Para este lunes tenía previsto escribir unas líneas sobre David Silva, el pequeño centrocampista español, ganador de dos títulos de Eurocopa y uno de Copa Mundial con la selección de su país, quien, de pronto, tras una grave lesión de rodilla, decidió abandonar el fútbol, pero de pronto aparece en escena el caso Dembele y su supuesta escapada al París Saint-Germain, y aplazamos la nota del otrora jugador del City, y nos encargamos del atacante del Barcelona.
Ahora mismo, hay un torrencial de noticias sobre Dembelé y su más que probable traspaso al PSG, lo que no se sabe si el equipo parisino pagará la cláusula de 50 millones este lunes, lo hará con una nueva a partir de mañana, que sería de 100 millones, o negociará con el Barcelona un acuerdo amistoso, que podría ser lo mejor para el equipo catalán, porque de los 50 o los 100 millones, solo recibirá la mitad.
De cualquier manera, lo que parece claro es la salida de Ousmane Dembelé del Barcelona, lo cual representaría un golpe duro para el cuerpo técnico, que consideraba al francés el mejor jugador de la plantilla y el más desequilibrante de una línea de ataque a la cual le aporta mucho desborde por ambas bandas, además de ser el principal surtidor de balones al nueve del equipo, el polaco Robert Lewandowski.
¿POR QUÉ EL PSG VA A POR DEMBELÉ?
Eso de por qué Dembelé se va al Barcelona puede resultar engañoso, porque el atacante, tal vez, no tenía la más mínima intención de marcharse. Es el equipo de la capital francesa el que lo pretende, y como allí pagan más, pues el jugador y su representante allanan el camino para que vaya a su país de origen, y a un club con posibilidades de pelear en cualquier competición.
Sin embargo, hay un trasfondo en todo este movimiento, que es bueno tener claro: el PSG fue a por Dembelé, porque está casi convencido de que su gran estrella, Kylian Mbappé, se irá este verano y necesitará un jugador para suplirlo con garantías. Dembelé no será más que el sustituto del capitán de la selección gala, aunque aún no haya calidad alguna con la situación de este último.
Mbappé, que había renovado contrato con el PSG en mayo del año anterior, supuestamente hasta 2025, envío una carta al club a principios de junio, para recordarle que no haría válida la ampliación por un año más, que debería certificar antes del 31 de julio. El supuesto acuerdo de 2022, le daba dos años de contrato, más uno opcional, para lo cual debería informar el último día de julio.
Pero Mbappé dijo que no haría uso de esa clausula y que solo pretendía terminar el año que le quedaba para después marcharse gratis. En la carta, que encontró respuesta urgente de la directiva del PSG, dijo que el club era un impedimento para conseguir sus objetivos, que desunía más que unía, y que era la hora de abandonar el equipo parisino y buscar otros objetivos.
Ante esta situación, y ante la casi segura salida de Mbappé, porque el club le dijo que renovaba o se tenía que ir, e PSG salió a buscar un delantero y lo encontró en el Barcelona. Le sale mucho más barato, por las condiciones del contrato que tiene, y por la situación económica del Barcelona, que ir a por otro en cualquier otro equipo del continente, como Victor Osimhen, en el Nápoles, o Harry Kane, en el Tottenham.
EL BARCELONA OBLIGADO A BUSCAR UN SUSTITUTO
Osimhen, que viene de una temporada tremenda con el Nápoles, no saldrá por menos de 140 millones de dólares. De hecho, el sureño club italiano ya rechazó una oferta por esa suma, y no hace mucho, el propietario de la institución, Aurelio Di Laurentis, dijo que quien lo quisiera que preparara una maleta con 200 millones de dólares, porque con menos nunca lo conseguirían sacar del Diego Armando Maradona.
La salida de Dembelé obliga al Barcelona a cambiar los planes. Además de tener que obrar como un orfebre para resolver los problemas financieros y poder inscribir a varios de los que ya tiene fichado para la presente temporada, tal vez tenga que darle marcha atrás a sus intenciones de deshacerse de Ferrán Torres, Ansu Fati, incluso el brasileño Raphinha, dos de los tres que estaban más dentro que fuera.
Sin embargo, ahora Xavi Hernández y Joan Laporta pudieran darle marcha atrás a la salida de uno de los mencionados, incluso de todos y quedarse con ellos para la próxima temporada, aunque parece que el equipo catalán tiene los ojos puestos en dos descartes de otros clubes, como el belga Yannick Carrasco, un jugador de casi 30 años, que el Atlético de Madrid podría vender, siempre y cuando la suma le convenza, aunque sin pretensiones altas.
Otro de los posibles sustitutos para Dembelé podría ser el chileno Alexis Sánchez, un veterano de 34 años y medio, que quedó libre con el Olympique de Marsella, a donde llegó el año anterior proveniente del Inter de Milán, y que jugó en el Camp Nou en las temporadas de 2011 a 2014. Sánchez llegaría libre, porque terminó contrato con el equipo galo y su traspaso no le costaría nada al Barcelona.
Lo cierto es que el PSG le puede hacer al Barcelona lo mismo que ya le hizo una vez con Neymar Junior. Aquella vez le pagó 222 millones de euros, que la directiva catalana dilapidó al momento, entre otras cosas en el fichaje del propio Dembelé y del brasileño Phillipe Coutinho. Ahora será el francés el que se largará y el monto que dejará en las arcas cules no dará para mucho.
