En todos los deportes de equipo, jugar en casa, ante el público propio, con el respaldo de la afición local, reviste una importancia trascendental. Esa situación representa un plus extra, al extremo de que muchos clubes han decidido dejar algún número sin usar para homenajear a la afición. En el fútbol, sobre todo, muchos equipos no otorgan a ningún jugador el dorsal 12, porque lo dejan para los aficionados.
Sin embargo, los equipos grandes tienen la obligación de ganar siempre. Si pretendes levantar trofeos, es importante que aprendas a ganar fuera de tu estadio. O al menos a que tu fútbol no difiera tanto de un campo a otro. No puede ser posible que todas tus derrotas o casi, ocurran más allá de tu escenario principal, en tanto has convertido en una especie de búnker el campo propio, donde los rivales tienen temor a jugar porque siempre caen.
El Atlético de Madrid es el mejor ejemplo de este fútbol certero en casa. Es el equipo indestructible en campo propio ante cualquier rival, y en ese grupo puedo incluir al Real Madrid, pero demasiado vulnerable más allá del Civitas Metropolitano. Los de Diego Pablo Simeone son un equipo cuando sienten el respaldo del público y otro muy diferente cuando las tribunas respaldan al contrario.
LA LIGA SE PIERDE FUERA
El Atlético de Madrid ocupa la cuarta plaza de la Liga Española. Suma 51 puntos después de 25 jornadas y está a 11 del líder Real Madrid, con quien tiene aún un partido pendiente, en cancha de estos últimos, el Santiago Bernabeu. A todas luces, la temporada no se decidirá para ellos en el estadio del máximo rival, porque pierdan o ganen allí, ese partido no cambiará mucho la situación de uno con respecto al otro.
Eso sí, ese partido puede marcar el entrar en la próxima edición de la Champions o no, porque muy cerca del Atlético de Madrid, a solo dos puntos, aparece el Athletic Club de Bilbao, con quien se juega el pase a la final de la Copa del Rey, aunque de eso hablaremos más adelante en este mismo artículo, y volvamos a La Liga, donde, de los 51 puntos conseguidos, 37 corresponden al Civitas y solo 14 fuera.
¿Cómo puede un equipo jugar tan bien en casa y tan mal fuera? La respuesta va más allá de aquello de que el campo propio suele ser un fortín, de la costumbre, del conocimiento de césped y campo, o del apoyo irrestricto de la afición, que se vuelca con sus jugadores, pero no puede ser tanta la diferencia entre conseguir puntos en casa y hacerlo allende el estadio Metropolitano. Hay otras causas.
Para mí, la mano del Cholo Simeone esta detrás de esos resultados. En casa, ante su público, se ve obligado a jugar al ataque, a ir a por el rival, a buscar el arco contrario, y eso le ha dado buenos resultados, sin embargo, cuando salen de sus predios el técnico vuelve a sus raíces, se echa atrás con la intención de que los rivales no le marquen y por ahí han llegado las seis derrotas de la temporada en el campeonato doméstico, además de dos empates, todo eso en 12 partidos.
En casa, en 13 apariciones, ganaron en 12 ocasiones, con 32 goles anotados y solo 12 encajados. No son los que menos encajan jugando en sus predios, en una señal de que juegan al ataque y no hacen como Valencia, Las Palmas o el Betis, que hacen de sus respectivos campos reductos casi inexpugnables, además del Real Madrid, el segundo menos goleado en casa con siete, uno más que Mestalla.
EL BALANCE DE OTRAS COMPETICIONES
Para ejemplificar el poderío del Atlético de Madrid en campo propio, quiero recordar que el Real Madrid solo ha perdido dos partidos en la presente temporada en todas las competiciones, y ambas derrotas se produjeron en el Civitas Metropolitano. Las dos veces que los blancos fueron de visita a casa del vecino, cayeron: una en Liga y otra en los cuartos de final de la Copa del Rey.
También se han medido en otras dos oportunidades: una en Liga, que se saldó con empate 1-1, en un partido en el cual Marcos Llorente anotó en la última jugada del encuentro, y en las semifinales de la Supercopa de España, en un choque que terminó con victoria de los de Carlo Ancelotti con marcador de 5-3 y que le permitió disputar la final del torneo ante el FC Barcelona, que saldaron con goleada y trofeo.
En la Copa del Rey, los del técnico argentino sortearon todos los escollos que se le presentaron en el camino sin problemas aparentes. Primero fuera ante equipos de inferior categoría, y con la suerte de jugar en casa frente al Real Madrid en cuartos. En las semifinales, en rondas de ida y vuelta ante el Athletic Club de Bilbao, perdieron en casa por la mínima y tendrán que jugarse el pase a la final en el Estadio de San Mamés, en una situación que no presagia nada bueno.
En la UEFA Champions League, los rojiblancos ganaron sus tres partidos de la fase de grupos en casa: Al Feyenoord (3-2), al Celtic de Glasgow (6-0) y a la Lazio (2-0), y fuera consiguieron una victoria por 1-3 ante el once neerlandés y empates 1-1 y 2-2 ante el club italiano y el escocés, por ese orden. Ya en octavos de final, abrieron en el Giuseppe Meazza frente al Inter de Milán y también cayeron por 1-0, lo cual los obliga a ganar en el Metropolitano.
Frente al Inter, los de Diego Pablo Simeone no hicieron ni un disparo entre los tres palos. Al entrenador le parecía bien no perder, con la intención de sentenciar en casa, pero un error de entendimiento entre Reinildo y Rodrigo de Paul terminó por abrirle las puertas del triunfo a un rival que hizo mucho más. Ahora tocará remontar en casa y demostrar de verdad que el Civitas Metropolitano es un fortín, porque una derrota puede echar por tierra toda la temporada y dejarlos sin título alguno.
