El Atlético de Madrid y el Real Madrid se medirán este domingo por la octava jornada de la Liga Española de Fútbol en un partido que puede ser considerado el más caliente de los últimos años, por todo lo que se ha hablado en los días previos y hasta por algunos movimientos de la afición rojiblanca, cuyos llamados en redes sociales han trascendido el entorno deportivo para ir más allá.
No es necesario hablar de la rivalidad entre uno y otro club. Esas cosas que son buenas para el fútbol y el deporte en general, pueden convertirse en una especie de cáncer cuando se llega a extremos, y el escenario del choque de ida se presta para esas cosas, sobre todo porque en el Atlético hay ultras, con peso e incidencia en el actuar de un club que no ha podido erradicarlos y que, en cambio, les hace concesiones.
En Madrid, como en toda España y en buena parte de Europa, duele el dominio aplastante del Real Madrid. El hermano pobre, en títulos, se ha sentido siempre relegado y carga con el complejo de ir siempre a la zaga, de no entrar en las quinielas, de jugar peor y ganar menos. Por eso, su fútbol es el que es, el que emana un entrenador que se conforma con hacer cada año lo mismo y poco más.
Está claro que no es un partido más de todos. Tiene una eliminatoria de por medio. No hay margen ni para ellos ni para nosotros. Necesitamos a nuestra gente, que el ambiente esté como suele estar en el Metropolitano y podamos transmitir energías a la gente
LOS ANTECEDENTES DE UN CLÁSICO CALIENTE
En la España de los tres últimos años se ha desatado una especie de cacería de brujas contra Vinicius Junior, el mejor jugador que pondrá en la cancha Carlo Ancelotti el próximo domingo. La cruzada contra el brasileño, que no solo es racista, la comenzó la prensa. Los medios escritos y los shows de televisión se prestaron para los insultos, las ofensas y las faltas de respeto contra el crack brasileño.
Antes, el día de su debut en España, ante el Atlético B, el capitán rojiblanco le mordió en la cabeza y no pasó nada. Ese día el Comité Técnico Arbitral abrió la barra para que todo el que quisiera agredir al brasileño, lo hiciera sin problemas. Así ha sido hasta que hace unos días, uno de esos que sorprendieron -casi de milagro- con gritos racistas, fue condenado a prisión.
Ellos tienen la capacidad de sin tener el dominio pueden ganar el partido. Eso es jerarquía, ellos la tienen. Podemos jugar una eliminatoria en nuestra casa, podemos jugar bien y en cuanto podamos crecer y mejorar sobre todo de parte mía, el equipo crecerá mucho
Para entonces, cuando lo de la mordida de un jugador del Atlético B, Vinicius se prestaba para todo, hasta para ser un meme un día sí y otro también, pero la situación cambió, y el chico que no enchufaba una entre los tres palos y que no aportaba mucho en el campo, se convirtió en el jugador más decisivo del torneo. Y entonces la prensa y las aficiones, además de algunos gamberros en el campo, pasaron de las burlas a las ofensas.
Lo menos que le han dicho es "Vinicius, muérete", y la afición rojiblanca ha estado a la cabeza. Fuera del Metropolitanos, se ha podido ver a cientos y cientos de aficionados -para no decir miles, coreando "Vinicius eres un mono", y no ha pasado nada. Ni ha habido pronunciamientos, ni sanciones, y ni los órganos encargados de impartir justicia tomaron cartas en el asunto.
O si: dijeron que los hechos se habían producido en un ambiente de máxima rivalidad deportiva, y que no pasaba nada más. Y a eso hay que sumarle con un muñeco, con la camiseta del 7 del Real Madrid, fue colgado en una autopista de la capital española, sin contar que un agente de futbolistas, fanático del Atlético, dijo en un show de tv que el brasileño tenía que ir a hacer el mono al sambódromo.
LA RIVALIDAD EN LA CANCHA
Lo que hemos mencionado son solo los hechos que marcan más allá del balón, más allá del juego. En la cancha ocurren otras cosas, entre ellas que el equipo blanco se ha impuesto en dos ocasiones al rival de turno en finales de Champios, que suma 14 títulos de UEFA Champions League y los rivales buscan el primero. O que las vitrinas del Santiago Bernabeu están repletas de trofeos y las del Metropolitanos casi vacías.
Hay celos, rencillas, piques constantes entre los jugadores, sobre todo porque hay diferencias en talento entre unos y otros. Muchas veces unos van a jugar y los otros a impedirlo y apelan a todas las artes, que muchas veces suelen ser sucias. Y a eso hay que añadirle que el el Real Madrid perdió el año anterior un solo partido de Liga y esa derrota se la endosó el Atlético, en un 3-0 con pésimo trabajo arbitral en el Civitas Metropolitano.
Sabes que ellos cuando el Real Madrid juega, las ganan. Estoy en el lado bueno de la historia
Luego, el mismo Atlético eliminó al Real Madrid de la Copa del Rey, más allá de los 90 minutos, pero al vecino le duele igual, porque si hubiera vencido al Atlético, tal vez hubiera hecho pleno en todas las competiciones. Siempre fueron enfrentamientos duros, de ritmo alto, de jugadas al límite, de extremos en el campo, porque cuando ambos once saltan a la cancha, saben que no pueden pedir ni dar tregua.
Así llegan al partido del domingo. La afición rojiblanca, o una parte de ella, hizo un llamado a que no llevaran celulares al estadio para poder gritar lo que quisieran sin el riesgo a ser descubiertos por las cámaras de algún teléfono, y también a usar máscaras para que nadie fuera identificado, todo con la intención de caldear al extremo el choque, en el cual el cuerpo arbitral jugará un papel muy importante.
Si hay gritos racistas o agresiones, el Madrid se va a ir del campo. Ya lo adelantó en algún momento Dani Carvajal y no lo hizo como una amenaza, ni dirigido especialmente al Atlético de Madrid, pero lo dejó caer. Con todos esos antecedentes, se jugará este domingo el primer derby entre los equipos de la capital española, con la condicionante, además, de que si uno pierde, se puede descolgar de la lucha por el título de La Liga.