“Cielo Rojo” es una canción tradicional mexicana escrita por Juan Záizar, e interpretada por la gran cantante Flor Silvestre. Esta se ha convertido en un ícono en el país azteca y queda perfecta para hacer una analogía con lo que ocurrió el pasado domingo en el encuentro entre México y Jamaica. Cabe señalar que por cuestiones climatológicas el cielo sí se pintó de rojo.
No está establecido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pero en este país el fútbol es, a pesar de lo que critican ciertos intelectuales, el deporte nacional. Sí, destacamos en béisbol la semana pasada, pero eso se olvidará en el colectivo, pero el fútbol perdura a pesar de los malos resultados.
El escenario era poco atractivo, así como el recién invento llamado Liga de Naciones de la CONCACAF. México recibía a Jamaica (unos jamaicanos que en el pasado ya nos han hecho daño), en un domingo familiar con un Estadio Azteca que contó con 60 mil aficionados aproximadamente. Era el debut en casa de Diego Cocca, el nuevo técnico del combinado azteca.
El aficionado mexicano es un ciudadano que debe estudiarse minuciosamente, pues es de sorprenderse que después del tremendo fracaso de la selección en Qatar 2022, y después del enojo contra los jugadores, el técnico de ese entonces (“Tata” Martino), y de los directivos, ahí estuviéramos como si nada, con la esperanza de que el mítico “sí se puede” nos pudiera salvar de la desgracia que vimos en la cancha.
Una selección sin forma, con un Guillermo Ochoa en la portería que quiere su quinta Copa del Mundo, pero al que se le nota que ya no es el de hace unos años, y es normal, la edad es un factor que sabemos que en el fútbol afecta, queramos o no.
Lo que parecía ser una hermosa tarde, se convirtió en un partido en el que quedarse en casa hubiera sido la mejor elección, eso sin contar la fuerte lluvia que azotó el sur de la Ciudad de México (donde se ubica el Azteca), donde se tuvo que suspender el encuentro por cuestiones de seguridad. Además, el cielo se tornó rojo, tal y como aquella canción mexicana del mismo nombre que dicta: “Solo sin tu cariño, voy caminando, voy caminando y no sé qué hacer”. Así México, poco a poco se quedó solo en este triste empate a 2 con Jamaica, y sí, seguirá caminando, caminando y al parecer no sabe qué hacer.
Tenemos dos divisiones: los aficionados que señalan que no hay que criticar a esta selección pues el proceso de Diego Cocca apenas está iniciando. Por otro lado, están los aficionados detractores quienes incluso hicieron lo que jamás se había pensado: un Estadio Azteca abucheando a una de las máximas estrellas del fútbol mexicano, Memo Ochoa.
Puede sonar trillado, pero la relación de la afición mexicana con la selección es como esa cuestión amorosa donde alguna de las partes es tóxica y la otra le recrimina, expresa su sentir, su dolor, pero al final de cuentas siempre regresa a ella.
A como se ve el panorama, es una bendición que México sea sede del próximo mundial, porque a estas alturas, podríamos incluso dudar de que esta selección pudiera calificar. Un pendiente menos, México está calificado por cuestiones de sede.
“No he podido olvidarte, desde la noche, desde la noche en que te perdí”.
Y sí, no se puede olvidar a nuestro combinado nacional, y sí, sabemos que los perdimos desde aquel duelo contra Arabia Saudita en noviembre de 2022, donde se acabaron las ilusiones de miles de mexicanos que habían pronosticado un triunfo contra Polonia, una derrota frente a Argentina y de nuevo una victoria contra Arabia (se obtuvo, más no nos ayudó en nada).
“Sombras de duda y celos, sólo me envuelven, pensando en ti”.
Y sí, la duda salta para la afición, pues no se sabe qué esperar de este combinado. No se sabe el por qué de la decisión de traer a Cocca como entrenador, teniendo otros fuertes candidatos que conocen aún más el fútbol mexicano. Estas dudas nos envuelven, nos dejan débiles, y como dice la canción, nos la pasamos pensando en la selección porque a pesar de todo al final la amamos.
"Olvida lo pasado, ya no te acuerdes de aquel ayer".
Selección, afición, sé que es difícil olvidar lo pasado y sumarle la incertidumbre del futuro, pero es momento de ver el camino por recorrer de cara al 2026, dejar de cometer los mismos errores, exigir a esos deportistas que ganan millones, porque en México al fútbol sí se le apoya, los patrocinadores se desviven por este deporte.
"Mientras yo estoy dormido, sueño que vamos los dos muy juntos a un cielo azul. Pero cuando despierto el cielo es rojo, me faltas tú".
El cielo rojo inundó el Estadio Azteca el pasado domingo, como si fuera una premonición de lo que se viene. Parecía un clima apocalíptico, un fenómeno natural bastante extraño para quienes vivimos en la Ciudad de México.
La afición despertó, y no era un cielo azul, era rojo, y nos faltó la selección aguerrida, fuerte, que no subestima rivales, que se enorgullece de portar los colores, la camiseta. Esperamos su regreso… Mientras tanto, les dejamos esta melodía.