La rivalidad entre el Real Madrid y el Barcelona vive cada día un capítulo nuevo. No hay que esperar al inicio de la temporada, a los cuasi habituales errores de los árbitros a favor o en contra de uno u otro, incluso ni a los clásicos -esos partidos que los enfrentan cada temporada- para conocer la pasión con la que se vive en ambos lugares el enfrentamiento entre estos dos colosos del fútbol español y mundial.
Los fans se agarran a cualquier cosa para revivir el diferendo, y no suelen perdonar a las respectivas presidencia deslices que puedan poner en desventaja a uno u otro en una negociación por un jugador, en la compra de un prospecto, o mucho menos en abrirle la puerta a alguien que fue figura para que vaya a reforzar al rival. Esas cosas no suelen olvidarse.
En la ya centenaria historia de ambos clubes, casos como estos han quedado para siempre en el recuerdo. Y quizás el más famoso y el que dejó secuelas más profundos fue el fallido fichaje del argentino Aldredo Di Estéfano por el Real Madrid, cuando ya lo tenía todo amarrado con el equipo culé. Incluso, tal fue el embrollo que un tribunal tuvo que intervenir para tomar una decisión salomónica y que jugara un año en una parte y al siguiente en la otra, lo que no aceptaron desde Cataluña.
FIGO Y LUIS ENRIQUE
En los últimos 30 años, los casos más conocidos son el de Luis Enrique Martínez, ahora entrenador del Paris Saint-Germain, y el portugués Luis Figo, dos que estuvieron en un bando, y luego se marcharon al otro, para dolor de unos y placer de otros, como ha sido siempre desde que la rivalidad entre ambos clubes se convirtió en comidilla diaria en los medios, los campos y las gradas.
Luis Enrique se destapó como jugador en el Sporting de Gijón. Su sueño inicial era llegar hasta allí, pero en la temporada 1989-1990 tuvo tal actuación que atrajo sobre sí los ojos de los grandes del fútbol español, quienes se lanzaron en loca carrera a ficharlo. Y a pesar de que el Barcelona ofrecía mejores condiciones al jugador, entre ellas el 15 por ciento de la ficha, el joven delantero se fue al Real Madrid.
Fichar por el Real Madrid es un sueño. He merecido venir a este equipo, aunque haya renunciado al 15 % del traspaso que me ofrecía el Barcelona
Aquellas palabras de que supone un orgullo jugar en el Real Madrid o que fichar por el club blanco es un sueño, quedaron grabadas en la memoria de los aficionados hasta que un día, cinco años, después, el jugador hizo sus maletas y tomó el camino del Camp Nou para convertirse en el enemigo número uno del madridismo. Tanto que casi 30 años después la situación se mantiene igual.
Luis Figo, mientras, era la gran estrella del Barcelona cuando Florentino Pérez se postulaba como presidente del Real Madrid. El actual mandatario sabía entonces que debía proponer algo grandioso si quería hacerse con el timón del mejor club del mundo y logró un acuerdo secreto con el portugués para llevarlo al Santiago Bernabeu. Las partes firmaron un documento de compensación en caso de que una de ellas le diera marcha atrás.
Florentino le prometió a los socios que pagaría sus billetes si salía ganador en las elecciones y Figo no llegaba al Real Madrid, Fue tal vez la más atrevida promesa electoral de la historia, pero el luso cambió de aires y se convirtió en el primer galáctico. Las secuelas de aquella operación se mantienen hasta hoy y escuecen en tierras catalanas, donde no olvidan el proceder de Figo.
ARDA GULER, ENDRICK, VITOR ROQUE
Desde hace un tiempo, los dos más grandes clubes de España se dieron cuenta de que una opción para buscar cracks y no pagar tanto por ellos era traerlos desde Suramérica. Allí encontró el Barcelona a Lionel Messi, al que convirtió en el mejor jugador del mundo, y desde allá llegaron, recientemente, Rodrigo y Vinicius, las dos nuevas perlas del Real Madrid.
Los medios de prensa catalanes aducen que tanto Vinicius como Rodrigo eran seguidores del Barcelona desde pequeños, a pesar de que declaraciones propias y alguna que otra prueba, como las camisetas que llevaron en algún momento, demuestran no eran exactamente fans blaugranas, pero ese es el discurso de una parte y, si hay alguien que se lo crea, seguirán con el por los tiempos de los tiempos.
Ambos le costaron caro al Madrid, sobre los 100 millones de euros, pero esa cifra, si los fueran a vender ahora mismo, podría triplicarse con facilidad, y es una de las razones de la solvencia económica de las arcas del club que aún dirige Florentino Pérez, quien, con el turco Arda Guler, acaba de arrebatarle otra perla al eterno rival, que no termina de encontrar la forma de evitarlo.
Hasta hace unas semanas, a raíz de negociaciones con el agente del jugador turco y con su familia, todo estaba decidido para que el chico, de apenas 18 años desembarcara en Cataluña y se pusiera a las órdenes de Xavi Hernández, pero el Real Madrid fue más listo y se lo arrebató. El jugador dijo que sopesó todas las opciones hasta que llegó la oferta del Madrid, porque era ahí donde quería jugar.
En una semana, el chico que los medios catalanes vitorearon y del cual hicieron cientos de loas, se convirtió en un pesetero, en alguien que pone el dinero por encima de todo. El Madrid también cogió su parte, sobre todo porque desde Cataluña dicen que no tiene sistema de búsqueda de jugadores, y que solo ficha a los que descubre el Barcelona. Pues llegó la hora de hacer las cosas en silencio, digo yo, mientras espero por el próximo robo de una futura gran estrella.