El alza vertiginosa de los ingresos en el deporte

El salario del baloncestista estadounidense John 'Hot Rod' Williams en la temporada 1990-1991 con los Cavaliers de Cleveland fue un escándalo, porque llegó a cinco millones de dólares. En ese tiempo Patrick Ewing, de los New York Knicks, ganaba poco más de cuatro millones y el luego fenomenal Michael Jordan, de los Chicago Bulls, casi tres.

Esos emolumentos serían ahora menudo de metro, como diría un amigo cercano, porque Stephen Curry, de los Golden State Warriors, cobra 45.7 millones de dólares, y un veterano como Lebron James, de 37 años de edad, recibe de Los Angeles Lakers poco más de 41 millones, y es solo quinto entre los mejores pagados.

Cuando el beisbolista José Canseco firmó por un salario de casi cinco millones de dólares por temporada con los Atléticos de Oakland, allá por 1990, el mundo del béisbol se escandalizó, aunque se acostumbró enseguida porque solo unos meses más tarde Roger Clemens sobrepasó los cinco millones con los Medias Rojas de Boston.

En la temporada que comenzó en abril, Max Scherzer, de casi 38 años, cobrará de los Mets de Nueva York más de 43 millones, y el súper pelotero Mike Trout sobre los 37 con Los Angelinos de Los Ángeles. Aunque en las Grandes Ligas destacan más los contratos a largo plazo con cifras que se acercan o superan los 300 millones por una decena de años.

En muchos casos, esos deportistas agregan a sus salarios nominales suntuosas cantidades por publicidad o patrocinio, y entonces esas cifras se elevan sobre, o cerca, del centenar de millones de dólares, incluso para algunos retirados o casi jubilados como el exbaloncestista Michael Jordan, el tenista Roger Federer o el golfista Tiger Woods.

El fútbol no es ajeno, sobre todo porque es el más universal de los deportes, y el que más ligas y clubes profesionales tiene alrededor del mundo.

Vale recordar que cuando casi expiraba el año 2000, el entonces poderoso Inter de Milán, de la Serie A de Italia, llegó a un acuerdo con el uruguayo Álvaro Recoba que le garantizaba al jugador ocho millones libres de impuestos por temporada, en un pacto por cinco años. Aquello pareció escandaloso.

Un lustro más tarde, el centrocampista inglés David Beckham cobraba unos 25 millones brutos de las arcas del Real Madrid español, que entonces monopolizaba a los mejores jugadores del mundo y los salarios más altos, porque después del británico aparecían el brasileño Ronaldo, el Fenómeno, con casi 20 millones, y el francés Zinedine Zidane, con 13.

En 2010 ya reinaban Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. No solo recibían los pagos más altos, sino los ingresos más elevados por conceptos de publicidad. El argentino cobraba del Barcelona unos 10 millones de euros netos y otros 20 por derechos de imagen y otras cosas relacionadas. En tanto el luso andaba por los 27.5 millones, 13 de ellos de paga directa por el Real Madrid, a donde había llegado poco antes.

A diferencia de la NBA, que hace públicos los salarios de los jugadores, el fútbol los mantiene en secreto y solo se pueden tomar como base revelaciones de algunos medios especializados en el referido deporte o en las finanzas de los jugadores.

Así las cosas, para 2015 los papeles se invirtieron y las cifras se dispararon. El tirón mediático de Cristiano y Messi, la férrea porfía entre ambos por los premios individuales, y la rivalidad Real Madrid-Barcelona llevaron los salarios de ambos jugadores y sus contratos de publicidad a cifras astronómicas, que ya no volverían a bajar.

CR7, según la revista Forbes, ganó entonces 94 millones de euros, desglosados en 49 de salario y el resto por patrocinios, primas y publicidad, mientras el capitán de la selección argentina andaba por los 65 millones, Zlatan Ibrahimovic, del PSG, por 34 y el también barcelonista Neymar por 38.

La misma publicación revela las cifras de 2020 y alterna las posiciones de Messi y Ronaldo. El primero ganó 126 millones de dólares con el Barcelona; Ronaldo, en ese momento en la Juventus de Turín, 117; y Neymar, del PSG, 96, mientras otro del club parisino, Kylian Mbappé, recibía 42.

Las ganancias de 2021 volvieron a tener a varios futbolistas en el top ten de la clasificación, con Messi, del PSG, a la cabeza con 130 millones de dólares. Después Lebron James con 121, y Cristiano Ronaldo y Neymar con 115 y 95 millones, por ese orden.

Cierran el ranking de deportistas con las ganancias más altas el baloncestista Stephen Curry, de los Golden State Warriors, 92.8 millones; su colega Kevin Durant, de los Brooklyn Nets, 92.1; el tenista suizo Roger Federer 90.7; el boxeador Saúl Canelo Álvarez, 90, millones de dólares; el fenomenal quarterback de los Tampa Bay Buccaneers del fútbol americano Tom Brady, 83.9 millones, y el baloncestista griego de los Milwaukee Bucks Giannis Antetokounmpo con 80.9 millones de dólares.

Los salarios, y los ingresos totales, en el deporte van cada vez más al alza, en muchas casos de manera casi inexplicable y las cifras que ahora nos parecen alarmantes, en una década pueden parecer diminutas, como nos sucede a los que miramos lo que cobraban John 'Hot Rod' Williams, Patrick Ewing o Michael Jordan a principios de la década de 1990. Incluso lo que recibían El Chino Recoba y Zidane a principios de siglo.

En el fútbol, el noruego Erling Haaland y el francés Kylian Mbappé pueden llegar a cifras estratosféricas en los próximos años. Vivir para ver.