Cualquiera pude pensar que el Real Madrid echa de menos los goles de Kylian Mbappé, al que contrató el club para que rompiera las redes de los arcos rivales un día sí y otro también. Y quien lo piense puede que tenga razón, porque, aunque el francés suma una buena cantidad de anotaciones, aún no ha alcanzado lo que la afición espera, y tal vez tampoco el club.
Quieren los aficionados que Mbappé salga a gol por partido y que, de vez en cuando, se aparezca con un doblete, un hat trick, incluso hasta una manita. Pero es temprano, apenas comienza noviembre, y el crack galo continúa con su proceso de adaptación al mejor club del mundo, donde juegan otras estrellas que tuvieron que hacerle espacio al ex del Paris Saint-Germain.
Uno de estos que perdió cercanía con el área fue el inglés Jude Bellingham, quien, a estas alturas de la temporada pasada, ya sumaba 14 goles entre todas las competiciones, y que terminó el año con 23, mientras en la 2024-2025 aún se espera su primera diana. Y esa situación genera dudas en todos: compañeros, cuerpo técnico, directiva, aficionados y medios de prensa.
Yo creo que estamos satisfechos por su trabajo porque lo hace mucho en el campo. Compite mucho, se sacrifica.... No ha marcado los goles del año pasado, pero la sorpresa no es este año, sino los que marcó el año pasado. No nos faltan los goles de Bellingham, porque tenemos jugadores de gran talento enfrente. Para nosotros es mucho más importante el trabajo que está haciendo.
¿QUÉ PASA CON JUDE?
Ya hablamos de que la llegada de Mbappé modificó el ecosistema del Madrid, que hubo que abrirle un espacio delante, en la línea de los delanteros, de la cual estuvo muy cerca el año anterior el inglés, pero no fue solo el francés el que retrasó a Bellingham y lo ha obligado a ir más atrás para darle claridad al juego, a trabajar en la creación, porque también falta alguien llamado Toni Kroos.
El entrenador del equipo blanco, el italiano Carlo Ancelotti, jugó casi toda la temporada anterior con un esquema medio engañoso que muchos consideraron un 4-3-3, pero este solo formaba así para atacar, porque a Kroos y al uruguayo Fede Valverde solían unirse Aurelén Tchouaméni o Eduardo Camavinga, mientras Bellingham se posicionada más cerca del área, por delante de estos y casi a la misma altura que Vinicius y Rodrigo.
La banda izquierda está más ocupada este año y la derecha se ha quedado un poco más descubierta. Podemos ser efectivos con Bellingham y Rodrygo por la derecha como lo somos por la izquierda.
A la hora de defender, sin embargo, el inglés caía más a la izquierda y entonces se formaba una línea de cuatro centrocampistas, pero, como quiera, tenía más libertad para ir al área, además de que todo le salía bien, desde el primer día tuvo toda la confianza del mundo en sí mismo y los goles no se hicieron esperar, al extremo de que fue uno de los dos jugadores más decisivos del club en la temporada.
En la votación del Balón de Oro terminó tercero, gracias, sobre todo, a su gran capacidad goleadora, con la cual rompió todos sus récords y supero, por mucho, todo lo que hizo en su club anterior, el Borussia Dortmund. En el Madrid estaban encantados con él y al jugador, su nueva función le sentaba de maravillas, porque eso de abrir los brazos y escuchar a la grada cantarle "Hey Jude" lo enamoró.
Al final, fue un año espléndido, porque el Real Madrid conquistó tres títulos: Supercopa de España, la Liga y la Champions. Al final de temporada Jude aflojó un poco, porque venía arrastrando problemas físicos, incluido uno en su hombro derecho que amenazó en varias ocasiones con hacerlo parar, incluso hasta con obligarlo a ir al quirófano, pero su campaña fue casi perfecta.
AÑO NUEVO, VIDA NUEVA... DUDAS DE CARLETTO
El comienzo de la nueva temporada llenó de dudas a Ancelotti y tal vez eso lo esté pagando el Real Madrid aún. El técnico tiene tres cracks para ponerlos arriba: Mbappé, Vinicius y Rodrigo. Hay que tenerlos bien puestos para mandar al banquillo a uno de ellos, al menos en los partidos importantes, a no ser que alguno tenga problemas físicos, como pasó con Rodrigo ante el Barcelona.
Tampoco está Kroos, y Luka Modric no puede, aunque quiera, jugar 90 minutos en los dos partidos de la semana. Y eso condicionó a Bellingham, quien, ahora mismo es más un centrocampista puro, con un radio de acción alejado del área, que uno más cercano a esa zona donde se cocinan los goles. El esquema, su nueva responsabilidad en el campo, su labor de creación lo han condenado.
El año pasado perdimos un delantero importante como Karim Benzema y lo sustituimos con goles de Jude, Brahim Díaz y Joselu. Ahora tenemos un delantero que puede marcar 35 o 40 goles"
Pero no todo es absoluto, porque esta temporada tampoco ha tenido la misma confianza a la hora de pegarle a la pelota. Hace unos meses se le caían los goles, desde donde disparara, y ahora, incluso, tiene miedo a pegar el zapatazo y prefiere intentar filtrar la pelota o dársela a Valverde, antes que intentarlo él. Y son cosas que pasan en el fútbol, en dependencia de cómo estés de confianza.
Ancelotti sabe de eso como nadie. El italiano es un viejo zorro de los banquillos y se tiene que dar cuenta de que Jude necesita goles. Lo sabe tanto como el inglés, que hace unas semanas, tras un penalti decretado por un árbitro a favor del Real Madrid, tomó la pelota y se encaminó al punto de penal, aunque, por desgracia para él, el VAR anuló la pena máxima.
En ese momento, ni Vinicius ni Mbappé, los dos que se han repartido lo de los penales, fueron a por el balón, y dejaron que su compañero se hiciera cargo. Gestos así necesita Jude para recuperar la confianza y volver a sacarle al aficionado aquello de "Hey Jude", que tantas veces gritó el Bernabéu la temporada anterior y que ahora comienza a extrañarse. Apenas comienza noviembre, hay tiempo.
