¿Una derrota en Champions es para destapar las alarmas de un equipo que llevaba tres éxitos consecutivos? Esa pregunta se la hacen desde el interior del equipo, pero también prensa y aficionados culés, luego de que el once ucraniano Shakhtar Donetsk se impusiera por 1-0 al Barcelona en el partido de vuelta entre ambos por la fase de grupos de la competición continental.
Un gol, al minuto 39 del partido, obra de Danylo Sikan, en el Volksparkstadion, de la ciudad alemana de Hamburgo, donde jugó el equipo ucraniano, privado de hacerlo en su propio campo como consecuencia de la guerra con Rusia, fue suficiente para sentenciar la suerte del once catalán y dejar en el alambre a su entrenador, que lo mismo dice un día que van por el camino correcto, que reclama al otro más tiempo para su proyecto.
Los que saben de fútbol tienen claro que no es una derrota aislada, sino consecuencia del mal juego del equipo en las últimas semanas, que se saldó con derrota ante el Real Madrid en casa, una victoria a último minuto por los pelos ante la Real Sociedad, luego de un partido pésimo, y terminó con el revés ante el Shakhtar, un equipo humilde, que representa a un país en guerra.
LAS CUATRO ELIMINACIONES QUE NO SE OLVIDAN
Xavi Hernández va camino a su tercer curso al frente del Barcelona y en su palmarés pesan cuatro eliminatorias europeas consecutivas. Cuando sustituyó a Ronald Koeman, hace dos años, el Barcelona estaba vivo en Europa, pero el nuevo técnico no pudo mantener el paso y pasar más allá de la fase de grupos de la UEFA Champions League. La eliminación fue bochornosa, pero no era lo peor.
Los catalanes entraron en la UEFA Europa League y cuando todos pensaban que serían los favoritos para imponerse en la categoría de plata del fútbol europeo, se apareció el Eintracht de Frankfurt y les hizo vivir una de las peores experiencias de los últimos años, en campo propio, pero con mayoría de aficionados rivales, que llegaron vestidos de blanco, un color que no sienta muy bien la llamada Ciudad Condal.
El golpetazo ante el Eintracht de Frankfurt fue tremendo, pero era el primer año de Xavi, a quien el presidente Joan Laporta perdonó el haber respaldado a otra candidatura cuando las elecciones para la presidencia del club. Y así las cosas, llegó la temporada 2022-2023 y el supuesto alumno aventajado de Pep Guardiola, el encargado de devolver el fútbol arte al Barcelona, volvió a caer en fase de grupos de la Champions.
Y para colmo de males, fue eliminado a las primeras de cambio por el Manchester United, que no lo dejó, incluso, ni jugar los octavos de final. Fue la cuarta caída estrepitosa del entrenador en competiciones europeas, que para la presente temporada vio cómo el sorteo le deparó uno de los grupos más fáciles que se recuerden, junto al referido equipo ucraniano, el Porto, y el Amberes belga.
Es muy difícil que el FC Barcelona quedé fuera de los octavos de final. Es casi imposible, y se tendrían que dar una serie de resultados asombrosos, pero en la mente del culé no solo pesa esa posibilidad, sino la no descartable eliminación una vez superada la fase de grupos, tal como pasó en muchos años anteriores, con goleadas y remontadas de los rivales incluidas.
LIVERPOOL, ROMA, BAYERN MÚNICH EN LA MEMORIA
El Barcelona tuvo un buen arranque de la temporada. Estuvo coqueteando con los líderes de la Liga Española y aún sigue ahí, a cuatro puntos del puntero Girona, pero a la afición, a los medos y a la directiva le escuece otras cosas, como la derrota en casa ante el Real Madrid, con gol en la prórroga, y el ir dos puntos por detrás de los eternos rivales, algo que va más allá de la capacidad de algunos de analizar el juego.
Ante el Madrid el Barcelona tuvo ocasiones. Aprovechó la primera y se adelantó por intermedio de Ilkay Gundogan, pero dos goles de Jude Bellingham terminaron por darle la vuelta al encuentro para su primer revés de la temporada y para que se dividieran las opiniones respecto al técnico, que ha capeado el temporal en años anteriores, y que ahora ha comenzado a recibir críticas, incluso desde dentro del vestuario, como el comentario de Gundogan a los medios tras caer ante los blancos.
Acto seguido visitaron a la Real Sociedad, y solo gracias a Marc-André Ter Stegen se salvaron de una goleada tremenda. En Anoeta, los locales asediaron el arco defendido por el alemán, y en los primeros 10 minutos tuvieron hasta cuatro ocasiones clarísimas, que milagrosamente paró el arquero o las desvió alguien. Al final, con el tiempo agotado, Ronald Araújo cabeceó un centro lateral y rescató tres puntos impensables.
El juego, de más está decir, fue caótico: el equipo no se encontró en la cancha, la defensa hacía aguas por cualquier parte, los atacantes rivales campearon a su antojo y no había intensidad, sobre todo tras las pérdidas constantes de balón. Xavi lo justificó con aquello de que un día juegan bien y pierden, como ante el Real Madrid, y el otro ganan, jugando mal, porque es fútbol, dijo entonces.
Pero les tocó el Shakhtar Donetsk y el equipo recibió un mazazo, con un técnico incapaz de encontrar soluciones desde el banquillo. Incluso, a pesar de los cambios de la segunda mitad, en esos segundos 45 minutos, el Barcelona solo disparó una vez entre los tres palos. Todas las dudas afloraron de pronto, sobre el entrenador y sobre los balones de oro que supuestamente ganarían Joao Félix o Lamine Jamal en los próximos años. El once catalán vuelve a las andadas, al parecer, al menos.
