El partido más esperado del fútbol mundial se juega en horas en el Estadio Olímpico de Montjuic, sede principal de los Juegos de Barcelona 1992, entre los dos clubes más grandes de España y entre los cinco mejores del mundo, el Fútbol Club Barcelona y el Real Madrid. El famoso clásico, el primero de los dos asegurados en la temporada, llega en la undécima fecha, con apenas un punto de diferencia entre un equipo y otro.
Y cuando decimos que hay dos asegurados, aclaramos que se pueden jugar otros dos en hipotéticos cruces en la UEFA Champions League, otra pareja en la Copa del Rey, pero solo si se enfrentan en semifinales, más otro adicional en la Supercopa de España. Todos estos están condicionados por el avance de ambos clubes en las referidas competiciones, aunque para esos clásicos habrá tiempo, porque ahora toca el de Montjuic, sustituto del Camp Nou.
Un partido entre el once catalán y el equipo blanco despierta pasiones en medio mundo, por la rivalidad histórica entre ambos y el alcance que tomó en la segunda década del presente siglo, cuando se pusieron frente a frente en un bando u otro los tal vez dos mejores jugadores de la historia: Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, ganadores de 12 balones de oro entre ambos.
EL BARCELONA DE LOS MILAGROS
Algo raro ocurre en el fútbol español con los cuerpos médicos de muchos equipos, que consiguen recuperar, de la noche a la mañana, a jugadores que parecían lesionados para mucho tiempo. Y el Barcelona no es la excepción, porque antes del parón de selecciones se hablaba de hasta siete titulares que se podían perder el clásico y hace unas horas, cuatro de ellos hicieron el último entrenamiento previo al partido.
El polaco Robert Lewandowski, Pedri, el neerlandés Frenkie de Jong y el brasileño Raphinha estuvieron fuera en las dos últimas semanas, con unas lesiones que amenazaban con extenderse en el tiempo, pero este viernes los cuatro saltaron al césped e hicieron trabajo de equipo, lo cual quiere decir que estarán sobre la cancha mañana, en una recuperación tan milagrosa como inexplicable.
Eso quiere decir que el entrenador blaugrana, Xavi Hernández, tendrá disponible a casi todos los efectivos para el partido, salvo uno de los centrales más importantes, Jules Koundé, quien no entró en ese grupo que se recuperó de milagros. Así que no tendrá justificación si su equipo no logra imponerse en el Olímpico de Montjuic, aunque el técnico catalán suele encontrar reiteradamente justificaciones a los reveses.
Unas veces puede ser el césped alto, otras la cancha en mal estado, la temperatura, algún árbitro, que se hayan pasado en el riego o que este no haya sido lo suficientemente abundante como para permitir que el balón ruede a la velocidad que sus hombres necesitan. Pero si ganan, todo eso quedará en segundo plano y será el momento de alardear de cantera, de buen juego, de escuela.
A su favor tienen lo de jugar en casa, con el respaldo de su público y motivados por a cruzada que hay en España en contra del club por haber pagado durante 18 años más de siete millones de euros al entonces vicepresidente de los árbitros José María Enríquez Negreira, y con lo cual la directiva ha intentado hacer el papel de víctima, acusando al Real Madrid de estar detrás de todo el proceso.
UN MADRID PERJUDICADO
El Real Madrid también reclama. La directiva no sale a hacer declaraciones, pero el canal de televisión del club se ha encargado en los últimos meses de poner sobre el tapete los errores arbitrales manifiestos en su contra, con hincapié en algunos de los encargados de impartir justicia, que desde el Santiago Bernabeu consideran que están vinculados a la época Negreira y se ensañan con los blancos.
A pesar de sufrir una derrota ante el Atlético y de permitir un empate ante el Sevilla, en ambos casos en campos contrarios, el Real Madrid impresiona en este arranque de temporada en La Liga y en la Champions, con un Jude Bellingham que se ha adaptado a las mil maravillas y que le ha dado al club la solvencia goleadora que necesita ante la ausencia de un nueve natural en la plantilla, más allá de Joselu.
Para más alegrías, Vinicius Junior, que estuvo lesionado durante más de un mes, regresó y poco a poco llega a su forma óptima, como demostró ante el Braga el pasado martes en la tercera ronda de la UEFA Champions League. El brasileño y el inglés serán las piezas principales del ataque del Real Madrid en el Olímpico de Montjuic, y falta saber quién será su acompañante en la delantera, si Rodrigo o Joselu.
El Madrid perdió a dos de sus principales figuras, el arquero belga Thibaut Courtois, y el zaguero brasileño Eder Militao, líderes ambos en sus demarcaciones, pero Carlo Ancelotti lo asumió con normalidad y solo fichó a Kepa Arrizabalaga para sustituir al arquero y confía en la zaga que tiene para suplantar al defensor central, sin que el equipo pierda poderío, y hasta el momento ha tenido razón.
En la cancha, sin embargo, estarán 22 protagonistas y cuando el árbitro Jesús Gil Manzano dé el pitazo inicial, corresponderá a ellos inclinar la balanza a un lado u otro. Puede ser un partido muy cerrado, que se decida por alguna gran jugada o un error manifiesto de un equipo u otro. Pero así ha sido siempre en los clásicos y esta vez no será la excepción. Yo creo que ganará el Madrid por 2-1. Y ¿Tú qué crees?