Cristiano Ronaldo marca pautas allá a donde va. Y su fichaje por el Al Nassr de Arabia Saudita, tras dejar el Manchester United de la Liga Premier, convierte de pronto al torneo de aquel país en un destino muy apetecible para todos esos cracks del fútbol que envejecieron en tierras europeas y que aún quieren ponerle unos números más a su ya abultada cuenta bancaria.
El delantero portugués, de 38 años de edad y uno de los deportistas que más dinero ganó en la historia de cualquier disciplina deportiva, y no solo del fútbol, rescindió su contrato con el Manchester United cuando aún no había comenzado la Copa Mundial de Qatar 2022, y escogió un destino exótico, la Liga Saudita, para continuar su carrera, o terminarla, porque, mientras para algunos está acabado, pero otros creen que jugará para siempre.
Ronaldo se convirtió de golpe y porrazo, otra vez, en el futbolista mejor pagado del mundo, con cifras que superan los 200 millones de dólares anuales, por las próximas dos temporadas, más una cláusula que le permitiría jugar en el Newcastle United si este se clasifica a la próxima edición de la UEFA Champions League. Con ese movimiento, la lid de Arabia mandó a un segundo plano a todos los demás torneo, sobre todo a la Mayor League Soccer de Estados Unidos.
CAMBIO DE PREFERENCIAS PARA EL ADIÓS
Hasta hace unos años, los grandes jugadores salían de equipos modestos, hacían carrera en los grandes y para terminar volvían al origen. Allí jugaban un par de años y al final colgaban los botines y a vivir de lo ganado, que siempre era suficiente, en esos años en los cuales estuvieron en la cresta de la ola. De paso, le daban un alegrón a la afición que los vio formarse y que los dejó partir, pendientes de un retorno.
Así pasó con Carlos Tévez. Juan Román Riquelme, Rivaldo, incluso Ronaldo Nazario, aunque este no regresó a su club de origen, el Cruzeiro, sino que lo hizo al Corinthians, pero igual se despidió en su Brasil natal y no en torneos de otros países, donde muchas veces los grandes jugadores se arrastran por el campo para sumar un año más a sus ya dilatadas carreras como profesionales.
Desde hace unos años, La Mayor League Soccer se convirtió en el destino predilecto para los grandes jugadores. Una liga tranquila, con estadios espectaculares, no tantas exigencias físicas y sin esos problemas constantes del descenso y el ascenso, o al presión exasperante de los aficionados. Hacia Norteamérica fueron varios de los mejores del mundo, aún en el último año, hasta que llegó Ronaldo y lo cambió todo.
El inglés David Beckham fue quien le dio realce a la Major League Soccer. Y luego Kaká y algunos más, hasta el argentino Gonzalo Higuaín, el galés Gareth Bale o el italiano Giorgio Chiellini, quien firmó la temporada pasada por Los Angeles FC. Hasta entonces no había mejor destino para terminar una carrera cargada de éxitos. En Estados Unidos, en un club tranquilo y con un gran salario. No se podía pedir más.
Sin embargo, el fichaje de Cristiano Ronaldo por el Al Nassr vuelve los ojos del mundo del fútbol a una liga que permanecía en la sombra, pero que quiere ganar renombre con la intención de acoger la Copa Mundial de la FIFA de 2034. Y nada mejor que llenar sus equipos de veteranos ilustres, que levanten el nivel de la afición y que pongan losm ojos del mundo en la competición.
¿HABRÁ ÉXODO A TIERRAS SAUDÍES?
La salida de Cristiano Ronaldo abrió un camino. Ya todos los futbolistas saben que en tierras saudíes hay dinero y que tienen interés en las grandes estrellas, una razón suficiente para que las promesas de amor eterno de algunos jugadores a sus actuales clubes se sometan a un riguroso proceso de revisión, porque ahora el objetivo podría estar en el país árabe, aunque no reciban, ni por asomo, la misma cantidad que CR7.
Para poner un ejemplo, hasta hace unos meses, el veterano centrocampista del Real Madrid Luka Modric daba por seguro que se retiraría en las filas del club blanco. Advirtió que jugaría mientras estuviera bien, a pesar de sus 38 años, y que cuando llegara la hora del adiós no iría a ningún otro lugar, pro ahora mismo ni él mismo está tan seguro de que sea así. El ganador del Balón de Oro 2028 mira de reojo a la liga donde juega Cristiano.
Lionel Messi, el siete veces ganador del Balón de Oro y líder de la Argentina campeona mundial en Qatar 2022, acaba de decir que no tiene clara su renovación con el PSG, que no irá a Estados Unidos y que no volverá a su Rosario natal para jugar con Newell's Old Boys, el equipo donde se inició desde niño. No hay que ser un erudito para saber que el argentino también mira a Arabia, de donde puede sacar una buena tajada por dos o tres años de fútbol.
Messi no lo ha dicho, pero uno lo intuye, y a medida que se acerque el verano, irán saliendo nombres de más jugadores que pudieran irse a Arabia, incluso hasta el Balón de Oro 2022, el francés Karim Benzema, a quien el físico no le da para estar listo cada tres días y vestir la casaca blanca del Real Madrid con el mismo acierto del año anterior. Es una posibilidad, pero también está sobre la mesa.
Si Messi, Modric y Benzema se marchan a Arabia, el torneo saudita contará con 14 balones de oro y con todos los ganadores desde el año 2008, la primera vez que lo ganó Cristiano Ronaldo. Si Arabia Saudita lo que quiere es promocionar su fútbol, no encontrará mejores actores que los ya mencionados. Aunque a estas alturas nadie lo puede dar por hecho, aunque sí es posible, ¿no creen?
