Ferguson, pretendía mantener a los Reds Devils en lo más alto de la Premier y, de paso, llevarlos de nuevo a un título continental.

Ese primer año no escapó de las críticas de los medios y del propio entrenador, quienes no le perdonaban su dejadez a la defensa. Los problemas se acentuaron entre el jugador y el técnico, quienes tuvieron más de un agarrón en los vestuarios, alguno de ellos filtrado a los medios, a pesar de que Mourinho negó que hubiera algún problema con el centrocampista.

Al final, se fue Mourinho, Pogba ganó la Copa Mundial con la selección de su país, de la que fue figura relevante y no tuvo más remedio que acomodarse a los entrenadores que tuvo con posterioridad en el club, siempre entre rumores de posibles salidas, de fichajes frustrados, hasta que se agotó su contrato y con la carta de libertad en la mano, toca elegir.

Durante meses se especuló con la posibilidad de que fuera a París, a jugar con el PSG, donde recibiría un salario elevado en el posible último gran contrato de su carrera, pero al final, según las últimas informaciones, volverá a la Juventus de Turín, de cuyos años buenos aún se recuerda.

Será la segunda vez que cruza el puente entre Manchester y Turín, ahora con la intención de revitalizar a un equipo que a duras penas se clasificó para la próxima edición de la Liga de Campeones, tras dos años sin ganar en Italia, luego de una década de dominio absoluto.

La Juventus quedó cuarta, pero mantendrá en el puesto de mando a Massimiliano Alegri con la intención de reforzar la plantilla, volver al trono del Calcio y recuperar su condición de grande de Europa. Desde el club creen que Pogba puede ser importante en ese proceso.

Mientras, el jugador mira también a la Copa Mundial de Qatar, prevista para los meses de noviembre y diciembre próximo, donde volverá a ser pieza importante de la Francia que defenderá el título con la condición de gran favorita. Pero para eso falta tiempo, lo mismo que para saber si el mediocampista termina su carrera en la Juventus, en otro club, o decide tomar otra vez el avión de retorno a Manchester.

Con Pogba todo es posible y tal como se ha desarrollado su carrera, entre el United y la Juve, nadie tiene la certeza de donde colgará las botas cuando llegue la hora del adiós, aunque solo tiene 29 años y tiempo para emprender otras aventuras.