El contrato de dos años de Lionel Messi con el Paris Saint-Germain se vence el 30 de junio, y el argentino deberá decidir dónde juega la próxima temporada, en medio de varias opciones que no terminan de tomar forma, sobre todo porque será difícil que lo haga en el sitio a donde le gustaría volver, que no es otro que el FC Barcelona, el club con el que jugó la mayor parte de su dilatada carrera.
Entre las opciones del ocho veces ganador del Balón de Oro está quedarse en París, pero renovar con el PSG tiene sus puntos a favor y también en contra. A favor: ahora mismo el once parisino está en la élite del fútbol europeo, es siempre aspirante a ganar la UEFA Champions League, y en el Parque de los Príncipes recibirá un salario superior al que puedan ofrecerle en cualquier otro equipo.
Sin embargo, ni el propio jugador, ni sus esposa ni sus tres hijos terminan de adaptarse a París, y todos quieren regresar a Barcelona, donde nacieron los vástagos de la familia Messi, y donde fueron a la escuela, incluso, los mayores. Pero esa opción, ahora mismo, parece complicada, mientras en otras ligas se frotan las manos por la posibilidad de contar con el campeón del mundo con Argentina y mejor jugador de Qatar 2022.
¿VOLVERÁ MESSI A BARCELONA?
Volver a la que fue su casa por muchas temporadas, a donde ganó cuatro veces la UEFA Champions League y la mayoría de sus títulos no será fácil para Messi, y, sobre todo, no dependerá solo de él, sino de un grupo de condicionantes que tienen que alinearse para hacerlo posible, entre ellas que se limen las asperezas que dejó su salida del club presidido por Joan Laporta.
Laporta fue el responsable principal de su salida del club, a pesar de que durante la campaña electoral camino a la presidencia insistió en que su objetivo principal era retener al jugador en la plantilla, una condición que cambió nada más hacerse cargo del club y comprobar que las arcas no estaban en la situación en que había imaginado y la salida del mejor jugador de la historia de la institución era una necesidad.
De un día para otro, la renovación prometida saltó por los aires, y ahí entró el PSG, que haló por la billetera y se lo llevó a París, donde jugaba su amigo Neymar, la gran estrella hasta entonces. En el primer año ganó la Liga, pero fue eliminado en octavos por el Real Madrid. En su segundo, va líder de Liga, pero fue eliminado, también en octavos, por el Bayern de Múnich.
Ahora, sin embargo, piensa en irse. En el PSG quieren retenerlo, pero la casa llama. El lugar donde fue feliz tiene un peso tremendo, y no solo para él, sino para la esposa y sus tres hijos. La vida para la familia Messi era tan diferente en Castelldefels que todos los días sueñan con volver. Antes, el Barcelona tiene que establecer prioridades, revisar su presupuesto, dar salidas a otros jugadores y luego ir a por Messi.
Por el Camp Nou las cosas no andan bien. El equipo está acusado de corrupción en los negocios y es investigado en el entramado del llamado Caso Negreira, al cual el cub le pagó más de siete millones de dólares en casi 20 años, supuestamente, para influir en los árbitros. Si ese proceso termina en sanción, con el Barcelona descendido o fuera de Europa, Messi no volverá. De lo contrario, es posible.
¿ARABIA SAUDITA O ESTADOS UNIDOS?
El triunfo en la Copa Mundial de Qatar 2022 cambió los planes de Messi. Antes de la lid tenía en mente jugar un par de años más e irse a Estados Unidos, porque por su mente no pasaba la posibilidad de jugar otro torneo de esa magnitud. Pero el título, la cohesión en torno al técnico y el cariño de los nuevos campeones mundiales hacen que se piense su decisión y que sueñe con el Mundial de 2026.
A fin de cuentas, quién le puede prohibir a Messi estar en la selección o no. Para eso, él lo sabe, tiene que jugar en un torneo de un nivel no tan exigente como los principales de Europa, y entonces salen a colación las lides de Arabia Saudita, a donde ya fue Cristiano Ronaldo, por un salario fabuloso, nunca antes visto para un futbolista, o Estados Unidos, hasta ahora el cementerio a donde iban los elefantes del fútbol a despedirse.
En Arabia ganaría mucha pasta. Hay quien habla hasta de 300 millones de dólares netos, pero jugaría en un país con costumbres muy diferentes, en tanto en Estados Unidos, sobre todo en Miami, lo haría en un lugar conocido, donde tiene incluso casa, y donde sus hijos y su esposa estarían muy feliz. En ambos sitios, no estaría tan exigido y podría estirar su carrera hasta la Copa Mundial de 2026.
Hasta ahora, solo hay rumores. Aunque se sabe que el padre del jugador, que es su representante, ha hablado con el entorno cercano a Laporta para organizar un partido de homenaje, pero esas conversaciones podrían terminar en un acuerdo que asegure el regreso definitivo a la urbe catalana. Sin embargo, ahora mismo parece poco probable que eso ocurra, por las razones expuestas con anterioridad.
Con esos cuatro destino sobre la mesa, Messi y su familia tendrán que elegir a donde quieren ir. Aventurarse a decir uno podría ser arriesgado, pero en el fútbol, como en la vida, el corazón también decide destinos y pasos a dar. Si Messi ama al Barcelona, que vuelva allí, que juegue sus últimos años al calor de la afición culé y que sea feliz. LA vida es una sola y hay que disfrutarla.
